Abandonan a este perro sin saber que luego sería una celebridad

Desde hace años existe una polémica con los criadores de perros puesto que no siempre son profesionales cualificados que saben de qué manera criar a los perros y asegurar su bienestar. Además, una de las supuestas obligaciones que debe tener un buen criador es asegurar que se mantengan los estereotipos de las diferentes razas, algo que a veces puede arriesgar la salud de los animales.

Cuando un perro nace y no cumple con lo establecido ya sea porque es diferente o bien tenga alguna discapacidad física, lo cierto es que los desatienden y su destino final puede ser el abandono o incluso la muerte, solo por satisfacer el capricho de los humanos.

Unos criadores de la raza pomerania abandonaron a un precioso perrito porque no cumplía con los estándares a los que estaban acostumbrados con otros perros. Ellos pensaban que nunca harían negocio a costa del cachorro porque era mucho más grande y peludo que sus otros hermanos por lo que decidieron entregarlo en un refugio de Oklahoma (Estados Unidos).

Los voluntarios no podían creer que un perro de esa raza hubiese terminado en un refugio, pero Bertram (así le bautizaron) estuvo varios meses hasta que encontró un lugar en el corazón de Kathy Grayson y gracias a ella conoció el verdadero amor.

Kathy estaba buscando una mascota a través de una página web y cuando vio a Bertram se enamoró por completo. Desde ese momento pasan mucho tiempo juntos y le encanta hacerle fotos en las calles de Nueva York, ciudad en la que viven.

Cuando ven a Bertram por la calle le paran para hacerles fotos y algunos incluso lo han comparado con el famoso oso de una película: “se parece mucho al osito de la película Paddington. Muchos lo ven y señalan el parecido. Hay quienes creen que realmente es un oso bebé”, dijo Kathy.

Ahora, el adorable peludito pasa sus días conociendo a un sinfín de admiradores en la galería de arte donde trabaja Kathy.

Kathy tiene en su perfil de Instagram más de 30.000 seguidores donde cada día muestra su pasión por el arte y por su perrito Bertram, quien se deja acariciar por todos los visitantes de la galería.