Un río que desemboca
flamenco
El versátil guitarrista lebrijano Rycardo Moreno publica su segundo trabajo discográfico, dedicado al escritor uruguayo Eduardo Galeano
La ficha
'A Galeano'. Rycardo Moreno. Producido por R. M. Karonte.
Este es el segundo disco del guitarrista de Lebrija, tras su brillante debut de hace dos años al que dio el nombre de Varekai. Está inspirado, como señala su título, en la obra del escritor uruguayo Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015), en concreto en su Libro de los abrazos (1989). Por esta singularidad rioplatense es que Moreno ha buscado la complicidad del acordeón de Joao Frade, protagonista junto a la guitarra de la propuesta. A Galeano es una obra plena de melodías, virtuosismo y contratiempos que se desliza en nuestros oídos y corazones con el suave fluir de un río que desemboca. Con intimidad y fiereza. Con el ritmo mixto característico de lo jondo como seña de identidad. Es una suite en doce tiempos en la que, en ocasiones, hacen acto de presencia las palabras de Galeano en forma de recitado o como canciones en la voz de Sandra Carrasco. La mala racha es un bolero cálido y sensual en la voz de la cantaora onubense con una coda bellísima. En la misma línea El devorador devorado entre la reivindicación social y el erotismo.
Las venas del sur son unas seguiriyas contundentes que se acunan sobre la tradición jonda para dispararse a nuevos ámbitos rítmicos, melódicos y emocionales. La integración de ambos elementos es, como siempre en el caso de este autor, ejemplar. Son formas contemporáneas de pensar y sentir la pena, la tragedia, la rabia, la condena, el dolor. Con pasajes de una tensión rítmica insoportable y otros totalmente ad libitum. Con resonantes ligados y sutiles disonancias, una de las piezas más interesantes, y extensas, de esta obra. Una búsqueda en el seno de una de las señas de identidad más inequívocas de lo jondo.
El aire y el viento son unos tangos de brillante estribillo. Una vez más es en la coda, con la subida del ritmo, donde la pieza se abre y se proyecta a otros universos melódicos. Desde la sencillez, la ausencia de pretensiones salvo en la de deleitarse en la melodía. Pareciera que, una vez culminada la labor de lo convencional, perfectamente concebida y ejecutada, también de la que impone un texto ajeno, no escrito para ser cantado, Moreno se abre en esta zona de la pieza a una libertad de inspiración total.
El sistema/1 son unos fandangos de Huelva que contienen los 10 mandamientos del buen antisistema. La fiesta son unas cantiñas luminosas. Sueñan en Alepo es el tema más extenso del disco, dedicado obviamente a los refugiados sirios. Son unas bulerías poderosas, contemporáneas, frenéticas y sutiles, rotundas, un grito en la niebla. Es, junto a la seguiriya, la pieza más notable del segundo disco de Moreno, de una sutileza encomiable, que oculta con pudor un enorme virtuosismo. Y todo lo dicho, rebozado por la elegancia y la manufactura precisa que caracterizan a este intérprete.
Hay una frase del Libro de los abrazos, incluida en el fragmento Los nadie trasformado aquí en una canción, que nos viene que ni pintada para esto de lo jondo: "los nadie no practican cultura sino folclore". Pues eso, que vivan los nadie. Otros músicos que participan en esta obra son Poti Trujillo, Manuel Valencia, Dani Bonilla, Jorge el cubano y Angelita Montoya.
Rycardo Moreno Montiel nació en Lebrija en 1981 en el seno de una familia flamenca en donde se inicia como músico. Ha colaborado con importantes instrumentistas flamencos como Dorantes, Raimundo Amador y Jorge Pardo. Como músico y arreglista ha participado en los discos Cuando El Lebrijano canta se moja el agua, Metáfora de Lole Montoya, Infundio de Tomás de Perrate y Tu cara de Alba Molina. También ha colaborado con bailaores de la talla de Juan de Juan o cantantes de otros géneros como Javier Ruibal. Ha compuesto y arreglado músicas para programas de televisión y campañas de publicidad.
Entre sus proyectos personales está el grupo De Ojana na, con el que grabó un disco de gran éxito y sus dos obras como solista. El primero lo pudimos ver en directo en la Bienal de Sevilla de 2016. El segundo, que ahora nos presenta, ha sido posible llevarlo a cabo gracias a una campaña de micromecenazgo.
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