Lunares, 'selfies', besos y balcones, claves del éxito del Flamenco On Fire

Festival Flamenco Pamplona

El festival de Pamplona clausura su quinta edición con el 'no hay billetes' y se consolida como la gran cita de flamenco en el norte

Estrella Morente, en el Flamenco On Fire.

A falta de las cifras oficiales, que se ofrecerán este martes en rueda de prensa, el Festival Flamenco On Fire de Pamplona acaba de clausurar su quinta edición consolidándose como la gran cita jonda del norte y atrayendo a un público cada vez más amplio y hetereogéneo. Así, tanto la organización como los artistas y los medios que había acudido a la cita en anteriores ocasiones han coincidido en resaltar "el enorme salto" que se ha experimentado este año en cuanto al número de espectadores que han llenado tanto las actividades gratuitas de calle -"el doble que en 2017", calculan-, como las Jornadas sobre Arte Flamenco que se han organizado cada tarde, como en los teatros, llegándose a colgar el no hay billetes en el concierto

Diego el Cigala en la actuación con la que clausuró el evento
Diego el Cigala en la actuación con la que clausuró el evento / Javier Fergó

de clausura -ciertamente el más decepcionante- que protagonizó ayer domingo Diego el Cigala y un lleno casi absoluto en el resto.

Pero dejando los números a un lado, las claves del éxito del festival navarro se sitúan más en una programación abierta, que acude a los rostros que forman parte del mainstream jondo actual y que apuesta por estrategias creativas dirigidas a atraer a este arte a un público más ajeno. Es decir, las calles, las plazas y los espacios escénicos de la ciudad se han llenado, además de aficionados, de curiosos y visitantes que acuden al On Fire por la experiencia que ofrece.

La propuesta está planteada para que el flamenco, en su concepto más heterodoxo, se respire en todos los rincones de la ciudad de una forma cercana y familiar, favoreciéndose el encuentro con los artistas

En este sentido, la propuesta está planteada para que el flamenco, en su concepto más heterodoxo, se respire en todos los rincones de una forma cercana y familiar, favoreciéndose el encuentro con los propios artistas a los que durante estos seis días se les ve en prácticamente todos los actos organizados desde las 12:00, cuando se da el pistoletazo de salida en el Balcón de la calle Mañueta, hasta el Ciclo Nocturno que culmina entrada la madrugada en el Hotel Tres Reyes. Sucediéndose a lo largo del día las jam session, las conferencias, los recitales gratuitos en centros culturaless (dedicados a las guitarristas flamencas) y los grandes espectáculos en un ambiente distendido que favorece los besos y los selfies. Como los cientos que le han pedido ya al guitarrista Pepe Habichuela, nombrado embajador del evento la pasada edición, y "al que persiguen como si fuera Bob Dylan", que apuntó Balbino Gutiérrez en su presentación de Enrique Morente: La voz libre.

Igualmente, el Festival Flamenco On Fire ha sabido crear redes y llamativas iniciativas, quizás más difíciles de ejecutar en grandes ciudades, que trascienden lo jondo y con las que se han convertido en centro de las conversaciones de todos los pamplonicas, ya sea la ruta gastronómica del Pintxo Sabicas, guitarrista en cuyo honor se celebra, las cervezas con lunares en la espuma que ofrecían algunos locales, o la bici-musical que recorría las calles con Camarón a todo volumen.

Asimismo, el hecho de tener a los artistas durante varios días juntos permite una convivencia inusual en otros festivales que ha dejado grandes momentos como cuando Tim Ries, saxofonista de los Rolling Stones que formaba parte del elenco de Dorantes, cogió su instrumento en la reunión improvisada entre Tomatito y otros artistas. O el fin de fiesta tras la actuación de Belén López donde se congregaron en el escenario, Blanca del Rey, Salomé Pavón, Piraña o el propio Tomatito, entre otros.

A la repercusión mediática ha contribuido, por otro lado, el cartel de rostros conocidos (Estrella Morente, El Cigala, Dorantes, Eva la Yerbabuena o Maite Martín) y ciertas licencias no bien recibidas entre algunos aficionados, como la de invitar a la cantante Amaia Romero, cantante pamplonica ganadora de Operación Triunfo, a dar el chupinazo el martes los balcones, un momento por cierto que fue trendic topic con el hashtag #amaiaonfire.

En cualquier caso, con nuevos retos por delante, y con errores por corregir, algunos tan básicos como no informar de la ficha artística de los espectáculos y no ofrecer programas de mano que contribuyan a la divulgación del flamenco y sus protagonistas, el festival de Pamplona cierra el telón con la satisfacción de haber superado sus propias expectativas.

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