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'Paco del Gastor. De otra cuerda'. Ramón Soler Díaz. Almuzara/Ayuntamiento de Morón, 303 pp.
Ramón Soler Díaz ha conseguido en Paco del Gastor. De otra cuerda trasmitir la frescura y la vitalidad del relato oral que está en el origen de esta obra. Y eso es francamente complicado porque la narración oral y la escrita tienen leyes propias, muy precisas y distintas.
Ese es uno de los grandes valores de esta obra que, merced a ello, consigue ser un fresco, no sólo de la peripecia vital de un guitarristas singular, único, necesario, también de su tiempo: el ambiente jondo de Morón en los cincuenta, los tablaos de Sevilla, Madrid y la Costa del Sol en los sesenta y los festivales de los setenta, ochenta y noventa.
Es posible que algunos se sorprendan al saber de la formación musical académica del protagonista de este libro, Paco del Gastor (Morón de la Frontera, 1944), como de su tío, maestro y mentor, Diego del Gastor. Paco señala que, además del propio Diego, aprendió la notación musical de la mano de Francisco Martínez Quesada y, años más tarde, guitarra clásica con Rafael Nogales. La figura de Diego del Gastor, auténtico genio de la familia y del flamenco en general, es fundamental en las memorias de su sobrino, como no podía ser de otra manera.
Pero en el fresco que nos ofrecen Paco del Gastor y Ramón Soler Díaz sobresalen también otros nombres: Marote, que lo introdujo en el grupo de Bambino, La Paquera, gran valedora de Del Gastor a su llegada a Madrid, Faíco, que prefería las papas con huevos al caviar, Mariquilla, Sabicas, El Cabrero, Antonio Mairena… y Bambino, con el que permaneció 20 años, siempre Bambino, uno de los genios de la historia del flamenco, que revolucionó este arte e inventó un género nuevo. Impagable, desternillante, la anécdota de la señora que le arrojó un anillo durante una actuación del cantaor utrerano en Torres Bermejas. Igualmente desternillantes la ocurrencia de Paco cuando habla de "un guitarrista con muchos pelos: King Kong" o la del cigarrito de París que dio como resultado uno de los mejores discos de la historia del flamenco: Fernanda et Bernarda de Utrera en concert à Paris (1987).
Paco, como su tío, tiene el don de la narración oral. Y Soler Díaz la capacidad de trasmitirla por escrito. El guitarrista habla sin tapujos y expresa su opinión sobre los más diversos asuntos: sobre el toque gitano, sobre Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, sobre el compás o sobre Mairena y Caracol, etc.
La característica más sobresaliente de Paco del Gastor, tanto en su faceta de acompañante como solista, es la potencia de su toque. Sin energías vanas, sin velocidades excesivas. Fuerza mineral. Es, sin duda, el más completo tocaor de su generación en lo que se refiere al estilo de Morón y aporta al legado de su tío, creador de dicha escuela, nuevos matices.
Su discografía en solitario se limita, por desgracia, a dos discos: La guitarra gitana y pura de Paco del Gastor (1978) y Flamenco de la Frontera (1993), editado en el Reino Unido y grabado en directo, sin público, en la Iglesia de San Miguel de Morón, sin duda la obra mayor de su autor.
Respecto a los discos en el que Paco del Gastor toca para el cante, el de Morón subraya dos obras mayores: Hablemos del amor (1973) de Bambino y la mencionada de las hermanas de Utrera. La admiración que siente el guitarrista por estos tres artistas, y en general por todo el cante de Utrera, se pone continuamente de manifiesto a lo largo de este libro.
Paco del Gastor tiene una amplísima discografía como guitarrista para el cante que se inicia en 1961 y que tiene sus hitos en los artistas mencionados y en El Cabrero, con el que registró seis discos en los 80 y 90.
Otros artistas con los que grabó son Chano Lobato, un disco hecho en una tarde y sin ensayos, como casi todos los suyos, Perlita de Huelva, José de la Tomasa, Pepe de Aguadulce, Perrate, La Burra, María Soleá, El Funi, Juan Delgado, Gabriel Moreno, Manuel de Paula, Gaspar de Utrera, Sordera, Orillo del Puerto, Alfonso de Gaspar, Manuel Oliver, Camarón y Antonio Mairena. Casi nada.
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