Misterios de la danza española

Congreso Investigación en Danza | Crítica

Un volumen recoge las ponencias del V Congreso Nacional de Investigación en Danza

¿Es María La Jardín la bailaora que aparece en 'L'Espagne' de Alice Guy?
¿Es María La Jardín la bailaora que aparece en 'L'Espagne' de Alice Guy?

La ficha

La investigación en danza. VVAA. Mahali/Universidad de Sevila, 476 pp.

La obra incluye algunos trabajos trascendentales para la historia de la danza española y flamenca. Uno de ellos es el que firma Rosario Rodríguez Llorens con el título “La malagueña y el torero de la compañía Gaumont de 1905: una comparativa con el baile de repertorio actual”.

Rodríguez Llorens establece una comparativa entre dos películas: la filmada en Sevilla por la compañía Gaumont, que hoy se atribuye, creo con Cristina Cruces que erróneamente, a Alice Guy, y la que se presentó, con el título de La maja y el torero, en 1992 en Madrid durante el Encuentro Internacional Escuela Bolera que organizó el Ministerio de Cultura de entonces.

Portada del libro que recoge las ponencias de este congreso.
Portada del libro que recoge las ponencias de este congreso.

La comparativa pretende demostrar la fidelidad con que la familia Pericet ha trasmitido esta obra. La demostración se basa en la similitud, por no decir práctica identidad de ambas coreografías. El trabajo es muy interesante aunque sus resultados nunca podrán ser concluyentes porque se tienen que basar, necesariamente, en las declaraciones de los miembros de la familia Pericet de que la trasmisión se ha llevado a cabo con completa independencia de la filmación de 1905.

Afirma Rodríguez Llorens que nadie hasta ahora ha reconocido a los protagonistas de esta película. Lo cierto es que desde hace unos años venimos afirmando en cursos y conferencias, algunas de ellas publicadas en youtube, la identidad del protagonista masculino como el sevillano maestro Otero que es la misma conclusión que ofrece Rodríguez Llorens.

De la misma manera dimos a conocer nuestra hipótesis sobre las protagonistas de las otras filmaciones andaluzas de Alice Guy, las que llevó a cabo en Granada. La señora que baila las sevillanas en L’Espagne es nada menos que la Chata de la Jampona (1850-1940) en tanto que la niña que baila las alegrías creemos que podría ser su hija María La Jardín (1893-1970). De ambas dice Curro Albaicín en uno de sus trabajos sobre la zambra de Granada, que “bailaban música clásica” lo que evidencia que en este momento la distancia entre el flamenco, el clásico español y la Escuela Bolera era poco menos que inexistente.

Volviendo a La malagueña y el torero, lo que más me ha interesado del trabajo de Rodríguez Llorens es la investigación que ha llevado a cabo sobre los orígenes de esta coreografía cuya primera noticia fidedigna está fechada en Sevilla en 1847.

Desde esta fecha hasta 1905, en que se llevó a cabo la filmación, encontramos abundantes referencias a la misma, también, desde 1874, con el nombre de La maja y el torero. No obstante, después de 1905 y hasta 1992 sólo consigna Rodríguez Llorens una pareja que mantuvieran la obra en escena, la formada por Eduardo y Elisa Cansino Reina que bailaron La malagueña y el torero en Estados Unidos en la segunda década del siglo XX. El propio Ángel Pericet Carmona parece haber abandonado la obra, que interpretaba con el nombre original de La malagueña y el torero, hacia 1906. ¿Permaneció intacta la obra en el seno de los Pericet hasta 1992 en el que vuelven a presentarla Ángel y Carmelita Pericet en el Teatro de la Zarzuela de Madrid?

El trabajo es muy meritorio y aclaratorio y demuestra que muchas de las coreografías de la Escuela Bolera han sido reconstruidas en tiempos muy recientes para adaptarlos a los gustos del público de la danza española de finales del siglo XX. Sería muy interesante que este trabajo se hiciera con todo el repertorio bolero.

Lo hizo Ann Hutchinson para la famosa cachucha: tanto la coreografía como la música actual de esta pieza se elaboró a finales de los años 60 del siglo XX sobre unas esquemáticas notaciones de Zorn de 1887. Creo que este tipo de trabajo daría un vuelco total a la historia de la danza española al demostrar la tesis que lanzó Luis Lavaur en 1976 y que estamos defendiendo, con otros compañeros, desde hace una década: que los bailes boleros son el precedente inmediato de los bailes flamencos. Mi hipótesis es que la Escuela Bolera es una reconstrucción arqueológica de algunos de aquellos bailes boleros, los que pasaron de moda con la llegada del la moda gitana o flamenca, llevada a cabo por la familia Pericet en el siglo XX.

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