"Es más premio darlo que recibirlo": la alegría del quiosquero de Granada que ha vendido el Gordo de la Lotería de Navidad
Lotería de Navidad
Los Paco Bartolomé, padre e hijo, entregan por máquina dos boletos del 5.490, que ha sido muy repartido por todo el territorio nacional
Esta familia de quiosqueros fue atracada y recibió una paliza en septiembre de 2021, tras lo que vendió un décimo del Quinto premio el pasado año
Granada/Los Paco Bartolomé, padre e hijo, no caben en su alegría después de vivir hace algo más de un año el peor momento de su vida. El quiosco El Chalo, situado en la céntrica Plaza Nueva de Granada capital, ha vendido dos décimos del 5.490, el Gordo de la Lotería de Navidad 2022. Justo cuando se cumplen 15 meses de una agresión que casi acaba con la historia de este puesto de venta de prensa y revistas.
Este tradicional puesto de venta de prensa, con licencia desde 1932, ya vendió el año pasado boletos de dos de los Quintos, pero este año la suerte les ha sonreído por completo y por fin les ha regalado la ilusión de entregar los 400.000 euros al décimo que premian al mayor.
La historia de los Bartolomé y del quiosco de El Chalodio un vuelco a finales de septiembre del año pasado, en 2021, cuando dos personas indigentes dieron una paliza a Paco Bartolomé senior y a su hijo. Los golpes, que llegaron a plena luz del día y tras ser apedreado por estas personas, le dejaron costillas rotas y días de convalecencia en el hospital. Tras ello, hace justo 365 días, esta familia, muy conocida por los granadinos, entregaba dos décimos de los Quintos Premios del sorteo de 2021. Y ahora ha llegado la alegría completa.
"Habíamos estado cerca otros años, pero este ha llegado la felicidad completa" ha relatado en una sonrisa de oreja a oreja Paco Bartolomé padre. "No recuerdo quien se los llevó, fue por máquina. Por aquí pasa mucha gente, muchos turistas de todos lados de España, gente del barrio... ni idea".
"Paco tienes la mano bendecida", le gritaba una señora del barrio mientras mostraba junto a su hijo con orgullo el cartel oficial que acreditará desde este jueves al quiosco como uno de los que ha vendido el Gordo. Un gordo que también ha dejado un décimo premiado en Almuñécar, en la Costa Tropical.
El quiosquero recordaba con cierta amargura el trágico episodio del que, por suerte, se recuperaban. "Mi hijo se llevó una brecha en la cabeza, yo tuve cinco costillas rotas y estuve dos meses en el hospital". Pero, pese a esto, el mal trago está superado. "Esto está superado. Fue doloroso, pero está visto que algo te compensa Dios estos premios".
"No es comparable. Yo les puedo decir, aunque no sé si me van a creer, que es más premio el darlo que el recibirlo. El darlo te deja la satisfacción personal y tu recompensa de las horas de trabajo. Son muchas horas en el quiosco, con muchas inclemencias meteorológicas, y ahora tienes la alegría de que a alguien lo has hecho feliz, y eso es un doble recompensa", ha comentado.
El Chalo lleva desde 1932 repartiendo suerte en Granada y trabaja para Loterías del Estado desde ese momento. El suegro de Paco, que bautiza la parada de venta, lo gestionó hasta el cambio de siglo, cuando se lo quedan los Bartolomé. "Creo que somos uno de los más antiguos de España", decía el dueño del quiosco en la Navidad.
Entre fotos, grabaciones de las cámaras de televisión y las miradas de curiosos, son muchos los vecinos del pueblo que se acercan a abrazar a los Bartolomé y a felicitarles por dar el premio. La familia ya mira al sorteo del Niño del próximo 6 de enero, con la esperanza de seguir repartiendo la suerte por la capital y el resto de España.
"Ahora queda El Niño. Vamos a ver si podemos pillar algo, por completar, aunque yo por este año lo considero bastante. Si se da, será bienvenido, pero no lo buscaremos. Estoy muy feliz y muy contento. A la gente que le haya tocado, les deseo lo mejor. Y al que no, siempre hay reintegros, pedrea y un pellizquito siempre está bien para una cerveza. Nunca me han invitado, pero a ver si es la primera vez, aunque yo no vendo por eso", comentaba entre risas.
Premio entre las ventas habituales
La felicidad también estaba patente en Paco Bartolomé Junior, que se paraba muy amablemente a hablar con los compañeros de los medios de comunicación e incluso hacía un alto en la celebración para vender unas golosinas a unos niños que pasaban por allí y a los que no les importaba que el Gordo hubiera caído en el quiosco.
"No puedo ni hablar de los nervios ni de la ilusión. Cada año damos algo, por pequeño que sea. Siempre que hemos tenido algún tipo de tragedia, como la que pasó el año pasado y que todos conocéis, hemos dado premio. Este es el primero que hemos dado sin malas noticias, tocamos madera para que no pase nada", decía entre risas Bartolomé junior mientras se tocaba la cabeza.
No hay dos sin tres, decían los Pacos, que esperan a que en El Niño sea el cierre redondo a un año de mucho trabajo que se ha llenado de ilusión y en el que, por fin, les ha sonreído la suerte de forma plena.
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