"Todo eso de la apropiación cultural me parece un cuento chino"

Quintín Vargas | Músico

Al frente de Quentin Gas & Los Zíngaros, ha grabado ya tres discos en los que el flamenco se cruza con la psicodelia y la electrónica. Esta noche presenta en directo el último, 'Sinfonía universal cap. 02'

Quintín Vargas, alias Quentin Gas, el hombre al frente de Los Zíngaros.
Quintín Vargas, alias Quentin Gas, el hombre al frente de Los Zíngaros. / Belén Vargas
Blas Fernández

17 de noviembre 2018 - 06:00

Sevilla/"La ciencia ficción siempre ha fantaseado con que vendrán otros seres a conquistarnos, pero hay una teoría científica que dice lo contrario: los invasores seremos nosotros, que saldremos desde la Tierra a otros planetas. Conquistar está en nuestro ADN", dice Quintín Vargas cuando se le pregunta por el origen de Sinfonía universal cap. 02, tercer álbum de Quentin Gas & Los Zíngaros, una epopeya espacial entre la psicodelia, la electrónica y el flamenco que narra el éxodo de la Humanidad desde una Tierra ya inhabitable hacia otros planetas.

Y el argumento, con el cambio climático haciendo estragos y los extremismos políticos creciendo en todo el mundo, entre tantas otras barbaridades, se antoja de una idoneidad lamentable. "Esa idea está ahí, dentro del disco, que aunque esté disfrazado de ciencia ficción, con una nave llamada Esperanza, preparada para un éxodo de miles de personas, no deja de ser crítico con la situación actual. Es el futuro lógico del ser humano: la huida de este planeta. Suena dramático, pesimista, pero lo veo así", remata.

Procedente de una familia de larga raigambre flamenca -es hijo de la bailora lebrijana Concha Vargas-, Quintín debutó junto a Los Zíngaros con Big Sur (Fun Club Records, 2015), un disco en el que marcaba distancias frente al rock de garaje practicado por Los News, la primera banda con cierta proyección en la que militó, dando rienda suelta a sus impulsos jondos. Pero sería con Caravana (Fun Club Records, 2017) cuando el grupo se asentó definitivamente con una formación estable y un particular sello psicodélico que lo proyectó más allá del circuito local.

"En realidad, Big Sur iba a ser un EP, pero Pepe Benavides quería sacarlo con Fun Club Records, y ya que tenía esa posibilidad, mejor hacer un LP -explica-. Por un lado está claro que es el primer disco de Quentin Gas & Los Zíngaros, pero por otro me cuesta verlo así, porque el concepto de grupo aún no estaba bien definido, como si todavía no supiera muy bien qué quería hacer. Creo que lo supe mientras lo grababa, porque lo que tenía antes era un batiburrillo de canciones. Sabía que quería experimentar con el flamenco, pero no de qué manera. Por eso cuando escuchas ahora Big Sur y luego escuchas Caravana notas un salto, no sólo musical, sino de concepto".

Pero el salto tampoco fue sólo conceptual. El impacto de Caravana, y sus incendiarios directos -lo han podido comprobar en sitios tan dispares como Colonia o el festival bogotano Rock al parque- propició el fichaje por la veterana independiente Everlasting Records, la compañía encargada de poner en circulación Sinfonía universal cap. 02. "El capítulo uno será una precuela que explique el porqué de la huida, del éxodo de la Tierra, y el tercero continuará la historia. La idea es que el capítulo uno salga a finales del año que viene o principios de 2020. Pero no sé... Antes iba por libre y sacaba discos cuando me parecía, pero al estar ahora en un sello como Everlasting la cosa cambia", explica un hiperactivo Quintín, que ha contado en esta nueva aventura con colaboradores como "Willie Manilli, de We Are Standard, Miguel Rivera, de Maga, Miguelito García, de Derbi Motoreta’s Burrito Kachimba...", relata.

Y del jerezano Santiago Gonzalo, alias Bronquio, terror del trap-punk... "Pero eso es más que una colaboración -puntualiza-. Ha coproducido algunas de las canciones y viene con nosotros en directo. No digo que sea uno más del grupo porque ya me advirtió en su día que no puede garantizarme que vaya a estar ahí siempre. Tiene su propio proyecto y su prioridad es otra. En principio iba a ser eso, una colaboración, pero luego acabó estando en todo el disco. Todos los sonidos electrónicos son cosa suya".

Lo de que los títulos de las canciones sean nombres de planetas en legua hindi es cosa de Quintín. Y tiene una explicación divertida. "Lo que intento con este proyecto es ser original -cuenta-. Cuando decidí que íbamos a utilizar sonidos de planetas y astros grabados por la NASA, tuve claro que los títulos de las canciones tenían que ser los nombres de esos planetas. Pero de pronto me di cuenta de que hay 40 canciones que se llaman Marte, 500 que se llaman Júpiter... ¡Si hasta Pablo Alborán tiene un tema titulado Saturno! Y me puse nervioso. Necesitaba títulos originales o que por lo menos no estuvieran muy trillados, y se me ocurrió lo del hindi, que de algún modo retomaba el hilo de Caravana y servía para unir ambos discos".

Le apunto otro hilo: en Caravana se narraba la diáspora gitana desde la India y la llegada a España de parte de aquella comunidad; en Sinfonía universal cap. 02, el éxodo tiene como protagonista a la Humanidad misma. "Pues no es algo premeditado. Lo he pensado después, cuando me lo habéis dicho", asegura.

Ajeno a la ortodoxia flamenca pese a sus orígenes -reclamarle lo contrario sería insistir en un feo y pobre determinismo-, Quintín considera que, por encima de la psicodelia, la conexión entre los tres discos de Los Zíngaros reside en "los dejes flamencos. Eso siempre va a estar en la banda. Y si me canso montaré otro proyecto. Lo que sí intento es abordar cada disco desde sonidos con los que me sienta cómodo en su momento. Por ejemplo, Big Sur era muy experimental; Caravana estaba totalmente inmerso en la psicodelia y en éste se puede ver que me estoy metiendo más en la electrónica, porque ahí es donde me siento más cómodo ahora. De hecho, el siguiente disco será el más flamenco y, a la vez, el más electrónico. ¿Después? No lo sé. Es lo que más me gusta de este proyecto: cambia el envoltorio, pero detrás está siempre el flamenco".

Quintín Vargas, tras la entrevista.
Quintín Vargas, tras la entrevista. / Belén Vargas

De momento, en Sinfonía universal cap. 02 se atreve con los registros vocales más jondos que ha grabado hasta la fecha. "Este disco me ha servido para marcar un antes y un después, porque me he dado cuenta de que me siento muy cómodo con ese registro vocal. Creo que lo voy a explorar aún más en el siguiente. En esto me ayudó bastante Raúl Pérez -dice en referencia al productor del álbum-, que insistió en que me soltara. Yo no estaba muy seguro, porque no soy cantaor y vengo de la familia que vengo, y eso me impone respeto, pero él me ayudó a hacerlo a mi manera. Por eso digo que creo que en el siguiente me voy a atrever todavía más".

Y todo ello, en un momento de indudable apogeo de ese cíclico reconocimiento que el rock español depara a las contaminaciones flamencas, históricamente marcadas por las mismas y cansinas polémicas. Inevitable preguntarle por Rosalía. "Tengo una opinión muy clara y puedo decirla rápidamente: todo eso de la apropiación cultural me parece un cuento chino -zanja-. Y lo dice un gitano de familia purista. El arte, o un género concreto, no tiene dueño, no es propiedad de nadie. Si yo hago lo que hago viniendo de donde vengo, ¿por qué no va a poder hacerlo alguien de fuera de Andalucía o que no sea gitano?".

Junto a Quentin Gas & Los Zíngaros, esta noche también subirán al escenario, en calidad de teloneros, Vera Fauna, una de las más interesantes bandas que aguardan en el cargador de la excitante e inagotable escena local. ¿Por qué? "Porque me encantan -afirma Quintín-. Creo que es uno de los mejores grupos de Sevilla, de Andalucía y del país. Me gustan las bandas que hacen cosas interesantes y creo que Vera Fauna está en eso. No quiero pecar de chovinista, pero las bandas que hacen psicodelia desde aquí siempre aportan algo especial, otra manera de hacer las cosas: miran a la tierra. Eso ya pasó con Smash, con Triana... Por eso me gustan tanto".

Quentin Gas & Los Zíngaros presentan esta noche Sinfonía universal cap. 02 a las 23:00 en Sala Malandar (Torneo, 43). Teloneros: Vera Fauna.

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