Las obras del puente de la SE-40 deben respetar una parada biológica del 1 de marzo al 1 de julio

Declaración de Impacto Ambiental

El cruce de la SE-40 a la altura de Coria tiene lugar muy cerca de la esclusa del Guadalquivir.
El cruce de la SE-40 a la altura de Coria tiene lugar muy cerca de la esclusa del Guadalquivir. / Puerto De Sevilla

La Declaración de Impacto Ambiental del paso del río de la SE-40 mediante un puente con las pilas fuera del agua establece las medidas preventivas, correctoras y compensatorias en las que se debe desarrollar el proyecto para la adecuada protección del medio ambiente y los recursos naturales.

Una de las condiciones es la imposibilidad de acometer obras durante un periodo de cinco meses (de marzo a julio) en el entorno de los cauces y en las actuaciones que se desarrollen a menos de 300 metros de distancia de los vaciaderos y de los puntos de interés faunístico identificados en el estudio de impacto ambiental.

Así reza el punto 18 de las condiciones marcadas en el estudio ambiental, donde se dice que “la parada biológica prevista en las obras de los viaductos, en el entorno de los cauces, entre el 1 de marzo y el 1 de julio, se extenderá sobre todas las actuaciones que se desarrollen a menos de 300 m de distancia de los vaciaderos y de los puntos de interés faunístico identificados en el estudio de impacto ambiental”.

En este periodo tampoco se ejecutarán trabajos de despeje y desbroce, independientemente de la zona y formación vegetal afectada.

Otro condicionante de las obras, el número 35 del estudio ambiental, apunta a la revisión periódica del estado de los ríos y arroyos que cruza el puente. “Se revisará, al menos, semanalmente el estado de los ríos y arroyos que cruza la autovía y la calidad de sus aguas, constatando la ausencia de impactos como alteración de la vegetación, sólidos en suspensión, residuos u otros contaminantes y constatando que las medidas adoptadas son adecuadas para proteger la vegetación de ribera, los recursos hídricos, preservar su calidad y salvaguardar el funcionamiento del régimen hídrico y del ecosistema acuático”.

Una vez construido el puente y puesto en servicio, el estudio de impacto ambiental establece en su punto 37 que en la fase de explotación “el Plan de Vigilancia Ambiental (PVA) se prolongará durante 5 años tras la finalización de las obras”. Y se añade que “en cualquier caso, el seguimiento de las medidas previstas sobre restauración vegetal e integración paisajística que se contempla en la prescripción 30, se prolongará, si fuera necesario, más allá de los 5 años hasta la consecución de los objetivos perseguidos, los cuales implican el establecimiento de vegetación, hábitats y poblaciones viables en condiciones naturales”.

La Directora General de Calidad y Evaluación Ambiental, Marta Gómez Palenque, firma el documento con fecha de 18 de diciembre de 2023.

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