La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Coronavirus
Una reciente investigación de la Universidad de Bolonia (Italia), realizada por una docena de investigadores procedentes también de las universidades de Bari, Milán,Trieste y de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental, demuestra la relación directa entre la contaminación ambiental por partículas en suspensión con la velocidad de propagación del coronavirus en el Norte de Italia, concretamente en la región de la Llanura Padana, donde el contagio ha sido mayor que en otras zonas de Italia.
Añaden los investigadores de la Universidad de Bolonia que “la difusión virulenta de la epidemia en la Llanura Padana no se ha observado en otras zonas de Italia que presentaban casos de contagio en el mismo periodo. A este propósito es emblemático el caso de Roma en la que la presencia de contagios era ya manifiesta en los mismos días de las regiones de Padania, sin implicar un fenómeno así de virulento”.
Así pues, las concentraciones de partículas atmosféricas funcionan “como factor vehicular del virus” aunque en algunas zonas los científicos aseguran que “pueden también haber influido condiciones ambientales desfavorables para la tasas de inactivación viral”. En la investigación se ha evidenciado una relación entre la superación del límite legal de las concentraciones de partículas (las PM10, de tamaño mayor) registradas en el periodo del 10 de febrero al 29 febrero de 2020 y el número de casos infectados de COVID-19 actualizados al 3 de marzo.
El estudio, que ha sido traducido y difundido en Facebook por Txiqui López, afirma que “la velocidad del incremento de los casos de contagio que ha interesado en particular algunas zonas del norte de Italia podrían estar ligadas a las condiciones de contaminación de partículas atmosféricas que ha ejercido una acción de carrier y de boost”.
Los investigadores italianos recuerdan que hay precedentes de la elevada difusión de infecciones virales en relación a elevados contenidos de contaminación de partículas atmosféricas (las de menor tamaño PM2,5 y las más grandes PM10), por lo que sugieren tener en cuenta esa contribución y solicitan medidas de contención de la contaminación.
Desde la Red Sevilla por el Clima, su presidenta María Perianes señala que este estudio puede servir en España para estudiar también en profundidad la evolución del coronavirus en las distintas zonas. “Hay que valorar si la contaminación puede estar haciendo de agente impulsor del virus”, señala Perianes, licenciada en Ciencias Ambientales y especializada en energías renovables, gestión ambiental en la industria, eficiencia energética y consultoría del medio natural.
En nuestro país el coronavirus ha sido muy virulento en Madrid, capital con los mayores registros de contaminación atmosférica, y donde se han dado más contagios y fallecimientos por el coronavirus.
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