Urbanismo sigue sin control en Sevilla, pinchazo en hueso al reparar los tornos
La Caja Negra
La empresa adjudicataria del servicio de los tornos ha sido incapaz de su activación y ha renunciado a los cuatro meses de la firma, una chapuza en la gestión en toda regla
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Una chapuza en la gestión, un pinchazo en hueso en el organismo llamado a ser el motor de la ciudad. Ni cuatro meses ha durado la empresa adjudicataria del servicio de activación de los tornos de acceso a la sede de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente. El organismo autónomo municipal continúa sin mecanismos de control del acceso de los trabajadores y visitantes. Los tornos llevan años averiados y ofreciendo una lamentable imagen en los accesos a las oficinas de la Cartuja. A raíz de la publicación en este periódico de su nulo funcionamiento, la Gerencia sacó a licitación el servicio por 6.645 euros. Fue adjudicado a una empresa que ofreció una baja del 14,5% y una serie de mejoras basadas en los años de garantía. El contrato se formalizó el pasado 20 de junio, pero la contratista presentó un escrito el 3 de octubre para pedir la resolución por mutuo acuerdo al haberse producido unas “incidencias” y tratar de salvaguardar el “interés general”. El caso es que la sociedad adjudicataria no terminaba de controlar los mecanismos para poner en funcionamiento los tornos. Se explica de la siguiente forma en el farragoso lenguaje administrativo: “Que habida cuenta las especiales dificultades encontradas en fase de ejecución del contrato, donde el contratista, en conversaciones con el fabricante, no ha conseguido automatizar la generación de la tupla (...), dado que habría que cambiar el código de la solución presentada y eso podría demorar aún más la puesta en marcha de la solución, además de no disponerse de una funcionalidad ágil a la hora de gestionar el Registro de Visitantes, se han mantenido varias reuniones y llamadas donde se ha tratado este problema, no llegándose a soluciones adecuadas, dada la especial complejidad de las especificaciones planteadas”.
Y respecto a no perjudicar el “interés público” se especifica lo siguiente: “Todo ello encaminado a una pronta resolución del contrato, en aras a proteger el interés público afectado, ya que la demora en la puesta en funcionamiento de los tornos de acceso para el personal de esta Gerencia está afectando no sólo a un efectivo control horario de entrada, salida y presencia de los trabajadores/as de la Gerencia, sino también a un problema de seguridad derivado del control de acceso de los visitantes a esta Agencia, lo que permitirá a la Gerencia poner en marcha un nuevo contrato que afine en sus exigencias las necesidades reales y que permita disponer, en un tiempo muy corto, de un sistema de Control de Acceso, que es el objeto final de este contrato”.
La dirección de Administración y Economía de la Gerencia de Urbanismo que ostenta Manuel Valdivieso, factótum del organismo municipal, donde hace y deshace desde hace años, ha fallado clamorosamente en un contrato menor y de vital importancia en el funcionamiento cotidiano de la Gerencia. Al menos no ha habido que realizar ningún pago a la empresa, aunque el servicio sigue acumulando años de nulo funcionamiento.
Pareciera que nadie está interesado en arreglar los tornos desde que dejaron de estar operativos con la pandemia. Alguien o varios, como suele ocurrir en Sevilla, está muy interesado en que haya cosas que no funcionen, aunque se ofrezcan las explicaciones más detalladas y precisas para justificar la inacción en el caso de los tornos. No parece tan difícil rastrear en el mercado cuáles son las empresas solventes a la hora de hacer funcionar unos tornos. En la documentación oficial al respecto se habla de los torniquetes, curiosa metáfora que bien puede representar la situación de una Gerencia donde, por un motivo o por otro, cada vez hay menos trabajadores y se intenta externalizar servicios. Como se dice no sin sentido del humor, con el paso del tiempo no hará falta controlar la presencia de funcionarios ni del personal laboral porque no se para de reducir su número, aunque, eso sí, sigan saliendo nuevas jefaturas que, por cierto y en algunos casos, no se terminan de publicar. Faltan luces y taquígrafos. Otal vez estamos ante otro tipo de torniquetes... para evitar alguna suerte de hemorragias políticas.
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