Silvestre Segarra: "La juventud española ha demostrado que está dispuesta a coger un pico y una pala"
La Caja Negra
El CEO de Porcelanosa lanza un mensaje de optimismo y esperanza en el futuro al comprobar la ola de solidaridad protagonizada por miles de jóvenes españoles tras la tragedia de Valencia
Mensajes positivos, no alarmistas. Trabajo y esfuerzo, visión de futuro, constancia, estudio y un alto grado de inquietud. Hay esperanza para no dejarse arrastrar por el pesimismo de cara al futuro de la sociedad española. No hay que asumir como certeras las teoerías sobre la generación nini ni otras similares que resaltan caracteres negativos de nuestros compatriotas más jóvenes. Así lo ve el vicepresidente ejecutivo de Porcelanosa, Silvestre Segarra, un hombre inquieto, que ultima su tesis doctoral relacionada con un personaje de la historia contemporánea de la Iglesia en España, que quiere escribir una novela y que a sus 60 años sigue dirigiendo una compañía de sólida implantación internacional. Segarra ni mucho menos se limita a la actividad a la que obliga la empresa, es polifacético porque no pierde el tiempo delante de la televisión. "La juventud española está dispuesta a coger el pico y la pala. Empiezo a tener otra visión de España desde este momento. Si realmente fueran ninis no hubieran hecho lo que estamos viendo con todo lo que ha ocurrido con la DANA. Yo al menos desechado esa teoría de los ninis, creo que no tendremos problemas con las pensiones. Tenemos una juventud magnífica. Con esta gente joven no podemos fallar. Tendremos que dar un paso atrás y que entren ellos, porque yo quiero irme a los 70 años. Pero irme, irme...". Así lo confesó en un desayuno de la Asociación Española de Directivos, un encuentro celebrado en los salones del Hotel Colón Gran Meliá de Sevilla que dirige Rosana González. Segarra conversó un largo rato con el periodista Santiago Arenado, después de tener como presentador al empresario sevillano Rosauro Varo, CEO de GAT Inversiones, que abordó, entre otros, el perfil más humano y quizás menos conocido del personaje invitado. El archiconocido Luis Miguel Martín Rubio dio la bienvenida a una sesión a la que asistieron más de cincuenta directivos. Martín Rubio recordó, por cierto, la alta calidad del calzado de la marca Segarra.
Segarra reconoció que los años electorales en los Estados Unidos son siempre difíciles para los empresarios que operan con fuerza en el extranjero. "Son años terribles porque la gente deja de consumir". ¿Y es Donald Trump una amenaza seria? "No anatemizo a nadie. Mi respeto a las mayorías, me gusten o no. No veo con miedo a la futura Administración Trump". Segarra es de lo que se cree que Trump "se deshinchará" cuando se vuelva a sentar en el Despacho Oval. Y reducirá los excesos verbales. O eso se espera.
Segarra dedicó especial atención a su experiencia en los países sudamericanos y ala gran clave de futuro de estas naciones: "Una clase media estable es fundamental para el crecimiento de un país. En Sudamérica hay grandes contrastes, hay mucha gente sufriendo aún, como ocurre en Perú, donde ves un campo de golf y en una zona próxima de la misma ciudad a gente con muchas necesidaders. Tiene que crearse aún una clase media en esos países que permita la prosperidad".
Defensor de la Transición, de "todo lo que bueno que trajo" y de la ya entonces emergente clase media española. Siempre tuvo claro que el primer gran reto de Porcelanosa fue "crear una marca en un sector sin marcas". Tiene una gran confianza en la institución de la empresa familiar. "La empresa familiar requiere una vocación especial. La desunión impide retos fuertes. La empresa familiar genera grandes alegrías y grandes disgustos. Hay que estar preparados".
¿Qué país preocupa a Segarra desde el punto de vista empresarial? "El dolor de muelas es India, donde se fabrica más barato y mejor". ¿Y de la tragedia de Valencia, en general? Tiene claro dónde deben emplearse ahora las energías. "Estamos buscando culpables. ¡Ya vendrá el tiempo de la responsabilidad, ahora urge la reconstrucción! Al que ha perdido todo qué más le da ahora el culpable, de eso habrá tiempo sin duda, pero hay que reconstruir". La sesión se hizo corta, dado el alto nivel de inquietud de Segarra, que hasta refirió sus investigaciones en archivos de la Iglesia, necesarias para la tesis que quiere culminar. Hasta habló del cardenal Segura. Y, por supuesto, de la Familia Real británica e Isabel Preysler. Unos partners de lujo.
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