Las residencias de estudiantes ganan terreno a las tecnológicas en la Cartuja
La Caja Negra
Otra gran parcela acogerá servicios ajenos al I-D-i para que los fueron concebidos los terrenos al término de la Exposición Universal
La isla sin alma
La degradación de la ciudad
La Cartuja no era un sitio concebido para bares, hoteles ni residencias de estudiantes a la terminación de la Exposición Universal de 1992. Pero la realidad revela que poco a poco muda de piel. En cierta manera se devalúa el uso original, pues se supone que habría muchas empresas del sector científico-tecnológico que piden espacio (o eso nos cuentan), pero en la práctica se priorizan otro tipo de actividades que son complementarias. La Cartuja sumará otra macro-residencia para alumnos universitarios de acuerdo con el proyecto que ya ha recibido la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla. Se trata de un edificio de cuatro plantas con sótano en una parcela de más de 6.000 metros cuadrados en el número 6 de la avenida de Américo Vespucio, junto a la sede de Asepeyo. La empresa promotora es Fauragarbi Investments, S.L, que ha adquitido el terreno en propiedad. La Cartuja tiene ya dos grandes residencias de estudiantes en uso (Odalys y Yugo), otra en construcción enfrente del aparcamiento de Isla Mágica y la Escuela de Ingenieros y una cuarta de la que ya se ha presentado el proyecto.
El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) dictamina que los terrenos principales de la Cartuja se conciben para "servicios avanzados", refiere expresamente a la isla y precisa qué se debe entender por dichos servicios: el I+D+i (Investigación, desarrollo e innovación). Dicta el Plan General sobre los servicios avanzados: "Reconoce aquellas áreas donde se implantan edificaciones para acoger actividades basadas fundamentalmente en nuevas tecnologías, cuyo objeto de producción es el manejo de información, el desarrollo y producción de sistemas informáticos, audiovisuales y otros similares, cálculo y proceso de datos y, en general, actividades de investigación, desarrollo e innovación, así como servicios empresariales cualificados, en un entorno adecuado. Recoge, básicamente, el ámbito del Parque Tecnológico Cartuja 93".
¿Cuál es la clave? Que el mismo Plan General habla también de "usos compatibles". Y en estos "usos compatibles" se admite los de "Equipamientos y Servicios Públicos". Y entre estos últimos, las residencias de estudiantes. Al final, el PGOU no preserva al cien por cien el uso principal, que es de actividades de I-D-i, y ocurre como con la Avenida de la Palmera, que se acaban admitiendo modificaciones sustanciales gracias a una suerte de cajón de sastre donde, al final, entra de todo. Pero tarda en trascender. Por eso el cambio de piel es lento, pero no de deja de avanzar.
El propio Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han presentado recientemente como un éxito una recalificación que no deja de ser una devaluación de los usos del suelo, tal como informó este periódico. O no hay tantas empresas interesadas en el I+D+i, o no se sabe gestionar el suelo por parte de las administraciones competentes. Urbanismo por su parte está siendo permisivo con el cambio de uso en la práctica de algunas parcelas y edificios ya existentes. De un uso calificado de servicios avanzados (I+D+i) se apuesta por un uso terciario, oficinas fundamentalmente en el caso del Canal, porque este destino es más lucrativo a corto plazo. El criterio para poptenciar la actividad en el parque de la Cartuja no debería ser el de una inmobiliaria que vende suelo con el único objetivo del precio de venta. Nadie duda de la necesidad de contar con compañías aseguradoras y firmas de moda en la ciudad, pues crean empleo, pero los terrenos escogidos estaban destinados a usos muy distintos.
La Gerencia de Urbanismo concedió a finales de 2020 una autorización para iniciar la construcción unas instalaciones para universitarios en los suelos que fueron ocupados por el pabellón de la ONU en la Exposición Universal de 1992, como ya se ha referido. El inmueble enclavado en la calle Francisco de Xerez (junto a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla) se encontraba ya en desuso tras estar usado durante muchos años por el gimnasio Cartuja Sport. El proyecto autorizado fue presentado por la empresa Life Stay Cartuja S. L. Hoy opera ya bajo el nombre comercial de Yugo Cartuja. Es hasta ahora la última macro-residencia que se ha estrenado en la Cartuja a la espera de dos más.
El sector de las residencias universitarias experimenta un boom desde que estalló el fenómeno del turismo masivo, que ha reducido las opciones de alquiler de piso para los estudiantes. Esta circunstancias ha generado una oportunidad de negocio para los fondos de inversión que respaldan muchos de los proyectos de residencias universitarias puestas en marcha en Sevilla la última década. De tener abierto el debate sobre la abundancia de residencias de estudiantes en plena crisis demográfica se ha pasado verlas como la alternativa de alojamiento a falta de viviendas en arredanmiento. Una consultora privada estableció hace un año en 7.200 plazas la oferta de este tipo de alojamiento en la capital andaluza. Una cantidad que aumentará en mil más en dos años con los nuevos proyectos que trascienden. Por tanto, en 2025 se podrán superar las 8.000 camas. Actualmente hay 37 centros que prestan este servicio en la ciudad hispalense y su área metropolitana.
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