¿Qué ocurrió en la última sesión del patronato del Alcázar?

Crónica de los detalles de la sesión del patronato celebrada a puerta cerrada en pleno febrero y con el aire acondicionado puesto para terror de los asistentes

El Patio de las Doncellas del Real Alcázar de Sevilla
El Patio de las Doncellas del Real Alcázar de Sevilla / M. G.

Sevilla/EN el Alcázar puede hacer frío, mucho frío. Es lo que tienen los palacios. La gente cree que vivir en ellos es una delicia, una experiencia exquisita, pero suelen ser construcciones cargadas de tanta belleza para el visitante como gélidas para el inquilino. Que se lo pregunten a los arzobispos, que a los pocos meses de llegar a Sevilla comienzan a sufrir las bajas temperaturas . Oa los miembros del consejo del patronato del Real Alcázar, que saben perfectamente de esos signos que anuncian los grandes cambios, que son los primeros en sufrir en sus carnes el cambio climático, ese fenómeno que hace que tengamos frío en invierno y calor en verano (como siempre) pero que provoca que el clima se incorpore al noticiero diario de nuestras vidas en esos telediarios ya interminables de casi una hora de duración, donde siempre conectan con la playa de la Malvarrosa y nunca con Matalascañas.

En la última sesión del patronato, los ilustres miembros entraron en el Cuarto del Almirante con el aparato de aire acondicionado funcionando a toda pastilla. “¡Dale, Antonio, dale más fuerte!”, parecía que le decían con guasa al gran Muñoz, delegado de Hábitat (frío) Urbano. Era una delicia oír el ronroneo del aparato arrojando aire fresquito, pero muy fresquito, a la regia estancia en pleno invierno. Un aparato dentro de una armario de los de antes, de los que podían acoger un Telefunken o un Grundig de los que tocaban en la tómbola ochentera de Ecovol.

Lo mejor es que eran los miembros de la sufrida oposición quienes recibían el aire frío directamente en sus cuerpos. Si ya de por sí en la oposición se pasa frío hasta en agosto, imaginen cómo lo pasaron las criaturas en esta ocasión...

Las corrientes frías también alcanzaban la espalda de Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol y Marqués de la Sevilla de las 8, que estuvo a punto de ser evacuado por efecto de una pulmonía. Pero ya se sabe que a don Antonio no hay quien lo baje del caballo... ganador.

Una corbata de obsequio

Hubo, al menos, regalo de bienvenida: una corbata inspirada en la azulejería azul del monumento para los señores y un pañuelo para las señoras. “La corbata es para la Feria” se oyó. El Alcázar, pensó alguien, no ha sucumbido a la moda unisex.

La sesión arrancó con una magnífica noticia: el retorno de don Manuel del Valle, recuperado ya de sus dolencias. El alcaide abrió la reunión en ausencia del alcalde, que llegó tarde: “Vengo de Dos Hermanas”, explicó. Alguna mente pérfida pensó que como Espadas comenzó afiliado al PSOE de Dos Hermanas, a lo mejor le estaba agradeciendo a Toscano sus palabras como posible candidato a la Presidencia de Junta. “Ya veremos”, dijo el nazareno y sanchista . “Los de San Vicente”, como llama ahora Espadas a los todavía seguidores de La Que Mandaba en el PSOE andaluz, guardan silencio.

La directora del Alcázar, Isabel Rodríguez, sentada siempre al lado de su valedor Antonio Muñoz, comenzó con su informe habitual de restauraciones. ¡Se ha superado por fin el problema de las cagarrutas de palomas de los Tapices!. La nueva línea de productos a la venta en la tienda oficial, con diseño de artesanos sevillanos, son un éxito, al igual que los simulacros de accidente a cargo de los bomberos.

La oposición aprovechó para meter el dedo en el ojo con la protesta ese mismo día de los trabajadores, hartos ya de externalizaciones y de la falta de medios. Muñoz sacó el capote y comentó que se mantenía el diálogo con ellos pero aludió a cuestiones legales y a las RPT pendientes. Las cosas, las cosas…

Como siempre, según la liturgia del Día de la Marmota, Isabel de León preguntó por qué el Alcázar tiene tanto dinero en la cuenta del banco sin utilizarse. ¡La pregunta es todo un clásico! El alcalde, auxiliado por el audaz secretario y el no menos audaz interventor, volvió a referirse a la normativa vigente: la Ley Montoro. Esa que ni Sánchez , ni Iglesias ni parece que nadie pueden quitar. Montoro es una especie de Cid de la política española que ganando batallas después de muerto (políticamente, porque luce ahora un moreno envidiable en la Sierra de Guadarrama).

La noticia de la venta de una de las casas del Patio de Banderas propició otro debate. Las casas del Patio de Banderas no están declaradas BIC todavía por una falta de definición concreta de los límites del palacio, que provienen de su primera protección como espacio (casi en la mitad del pasado siglo) , a partir de ahí se quiere impulsar esa declaración a la que nunca ha sido sensible el Ministerio. Madrid es Madrid, que lo mismo te manda un funcionario para inventariar la tazas del Cuarto Alto de los Reyes , que te manda un vasco para controlar el grupo parlamentario de Vox en Andalucía, ¿verdad Serrano?.

El duque de Alba

El nuevo sistema de entradas nominales fue el siguiente punto del orden del día. El duque de Alba se interesó por el porcentaje de venta presencial y a través de internet. Se sorprendió del crecimiento de este último sistema. El nuevo método intentará acabar con la reventa fraudulenta. Intenta seguir los pasos de la Alhambra.

De las pedreas de los ruegos y preguntas la mejor fue la del alcaide don Manuel, quien propone revitalizar el Alcázar como espacio cultural con una nuevas Tertulias de Olavide en las que intelectuales de todo signo discutan el futuro de la ciudad en el entorno con más historia acumulada. Contará con el asesoramiento de Enriqueta Vila.

Canapés de despedida

Terminó la reunión con el refrigerio habitual. Junto a los ibéricos y canapés variados debutaron esta vez unas tostas de ensaladilla de tomate con evidente riesgo por su desigual equilibrio. Dice que no hubo heridos gracias a la pericia de los comensales. Espadas se fue rápido, antes Pulido hizo un aparte con él. ¿Le recomendaron a don Antonio algún medicamento contra el resfriado?. La oposición trifachita compartió conversación y ocurrencias. Debutaba la nueva tesorera del Ayuntamiento. Ay, nostalgias de Baltasar de Zárate y sus maneras canarias del CDS. Se excusó Gregorio Marañón. Algunos, camino ya de los quehaceres y compromisos de la primera tarde, acuñaron un nuevo dicho sevillano: “Te dejas ver menos que Benito Navarrete en los patronatos del Alcázar”. El aparato de aire acondicionado seguía ronroneando en el Cuarto del Almirante.

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