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Las nuevas luces para el río de Sevilla

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El edificio de los 'espejitos' impacta con una original iluminación nocturna que realza un proyecto innovador que estará terminado antes de fin de año

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Así luce la iluminación del Jardín de las Cigarreras / José A. García

Un nuevo paisaje, o mejor dicho dos nuevos paisajes a la vera del río a su paso por un tramo de Los Remedios porque la estampa nocturna ofrecerá una geometría de la luz que supondrá una aportación enriquecedora. La obra del edificio de los espejitos –como muchos ya conocen al inmueble principal del complejo tras su descubrimiento los días de la pasada Feria– está al 90% de ejecución. El gran proyecto urbanístico Jardín de las Cigarreras será el primero en estar acabado de los dos que se ejecutan junto al Guadalquivir, el otro es el de la antigua fábrica de Altadis. 

Los dos edificios del complejo Jardín de las Cigarreras con la nueva iluminación nocturna / José Ángel García

El nuevo balcón de vistas privilegiadas al río y a la ciudad estará terminado antes de fin de año. Y la iluminación de los edificios supondrá una verdadera aportación en una zona donde sí caben apuestas novedosas que no solo guardan armonía, sino que aportan un enfoque original al paisaje sin resultar agresivo o rupturista. Nunca se olvide que el proyecto se asienta en unos terrenos de la Autoridad Portuaria que estuvieron destinados durante años al aparcamiento de vehículos. El proyecto es una de las grandes novedades en la estética de esta margen del Guadalquivir. 

Una imagen de la obra desde el interior del complejo Jardín de las Cigarreras. / José Ángel García

El diseño de la arquitecta María Luisa Álvarez Quintana ha creado un gran espacio público con zonas verdes, dos inmuebles más que singulares que permiten nuevas e inéditas perspectivas de la Sevilla histórica, un amplio aparcamiento subterráneo y un hermoso paseo fluvial que en su momento tendrá que conectar con el que a su vez bordeará el proyecto Vera, en los terrenos que fueron de la empresa tabacalera. 

Otra de las principales características de Jardín de las Cigarreras es que toda la zona es accesible, se ha cuidado que no haya obstáculos, que los desniveles se suplan con pendientes y que, por supuesto, haya sombra gracias a la vegetación que debe crecer tal como está planificado. Las pérgolas quedarán revestidas de buganvillas y el pavimento de la gran plaza pública será a base de césped. Se incluirán pequeñas zonas fluviales de estilo japonés para generar la sensación de frescor, que ya se puede apreciar si se accede al interior todavía en obras. La arquitecta Álvarez Quintana es una defensora de la sombra y de la sensación de frescor en ciudades como Sevilla, marcadas por el fuerte calor durante varios meses al año.  

/ José Ángel García

Los terrenos están dados en concesión por el Puerto por un período de 50 años después de la convocatoria del correspondiente concurso. La promotora Jardín de las Cigarreras negocia ahora con las empresas que deben gestionar los diferentes usos:desde el aparcamiento –con capacidad para 262 coches y 66 motos– hasta los dos grandes edificios que ofrecen diferentes opciones:eventos, gimnasio, restauración, etcétera. No serán más de tres o cuatro empresas en cualquier caso. La gran terraza de la última planta del edificio principal ofrece unas vistas y cuenta con una generosa cantidad de metros cuadrados que la convierten en el lugar idóneo para actos sociales. 

El edificio bajo con la Giralda al fondo. / José Ángel García

Todo el complejo está preparado para su cierre por la noche por motivos de seguridad. El párking presenta un cerramiento que evoca las celosías de los conventos de tal forma que de nuevo se garantiza la entrada de la luz. Todo está concebido para primar la luz y el bienestar en contra del urbanismo duro. Si se siguen los artículos de Álvarez Quintana se comprobará su criterio al respecto, como el expuesto en un trabajo publicado en 2018: “En los ochenta se pusieron de moda las ahora denominadas plazas duras, preciosistas imágenes en revistas como el Croquis seducían a los estudiantes de arquitectura de medio mundo. Resumían y suponían la traslación a la calle de la exquisita y ya académica arquitectura del movimiento moderno. Eran sin duda, aún lo son, la máxima expresión de la egolatría de algunos grandes arquitectos de la modernidad. Plazas y espacios públicos proyectados exclusivamente con la finalidad de enmarcar o potenciar la genialidad arquitectónica de sus autores. Plazas de geometrías limpias y puras, donde un banco, una pérgola o un árbol solo existen si con ello se logra enfatizar alguna virtud arquitectónica”. Y acto seguido, en el mismo artículo desarrolla el concepto de VAS, imprescindible para entender el proyecto Jardines de las Cigarreras. “Quizás nuestra visión de esta concepción del espacio público como desacertada no tendría tanto sentido si valorásemos soluciones de este tipo proyectadas en países nórdicos, con maravillosos ejemplos en ciudades como Oslo, Ámsterdam o Copenhague sino su traslación literal a múltiples localizaciones de nuestra árida y calurosa Andalucía que en su tránsito nos hacen añorar los paseos por los jardines del Alcázar, del Generalife o del Parque de María Luisa. Estos últimos espacios tienen en común tres elementos protagonistas que dan título a nuestra reflexión; Verde-Agua-Sombra (VAS). Concebir, proyectar y construir un espacio VAS implica para el arquitecto un apasionante y gran reto profesional, en cierta manera supone una renuncia a manejar exclusivamente el lenguaje arquitectónico aprendido, subordinándolo, o al menos integrándolo en una visión mucho más amplia y multidisciplinar”.

El edificio de los 'espejitos' / José Ángel García

Y explica los tres conceptos en clave del proyecto que nace en Los Remedios: “El verde, materializado a través de praderas, vegetación rastrera, trepadoras, arbustos y arboleda, presidida su implantación por principios de xerojardinería. El agua presente más allá de su proximidad al río a través de distintas configuraciones, generando estanques y regueros concebidos como elementos de integración paisajística, acompañando al paseante en su tránsito pero aportando a su vez un valor añadido como elementos de regulación en la concepción de un ciclo integral del agua. Y la sombra, ya sea obtenida directamente de árboles de gran porte, de extensas pérgolas pobladas de trepadoras diversas o grandes aleros con cuelgues vegetales en las edificaciones proyectadas”. 

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