Así será el monumento de los médicos para honrar a los héroes de la pandemia

Sevilla/Un bronce para honrar a profesionales de oro. En la misma fachada de la sede que agrupa a los médicos. Hombres y mujeres que escalan, se esfuerzan por alcanzar una cúspide donde vence la salud o, al menos, queda patente el esfuerzo por ganar cada batallas. El Colegio de Médicos de Sevilla colocará su propio monumento en homenaje a la labor de todos los profesionales sanitarios que lucharon contra la pandemia. La Junta de Andalucía inauguró monumentos en las ocho provincias andaluzas. El Gobierno andaluz apostó por una escultura de José Antonio Navarro Arteaga caracterizada por dos manos que evocan los aplausos que sonaron desde los balcones y ventanas de las casas a las ocho de la tarde de los días de encierro.

El Colegio de Médicos ha confiado su particular monumento al prestigioso escultor Juan Manuel Miñarro, profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, que ha proyectado un grupo escultórico de bronce. La obra destacará en el espacio libre que existe delante de la fachada de la sede de la Avenida de la Borbolla.

El edificio fue construido en 1972 bajo la dirección del arquitecto Rafael de la Hoz. El inmueble, rupturista en su época, tiene una fuerte identidad en la ciudad “gracias a su potencia arquitectónica, ubicación y valores patrimoniales”, según el proyecto presentado por la institución, elaborado por el estudio de arquitectura DG3. La memoria del proyecto realiza una serie de consideraciones de interés sobre el propio edificio, que sustituyó en su día una preciosa casa típica del Porvenir, y el nuevo monumento: “La identidad del inmueble está asociada, de forma indisoluble, con el colectivo de médicos en la ciudad. El volumen de la base se integrará en la actual lámina de agua y se utilizarán materiales acordes a los utilizados en la construcción de la sede del Colegio de Médicos”.

El profesor Miñarro ha querido expresar la dura lucha que los sanitarios han llevado a cabo contra la pandemia. Pretende un homenaje a todos los que han puesto su vocación de servicio, sus conocimientos y una entrega abnegada, para conseguir restaurar la salud de la población. También quiere proclamar la restauración de la salud mediante el trabajo de la ciencia. Todo esto es lo que quiere transmitir el conjunto escultórico, según se insiste en el proyecto: “Un homenaje al sacrifico y la celebración del triunfo que será representada simbólicamente mediante la reparación del fluir del río de la vida; lo cual quedará expresado por un corazón roto, situado al final de una pendiente curva, que los cuerpos de hombres y mujeres luchan por alcanzar en una escalada de esfuerzo solidario, hasta conseguir llegar a la cima en la cual se sitúa la enfermedad, representada por el corazón roto”.

En el grupo escultórico se aprecian seis cuerpos que ascienden para conseguir llevar el caduceo o báculo de Asclepio (símbolo griego asociado a la curación de enfermos gracias a la Medicina) hasta el vértice de la cúspide. “Luego el corazón en el vértice de la cúspide se erige también como fuente de la salud y la continuidad de la vida que ha sido puesta en peligro por la terrible pandemia”. El monumento incluirá textos relacionados con la pandemia. El escultor propone varios. Entre ellos destacan: “Yo quisiera quedarme en casa”, “También necesitamos de ti”, “Yo también tengo familia”, “Unidos y solidarios”, “Nos cuidamos todos”, “Para cuidarte”, “Para atenderte”, “Entrega”, “Vocación”.

El remate o vértice superior de la escultura, que representa de forma simbólica la enfermedad y la vida, será de cerámica vidriada en color rojo. De dicha pieza emanaría agua. De hecho existe una lámina de agua en el espacio libre delantero del edificio que adorna la fachada del edificio al que dota de sensación de frescura.