"Muchos jóvenes me preguntan cómo vestir en una entrevista de trabajo"
La Caja Negra
Francisco O´Kean es la cuarta generación de una familia de maestros sastres. Estrena tienda en la primera planta del número 10 de la calle O’Donnell, una ubicación que evoca a las sastrerías de otros tiempos
Sevilla/Era muy difícil mejorar la Plaza Nueva, pero lo ha logrado. O´Kean sigue cortando trajes. La firma que nació en la calle Larios de Málaga a finales del siglo XVIII estrena sede en el corazón de la milla de oro del comercio sevillano:el número 10 de la calle O´Donnell. En la primera planta, como las antiguas sastrerías de toda la vida. Francisco O´Kean Alonso es la cuarta generación de una familia de maestros sastres. José O´Kean Román fue el primero en aquel establecimiento de la principal calle de Málaga. Desde entonces siempre ha habido un O´Kean en el gremio.
El negocio pasó del corazón de Málaga a la Sevilla de los años 20 de la pasada centuria. Primero en la calle Rioja, donde el comercio estaba en una planta baja y la vivienda familiar en el primer piso. En los años cuarenta pasó a la calle Fernández y González. En 1957 abrió en la Plaza Nueva, donde ha atendido al público hasta el pasado 30 de abril. Y ahora está en la nueva ubicación de O’Donnell, siempre con el apellido O´Kean al frente.
La nueva sastrería es luminosa, elegante, conserva el probador de madera que miles de clientes ha usado en el comercio de la Plaza Nueva, con los espejos que se usaban ya en el negocio del bisabuelo de Paco O´Kean. El establecimiento tiene 220 metros cuadrados. No hay ya oferta de ropa sport, solamente prendas de vestir, lo que se dice vestir, para actos y ceremonias: trajes, chaqués, camisería a medida, corbatas y tirantes. Todo con el gusto y la exquisitez habituales.
O´Kean vuelve a una primera planta. No necesita ya de escaparate, aunque tenga un balcón de privilegio. Los clientes buscan el negocio, sin necesidad de captarlos a pie de calle. Las primeras plantas son más económicas. “Antes la única forma de vestir era acudir a una sastrería. Todo el mundo necesitaba una”. Los tiempos cambiaron con la confección. “Un traje a medida es una obra de artesanía que mucha gente no sabe valorar”. Paco O´Kean conversa mientras trabaja en una mesa amplia, la misma en la que trabajó su padre en la Plaza Nueva. Don José María siempre distinguía entre personas con cuerpo de pobre (a los que les queda bien cualquier traje de confección) o con cuerpo de rico (que requieren de chaquetas o trajes a medida).
“Antes vestíamos la desnudez del hombre. No había otra que acudir a una sastrería. Ahora todo depende de la sensibilidad de cada uno”. ¿En qué hemos retrocedido? “Se ha perdido cultura y educación en el vestir. Ahora todo el mundo viste igual todos los días, sin distinguir entre una jornada laborable y una de fin de semana, entre un horario de día o de noche”. ¿Por qué? “Por falta de personalidad en el vestir”.
“Me consultan muchos jóvenes cómo ir vestidos a una entrevista de trabajo. Tengo que pedirles información. Qué tipo de empresa, si es en Sevilla, Madrid o Londres... Vienen a consultarme porque en su casa no les han dado esa educación, esa cultura que es fundamental”.
Cataluña es quizás la región donde más se ha perdido en poco tiempo la cultura del vestir. “En quince años han asumido el negro. En Barcelona se vestía magníficamente, pero ahora solo se distinguen por las marcas de las camisetas”. Una evolución similar se ha producido en Galicia. En cambio, O’Kean, que tiene muchos clientes de fuera de Andalucía, aprecia que sigue habiendo nivel en el vestir en Santander, Bilbao, ciertas partes de Castilla-León, Madrid, Córdoba, Sevilla y Jerez. “Hay ciudades que no tienen sastrerías, por eso vienen aquí a buscarme. Y no hay sastrerías porque no hay demanda”.
¿Cuánto cuesta un traje a medida? “Si es artesanal los hay desde dos mil euros. Depende de la tela que se escoja”. Estambre, franela, granito, tricortinas... Un traje de estas características puede durar más de veinte años. “Si es de medida industrial puede costar desde 650 euros”.
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