¿Una iglesia de Sevilla o un hotel NH?

La Caja Negra

Puerta interior del templo de San Bartolomé.
Puerta interior del templo de San Bartolomé. / M. G.

Sevilla/En demasiadas ocasiones se entra en un templo del centro de la ciudad y dan ganas de preguntar el horario del desayuno más que el de misas. No nos acostumbramos a iglesias barrocas decoradas como si fueran los muy respetables hoteles NH o de cualquier cadena de estilo funcional y minimalista con una grifería imposible en la ducha. No se trata de denunciar el estilo arquitectónico que nos trajo el concilio, cuando se levantaron iglesias con apariencia de velódromos, casamatas o refugios en caso de bombardeos aéreos, en algunos casos con las medidas de las puertas bien calculadas para evitar la salida de pasos en Semana Santa. Sí, existe una arquitectura anti-cofradías. Quien lo dude que eche un vistazo a la parroquia de los Remedios.

¡Bienvenida esa arquitectura en los barrios, donde se han levantado iglesias con el dinero que genera la visita turística en la Catedral Pero dejen que los templos del centro sigan pareciendo templos. Dejen la madera de color miel en las puertas interiores, los pladures, las lámparas de tubos de aluminio, los expositores que chirrían... ¿Tan difícil es ser respetuosos con los valores que precisamente han motivado que esos edificios sean catalogados? Vayan poco a poco suprimiendo todos esos motivos que agreden tantos templos del corazón de la ciudad, muchos de ellos restaurados con dinero público y afeados por la aplicación de malos criterios. En vez de sacristanes, recepcionistas. En vez de sacerdotes, aficionados a la arquitectura. O al interiorismo cutre.

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