El fugaz almuerzo de la Infanta Elena en Sevilla
La hermana del Rey Felipe quiso comer en Robles antes de coger el AVE de las 14:45. Participó en un acto de la Fundación Mapfre y realizó una visita privada al Archivo de Indias
Sevilla/Llegó confundida entre los turistas que vivaquean por el entorno de las gradas altas de la Catedral a esa hora en que la mayoría están buscando un velador donde yantar sangría y paella precocinada. La infanta Elena venía de una reunión de trabajo con los máximos responsables de la Fundación Mapfre, donde la hija mayor del rey Juan Carlos es la directora de Proyectos Sociales y Culturales desde hace más de una década, una labor con la que siempre se muestra entusiasmada.
El AVE de regreso a Madrid lo tenía justo a mediodía, poco antes de las tres de la tarde, pero quiso almorzar en pleno casco antiguo. Eligió el restaurante Robles, el de toda la vida, la nave mayor de la flota del reputado tabernero sevillano de la quinta del 35. La infanta y los directivos almorzaron en media hora en la planta alta, en el salón reservado que está presidido por La fragua de Vulcano.
Chacinas al centro, anchoas y tomate con melva. Nada más y nada menos. En treinta minutos se acabó la sesión. Cómo no, la infanta saludó al maestro Juan y a su hijo Pedro. Juan sigue todos los días encima de los negocios tanto a mediodía como por la noche. A su edad sigue muy activo en la atención a las mesas: si hay que cambiar un mantel, si hay que apremiar a un camarero, si hay que retirar la bandeja con el dinero y traer el cambio... A veces los turistas no lo reconocen como el dueño y avisan a algún empleado: “¡Oiga, ese señor se ha llevado el dinero!” Y hay que explicarles que se trata nada menos que del fundador de la empresa.
La infanta sí que reconoció a don Juan Robles. Su hija Laura diseñó el postre que lleva el nombre de la hija del monarca emérito, una delicia a base de vainilla, azafrán y chocolate blanco. El hoy rey de España conoce la casa, al igual que la reina Letizia. Y en algún rincón del restaurante todavía se puede contemplar una instantánea de la duquesa de Lugo con su entonces esposo, Jaime de Marichalar. Tiempo pretérito.
La infanta se fue en el AVE de las 14:45 tras participar en un acto del día europeo de concienciación ante la parada cardíaca celebrado en el Polideportivo San Pablo y de realizar una visita privada al Archivo de Indias, donde estos días se puede contemplar la exposición dedicada a la gesta de Magallanes y Elcano . En todo momento estuvo acompañada por el presidente de la fundación Mapfre en Andalucía, Luis Ángel Schweizer.
La infanta Elena pasó inadvertida entre los transeúntes del mediodía turístico sevillano. Protegida del sol con un sombrero y con un llamativo broche con forma de libélula. La más taurina de la familia real, la que más se parece a don Juan Carlos, regresó a su amada Sevilla por unas horas, la tierra tan querida por su abuela, doña María de las Mercedes.
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