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Los duendes de la Feria de Sevilla están de luto
Sevilla/Una gran pasarela enmoquetada con fondo de arquitectura regionalista, el frescor cercano del Parque de María Luisa y el cielo de un Jueves de Corpus en Sevilla. Una cita con la belleza desde todos los puntos de vista. No se ejecutará ninguna obra, solo la instalación de un escenario, las torres de iluminación y sonido y una decoración que estará en armonía con el monumento. La Plaza de España será engalanada para el desfile de la presentación de la firma Dior, previsto para el jueves 16 de junio. Habrá una pasarela central, como es lógico, una zona de sillas y otra de casetas. Está previsto el uso de un total de 1.620 metros cuadrados para un acto revestido de exclusividad por el lugar elegido y los criterios para asignar las invitaciones. El aforo será de 900 asistentes sentados. La pasarela estará bien delimitada por una moqueta perfectamente adherida a la superficie con cinta de doble cara. Las casetas harán las funciones de ambigú y se habilitarán tres aseos químicos.
Se trata del uso de un monumento regionalista, símbolo de la Exposición Iberoamericana de 1929, que no resulta agresivo con los valores arquitectónicos e históricos del edificio. En pleno debate sobre la conveniencia de que la ciudad acoja o no determinados acontecimientos, caso de las finales de fútbol de la Copa del Rey de la Europa League, Sevilla ha vivido el concierto de los Red Hot en la Cartuja sin mayores incidentes (más allá de que la gente no sabía dónde cenar al término del concierto) y se prepara para una cita glamurosa como el desfile de Dior.
Las recientes experiencias con las finales de fútbol provocaron episodios desagradables en la zona centro, como consecuencia del consumo de alcohol por parte de cientos de aficionados desde tempranas horas. Incluso se sufrieron momentos de tensión con un enfrentamiento entre aficiones de los equipos de la Europa League en la Puerta de la Carne.
Fue en abril cuando la firma Dior comunicó que apostaba por Sevilla para el desfile de presentación de la nueva colección. Con tal motivo recordó en ese momento “sus lazos con España, y concretamente con Andalucía, se forjaron ya en la década de 1950 y se han fortalecido desde entonces, con viajes que desembocaron en siluetas con nombres evocadores soñados por Monsieur Dior y sus sucesores”, reza el comunicado de prensa.
Para Christian Dior el nombre de sus vestidos era sumamente importante, y los elegía a conciencia. En 1954, a un modelo de algodón con bordados en forma de ola lo bautizó como Nuit d’Espagne. Dos años más tarde, a uno de fiesta con un gran lazo en la cintura que le encargó una de sus mejores clientas, Elizabeth Parke Firestone, lo bautizó como Bal a Seville. Pero sería John Galliano, diseñador de la casa entre 1996 y 2011, quien llevaría la inspiración andaluza a su máxima expresión, celebrando por ejemplo un desfile en el Palacio de Versalles, el de alta costura otoño-invierno 2007-08, que acompañó con la música de una guitarra española y la voz del cantaor Manuel Lombo. El modista gibraltareño cerró el pase vestido de torero. No es ningún secreto que Galliano era un gran admirador de Lina, la creadora de moda flamenca por antonomasia, favorita de folclóricas como Isabel Pantoja –le confeccionó, sin ir más lejos, su traje de novia– Rocío Jurado o Marifé de Triana y responsable de que Gracia de Mónaco o Jackie Kennedy se vistieran de flamencas durante su recordada visita a la Feria.
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