Sois de castigo
Campaña. Día 15
NO estáis a la altura. Quizás sea culpa de la estructura asfixiante de los partidos. La verdad es que no lo estáis desde hace tiempo. Os tuteo para que me entendáis todos, incluidos los jovenzuelos que habéis hecho el máster de sonreír y asentir detrás del líder mediocre que realiza unas declaraciones de catálogo para el canal regional de televisión. Menuda campaña nos habéis brindado unos y otros. Un suplicio que acaba con un tal Noel bajo sospecha por secuestro por el caso de Maracena, localidad con nombre donde toca el segundo premio de la lotería Navidad. Al final solo hay una conclusión: no nos merecéis. Mañana sábado, jornada de reflexión, seremos castigados con la enésima difusión de la última chorrada de vuestras vidas personales que no nos interesa nada. Por favor, evitadnos los títulos de los libros que nunca vais a leer, las fotos sonrientes de la elaboración de la paella en la que lleváis un ridículo delantal, la imagen del senderismo feliz en pareja (jajajá) o la entrañable construcción del Lego en el salón de casa con el perrito (guau) de fondo y con el menor de espaldas.
Nos dan exactamente igual vuestras vidas ejemplares, siempre cardiosaludables (tururú), ideales para las páginas de couché y a la hora de la verdad, siempre, siempre, impostadas. A veces hasta es preferible la impostura antes que cuando os da por la barrila de contarnos que vuestras vidas son como las nuestras. O como creéis que son las nuestras. Cuando os ponéis tontos al contarnos que os llama el fontanero en una reunión de alto nivel, compráis el pan, recogéis al niño de las clases de Judo o llegáis tarde a una tutoría. ¿Y qué? ¿Qué nos contáis? Como diría Alaska: ¿A quién le importa? Casi os preferimos hablando de “mi secretaria”, “mi jefe de gabinete” o las nóminas que “pagáis”, que en realidad las pagamos nosotros. No ha habido un solo mitin que haya llamado la atención por su contenido. Todo ha estado entre el aburrimiento y la nadería, entre la polémica fácil y la estulticia. No esperábamos que la campaña de las municipales de 2023 tuviera el nivel de los debates de Cánovas y Castelar. ¡No somos tan ingenuos! Pero es que cada vez se os ve más el plumero. Queridos políticos: no dais la talla.
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