La carta (demoledora) de dimisión de Amparo Graciani al alcalde de Sevilla
La Caja Negra
La ya ex comisaria del centenario de la Exposición del 29 advirtió al alcalde de su lamentable situación el pasado 16 de noviembre
La catedrática Amparo Graciani ha protagonizado la enésima dimisión de un cargo municipal en el actual mandato. Estaba llamada a confeccionar el programa conmemorativo del centenario de la Exposición Iberioamericana de 1929. La mayor experta en la Sevilla del 29 solo ha podido dedicarse seis meses a este desempeño. El 16 de noviembre dirigió una carta al alcalde, José Luis Sanz, en la que advertía de la situación insosteniobel en la que estaba trabajando. Alude al apoyo del Gobierno de España, que lógicamente considera necesario para que los fastos del centenario sean un "proyecto de Estado", a la falta de recursos humanos, a la incomunicación permanente con el propio alcalde pese a la necesidad de despachar periódicamente asuntos relacionados con los preparativos de la efemérides. Denuncia que no se ha sentido ni valorada ni bien tratada en el Ayuntamiento.
"He puesto mucha ilusión en el proyecto Sevilla 2029, pero no alcanzo a ver el interés del Ayuntamiento en el proyecto. Siento hace tiempo que con la orientación actual no avanzamos y no llegaremos a dar al proyecto el debido alcance. Se anuncian expectativas pero no se ponen medios. Durante meses he sentido que dos cuestiones limitaban el desarrollo de mi trabajo: la comunicación (espero que con la reorganización de cargos ya se resuelva) y la falta de soporte, en especial del equipo humano necesario. Reiteradamente, he trasladado a Juan Bueno esta cuestión. He sentido también, aunque entiendo la dificultad, la falta de un intercambio de ideas directo contigo, que hubiera sido necesario para remar al unísono y para dar visibilidad al trabajo que se realiza.
Me ha coartado pensar que desvincularme del proyecto te afectara políticamente. Hace meses que contengo las críticas del PSOE y se me pide que me mantenga, asegurándome que no habrá críticas al proyecto mientras yo siga en él. Es más, como puedes imaginarte, el PSOE ha mediado para conseguir la adhesión del presidente del Gobierno, lo que será la base de la conversión de Sevilla 2029 en un proyecto de Estado, como lo fue en 1929 la Exposición General Española (la Iberoamericana de Sevilla y la Internacional de Barcelona).
He hecho grandes esfuerzos en seguir adelante, agarrándome reiteradamente a las muestras de confianza y el apoyo de muchas personas, y confiando en que la situación comenzaría a cambiar con la creación de una unidad administrativa que se anunciaba para el mes de noviembre. Sin embargo, esta resultó limitarse a la convocatoria de dos auxiliares; finalmente se me anuncia que debo compartirlos, y se me asigna una auxiliar, pero cuando lleva cinco días en su puesto se me dice que durante un tiempo solo estará conmigo 3 horas al día. Para mí, esto ha sido la gota que colma el vaso y el detonante de este escrito, además de desencadenar conflictos que pudieran parecer personales pero que nacen de la falta de visión sobre la dimensión del proyecto, infravalorando y cuestionando sus necesidades.
A pesar de ello, lo que me preocupa no es contar solo con un auxiliar tres horas al día o que este se me quite o se me ponga en función de las necesidades del ICAS (e incluso desconociendo y prejuzgando mis necesidades). Me preocupa no contar con una estructura organizativa de responsabilidades, con un equipo de personas afines a mí, y de mi confianza, solventes en sus campos de actuación. Lo que se ha producido, por contra, es todo lo contrario, pues se han criticado, desde la ignorancia y el desconocimiento de la materia, trabajos de colaboradores míos, de trabajos que yo misma he realizado, a pesar incluso de compromisos adquiridos.
La situación me resulta ya insostenible. Me dedico al 200% al proyecto, gracias a que no he tenido una sola hora de clase desde que comenzó el curso y trabajo en esto día, tarde y noche y que he abandonado todas mis tareas a excepción de una reunión mensual de evaluación de profesorado con el Ministerio y la asistencia cada 15 días a la Comisión de Patrimonio.
La envergadura de esto necesita otra orientación y por supuesto yo necesitaría soporte para poder desarrollar mi cometido, que entiendo no debe ser afrontar problemas derivados de las carencias de otras instituciones o servicios del Ayuntamiento sino la planificación estratégica desde el conocimiento y los vínculos y contactos adquiridos durante todos estos años. Por otra parte, no sé si los miembros del equipo alcanzan a valorar en su justa medida la dimensión del proyecto. Las respuestas son diversas, magnífica por parte de muchas personas, pero de corto alcance en otras, como resultado de una falta de coordinación en unos casos o de visión en otros. Lo que me preocupa y afecta especialmente es la falta de visión de la dirección del ICAS, la autonomía con la que se han abordado algunas cuestiones relacionadas con Sevilla 2029, como ha sido la creación de la marca (habiendo generado un problema, en mi opinión, de envergadura) y el no sentirme valorada ni bien tratada por dicho equipo. Se ha llegado incluso a cuestionar, con sorna, delante del personal auxiliar que yo dependa del alcalde, lo que afecta no solo a la proyección de mi persona, sino que cuestiona la entidad del cargo. Esta situación se ha agravado a raíz de la incorporación de los auxiliares y de que se cuestione mi necesidad de apoyo humano.
Con independencia del maltrato al que, sinceramente, me veo sometida, considero que en estas condiciones no es posible avanzar. Sería necesario revisar la estructura organizativa del proyecto y esto pasaría por:
- Darme independencia y atribuciones al margen del ICAS. Incluso salir de las dependencias del ICAS. Creo que finalmente se ha forzado mi ubicación allí (sin siquiera haberme dotado de un puesto de trabajo) simplemente para poder usar a las personas que se han asignado al comisariado;
- Generar una estructura de gestión basada en la confianza e ilusión en el proyecto, en el respeto a mi quehacer y profesionalidad, y por supuesto en la especialización.
No me cabe duda de que como buen gestor que eres entenderás que esto no puede seguir así. Desde el nacimiento del proyecto se han puesto vallas al campo. Mis posibilidades de maniobrar eran mucho mayores estando fuera del Ayuntamiento que desde el cargo; quizás, sin consciencia, se me limita, se me coarta y, lo que es más triste y más siento, se me ha restado la ilusión que me ha movido durante tantos años a trabajar por este proyecto de ciudad. Lamentaría no poder culminar acciones ya iniciadas que no sé en qué manos caerán o si se interrumpirán; lamentaría dejar desasistidas a personas e instituciones que siguen creyendo en este proyecto y que siguen animándome a continuar, pero ya siento insostenible esta situación si no provocas un giro radical en el marco de gestión. Sin embargo, además, siento que el desarrollo de los acontecimientos hace peligrar la credibilidad personal y profesional que tanto me ha costado obtener y no quiero seguir desaprovechando mi tiempo, que puedo emplear con mayor rentabilidad y garantía de éxito en otros quehaceres; lo que, en cualquier caso, más lamentaría es que mi marcha, desde la mayor humildad, generará falta de confianza en este proyecto de ciudad.
Te pediría por favor que reflexionaras sobre estas cuestiones y que a la mayor brevedad me transmitas tus intereses. Si lo estimas conveniente, pongo mi puesto a tu disposición, agradeciéndote siempre con la mayor lealtad la confianza que depositaste en mí".
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