El aviso de Celis: la barbacoa arde en el PSOE andaluz
El alfil Celis pone en jaque a la reina del socialismo andaluz al advertir que las tres derechas suman más que las dos izquierdas, lo que aprovecha Beltrán Pérez en su beneficio
Sevilla/NO era ni la hora del Ángelus cuando Susana Díaz recibía el primer mandoble. Sánchez movía el alfil en el tablero nacional para poner en jaque a la reina andaluza. Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Alfonsito para el otrora poderoso Pepe Caballos, lo hizo por medio de La Nuestra. El golpe llegó de quien más duele, aquel amigo de los tiempos de las barbacoas. Y por donde más escuece: las pantallas de Canal Sur. Qué falta de piedad, qué poco tiempo de misericordia, qué rapidez en lanzar el primer torpedo contra la musa de la izquierda en Vanity Fair.
A Susana la quieren derribar pronto desde Ferraz. “Es preocupante que las tres derechas sumen más que las dos izquierdas en Andalucía”, dijo un Celis que llamó a la reflexión. Ábalos, mientras, reivindicando la victoria y Celis con el mazo dando. “Que parezca un análisis”, debió decirle Pedro a su alfil andaluz. Ni un segundo de pausa para beber agua en el oasis de las generales para quien sufre la travesía del desierto tras haber perdido San Telmo.
Celis abre el debate rápido y no lo oculta. Alfonso sabe que a su vieja amiga no se le puede dar un segundo de ventaja. Ya se la jugó en su día, cuando ella se puso por delante de él en la lista municipal en aquellas municipales del 99. A partir de entonces se quemaron la presa ibérica, las chuletas y los choricitos.
Si las derechas suman, Susana no hace bien su trabajo. ¡Que cale el mensaje, Alfonso! Justo lo contrario de lo que quiere el todopoderoso pepero Elíaspepero (un santo sin cofradía), encantado con Susana como jefa de la oposición. Con ella siempre hay pasado que ventilar en los martes de plática en San Telmo.
El PP andaluz necesita a Susana más viva que nunca. Susana debe estar en el pimpampún de los martes para que Elías dispare las pelotas que le va dando Antoñito Sanz (“Estás más delgado, Antonio”, le solía decir siempre Arenas). ¿Y el entrañable Juan Marín? El de Ciudadanos se lució ayer con Vigorra declarando desde la estación de Atocha que Rivera era el líder indiscutible. ¡Un visionario! A los pocos minutos, Rivera se esfumaba de la vida pública. A Marín le debió sentar mal el café del AVE.
La barbacoa socialista de los años noventa arde de nuevo. Celis le ha metido las pastillas de encendido rápido. Jaque público a la reina del socialismo andaluz mientras el ministro Ábalos, cada día más parecido a Juan Federico I de Sajonia, El Magnánimo, comete en Madrid el error de decirle a un periodista qué es lo que debe preguntar.
El PP capitalino corrió a usar el argumentario de Alfonsito en beneficio propio. ¡Las izquierdas tampoco suman en la capital! Y empezaron a hacerle cosquillas a Juan Espadas. ¡Que los teletipos difundan la buena nueva del neobeltranismo! ¡Qué de viejos conocidos en Sevilla unidos ahora nada menos que por la actualidad nacional! Alfonso, Susana, Beltrán... Aquellas promociones de Derecho que jugaban a imitar a las célebres anteriores, aquellas de las que salieron Felipe, Chaves, Borbolla y compañía. Juan Espadas no tardó en desmentir la suma efectuada por el neobeltranismo. El caso es que la extrapolación es tan inevitable como inútil. Cada uno usa los números a su gusto. El día posterior a las elecciones es siempre tierra de cultivo para los condes Draco.
Beltrán Pérez, como todos los políticos, tiene al enemigo dentro. Se trata de José Luis Sanz, que el domingo recuperó el acta de senador con el apoyo indispensable del aparato provincial. El alcalde de Tomares está aburrido de ganar en su pueblo. Suma las mayorías absolutas como el Madrid Ye-yé las Copas de Europa. Hace tiempo que se le queda chico el municipio que está considerado como el Pozuelo de Alarcón andaluz. El acta de senador era imprescindible para sopesar la opción de dar el salto a la capital. No lo tendrá nada fácil.
Nadie del PSOE andaluz respondió a Celis. La reina calla ante la amenaza del alfil canijo. Alguien recuerda que Rajoy gana una batalla después de muerto. Chichichí.
Mariano ve pasar el cadáver de uno de los que le hizo caer (Rivera), mientras continúa el proceso de rehabilitación de su figura entre los suyos y los ajenos. Montoro sigue vive en los presupuestos. La barbacoa arde. No quedan ya chuletas. Comienza el baile. La hora de los tragos.
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