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Esta vez no quieren ser una comparsa, ya no aceptan la condición de mirones de la fiesta con derecho a algunas aceitunas, como ocurrió con aquellos primeros diputados autonómicos elegidos en diciembre de 2018. Entonces podía bastar con facilitar el cambio. Y además estaba Ciudadanos como socio preferente. Pero en el fondo se les quedó la sensación de tomadura de pelo, bisoñez, novatería o como quieran llamarlo. Ni siquiera lucharon por unas pedreas. La mayoría de Sanz permite al PP aspirar a un gobierno en solitario. No es ninguna osadía intentarlo. Pero no nos engañemos: le faltan dos concejales y los de VOX están ávidos por entrar en la junta de gobierno y gestionar parcelas del presupuesto. Cristina Peláez se ha presentado tres veces como cabeza de lista. Y a la tercera ha logrado opciones de ser teniente de alcalde. No las va a desaprovechar. En VOX quieren ser discretos. Quedan tres semanas para la toma de posesión, pero no ocultan que harán valer todas las cartas, porque entienden que las dos formaciones están “condenadas” al entendimiento. Y tienen el aval de un presidente nacional que dejó claro la noche de las elecciones y el lunes por la mañana que el partido pedirá su trozo de tarta en los gobiernos donde el PP no cuenta con la absoluta.
A favor de un acuerdo juega que la relación entre Sanz y Peláez es cordial y fluida. No hay ningún precedente de roce. Tampoco entre los aparatos de los partidos en el ámbito provincial. El PP no querrá ceder ninguna delegación de entrada, después acaso tratará de contentar a los chicos de VOX con alguna de las consideradas Marías. Y finalmente hará lo que dicte un aparato nacional volcado precisamente en esas fechas en tratar de desalojar a Sánchez de la Moncloa.
¿Qué parcelas podría ceder el PP para satisfacer las demandas de Vox? La presidencia del Pleno, los asuntos sociales y los distritos. ¿Qué pediría Vox en condiciones normales? La primera tenencia de Alcaldía, Hacienda y fiestas mayores. Aunque la delegación de festejos sin las competencias de seguridad es como una taza de caldo sin sal. No vale para nada más allá de actos de gloria efímera.
Hay precedentes de coaliciones de gobierno en el Ayuntamiento con un partido grande y otro pequeño que funcionaron muy bien, caso de los protagonizados por Monteseirín y Torrijos. Y fueron eficaces porque generaron la ansiada estabilidad que consiste en tener garantizados los presupuestos. En IU llegaron a tener un vicegerente de Urbanismo, una duplicidad de cargos que hoy no se entendería. Vox también puede pedir una vicealcaldía, pero ese puesto sería para Juan Bueno, ex presidente provincial del PP y ex delegado de Seguridad Ciudadana. El caso es que los de Abascal han aprendido la lección y esta vez quieren vender bien su apoyo. Hasta pueden desgajar algunas competencias de Urbanismo que les resulten políticamente rentables.
En el PP harían mal en no analizar concienzudamente los análisis de la provincia: municipio a municipio y comarca a comarca. La euforia por la clarísima victoria en la capital y los buenísimos resultados en pueblos como Burguillos, Carmona, Utrera, Bormujos o Huévar del Aljarafe, no deben impedir una mirada crítica a varios municipios del Aljarafe en los que se ha fracasado, como Espartinas, Umbrete, Olivares y no digamos en Villanueva del Ariscal, donde el centro-derecha ha perdido la Alcaldía por 48 votos. La estrategia del PP andaluz en la Sierra Norte ha funcionado, pero no en esa serie de municipios de una comarca a priori proclive. El PP se queda corto en uno de los grandes feudos de la provincia, Alcalá de Guadaíra y, al menos, consigue un avance testimonial en Dos Hermanas al pasar de dos a seis ediles.
Los resultados de la localidad nazarena han generado dudas en algunos socialistas capitalinos. ¿Por qué la ola contra el sanchismo no se ha notado en Dos Hermanas, con índices de población y características propios de una capital? ¿Pudo hacer algo más el equipo de Muñoz que destacar el perfil de alcalde por encima de todo? Sea como fuere nadie discute en el partido el papel de Antonio Muñoz, que de entrada será el nuevo jefe de la oposición. El secretario general del PSOE de Sevilla y alcalde de la Rinconada con mayoría absoluta adquiere mucha fuerza en el socialismo no ya sevillano, sino andaluz. La presidencia de la Diputación Provincial le convertirá en el regenerador del PSOE sevillano. Será la instancia desde la que se podrán mover los hilos de cara al 23-J y para, a medio plazo, inyectar fuerza a un partido hoy desolado y noqueado.
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