Usos y abusos de la Plaza de España de Sevilla
Ha llegado la hora de regular los actos en el principal monumento de la Sevilla del 29. Los actos se multiplican y no siempre respetan su arquitectura
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Sevilla/El arquitecto Aníbal González no diseñó la Plaza de España para acoger grandes cenas de empresa, una oferta de ocio previa a una gran final de fútbol, el rodaje de películas que no recrean precisamente la ciudad de 1929, conciertos de música pop, desfiles de moda o para la instalación de carpas en cuyo interior celebrar actuaciones y actos sociales. El caso es que su espectacularidad, que en principio se usó para actos castrenses –como la toma de posesión o despedida de altos mandos o las masivas juras de bandera– es aprovechada para eventos de todo tipo. Y cada vez con más frecuencia. El problema ocurre cuando no solo se abusa de un espacio monumental, sino que no se respetan sus valores histórico-artísticos. La plaza es sometida a reformas de adecuación provisional con la finalidad de recrear ambientes artificiales para determinados actos con un resultado polémico en muchos casos. Incluso hay ocasiones en que no se explica para qué se requiere la Plaza de España cuando la ciudad tiene teatros, auditorios, salas especiales y, por supuesto, un palacio de congresos y exposiciones con todas las modalidades y comodidades.
La ciudad de la pos-pandemia ha dejado una realidad evidente: vivimos mucho más que antes en la calle, todos los actos al aire libre están mucho más valorados y no hay un criterio definido sobre hasta qué punto se puede transformar un monumento aunque sea de forma provisional. Un debate parecido ocurrió cuando se planteó que no todo era posible en el Real Alcázar, que también es altamente demandado no sólo para actos de la ciudad, sino promovidos por empresas privadas.
A un evidente sobreuso para actos muy diversos, la Plaza de España recibe miles de visitantes al día y soporta la venta ambulante y los espectáculos callejeros, fundamentalmente de flamenco. En no pocas ocasiones la plaza parece un auténtico tablao al aire libre, martillo para los oídos de quienes trabajan en ella, como los funcionarios de las diversas delegaciones oficiales y los militares del Cuartel General de la Fuerza Terrestre.
En los últimos tiempos ha sido usada para los conciertos de Icónica Fest, de gran éxito de público y crítica. Este ciclo supone la instalación de escenarios y tribunas por un tiempo prolongado. La prestigiosa firma de alta costura Christian Dior presentó su colección con un desfile de modelos en las galerías altas y en el salón de la plaza. La firma apostó por una decoración exquisita que realzó los valores arquitectónicos sin provocar ninguna polémica al respecto.
La UEFA organizó en el monumento la oferta de ocio que acostumbra a promover en las ciudades sedes de la final de la Europa League. Arcos, campos de césped artificial y otras estructuras y mobiliario ocuparon la plaza durante unos días.
La Asociación Provincial de Hostelería y el Sevilla F.C. son dos de las entidades que han aprovechado el singular recinto para sus cenas anuales. La entidad blanquirroja, por ejemplo, hizo uso de las instalaciones del Icónica Fest.
Uno de los casos de mayor transformación del monumento se produjo con motivo de la cena organizada por los 75 años de una multinacional norteamericana, que colocó palmeras y lagos artificiales para conseguir una atmósfera con poca relación con el estilo arquitectónico de la arquitectura regionalista de la plaza. Los promotores justificaron la iniciativa en la necesidad de recrear un campo de golf en la zona principal de la plaza a base de palmeras, lagos y césped artificial.
La instalación de la gran carpa instalada por una discográfica con motivo de los Grammy Latinos reabre el debate sobre si se deben permitir semejantes invasiones en la Plaza de España, que cuenta con la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC). El alcalde, José Luis Sanz, justifica el mamotreto por el protagonismo que tendrá estos días la capital andaluza. El Ayuntamiento regula con precisión los horarios de montaje y desmontaje de las estructuras, así como los días de ocupación, pero no se conocen casos en los que se hayan rechazado las agresiones al edificio. Quizás las juras de bandera sean los actos que mejor encajan con las características de la plaza, requieren de pocos cambios y el tiempo de ocupación es mínimo en relación con los miles de participantes. Tal vez haya llegado la hora de regular el uso de un monumento al que ni las Setas han quitado protagonismo ni han restado interés.
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