La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El rey brilla al defender lo obvio
Sevilla/La parcela ya acogió en su día un hotel, el Royal. Y ahora volverá a serlo, por lo que la Plaza Nueva tendrá dos hoteles de gran capacidad. El inmueble actual fue conocido en sus orígenes como el edificio Vitalicio, el del número 13. Después fue denominado como el edificio Generali. Se trata de una construcción de 1957, de estilo modernista, obra de los arquitectos Luis Bonet y José Galnares Sagastizábal. Tiene tres fachadas: a la Plaza Nueva y a las calles Tetuán y Jaén. Consta de planta sótano, planta baja, cuatro plantas y una planta ático. Y será adaptado como hotel de cuatro estrellas con 115 habitaciones, con piscina incluida en la sexta planta con unas vistas que se presumen envidiables.
Fue construido en la posguerra sobre el solar que ocupó en su día el mencionado hotel Royal. El promotor inicial fue el banco catalán Vitalicio. Uno de los arquitectos, el citado Galnares, fue uno de los máximos exponentes del racionalismo en Sevilla, autor también del conocido edificio Elcano, la Delegación de Hacienda y la Facultad de Bellas Artes. Las notas distintivas de este inmueble son las columnas salomónicas pintadas en la fachada, un detalle que va más allá del racionalismo, al igual que las formas barrocas y cortinajes que adornan las ventanas sobre el fondo rojizo del muro, obra del pintor sevillano Juan Miguel Sánchez. En 1991 fue cuando Vitalicio se integró en Generali y de ahí el cambio de nombre del edificio.
El inmueble está catalogado con el nivel de protección parcial en grado primero, representado con la letra C, por estar considerado como edificio singular. De acuerdo con esta catalogación están protegidos las fachadas, primeras crujías, escaleras, disposición de los patios y el tipo de cubierta. Consta una reforma del edificio con fecha de 1973 a cargo del propio José Galnares.
Con la reforma que se plantea, el inmueble mantiene el uso terciario que tiene asignado. Sí elimina los usos de oficina que ha acogido en las últimas décadas. Todo el edificio será para uso hotelero con locales comerciales en la planta baja. Las principales modificaciones introducidas para su adaptación al uso hotelero son la ampliación de todos los espacios que sirven de comunicación interior. Las fachadas, siempre según el proyecto, mantienen su composición original, mientras que las interiores de los patios se ajustarán a las nuevas distribuciones. En total se plantean las referidas 115 habitaciones entre las plantas primera a la cuarta, zonas comunes en la quinta planta y terraza y piscina en la sexta. La calificación de la obra es de reforma parcial.
Este proyecto supone el abandono de la planta inferior de comercios sevillanos que se han llevado más de medio siglo en sus locales, como la tienda de sastrería masculina O’Kean, que ya ha anunciado nueva ubicación junto a la Campana, o la joyería Shaw, que ya opera en otro local de la misma Plaza Nueva. A finales del pasado año el fondo de capital británico Shaftesbury Asset Management se hizo con este gran edificio por 20 millones de euros, en una operación asesorada por la consultora CBRE. Cuenta con una superficie de 6.438 metros cuadrados, de los que actualmente el 72% están destinados a oficinas en sus cuatro plantas en altura y un 27% a tiendas en su planta baja y a almacenes en el sótano.
La Plaza Nueva confirma así su recuperación tras haber sufrido una intensa decadencia por efecto de la crisis económica de 2008, que obligó al cierre de muchos comercios de alta costura tras haber sido una auténtica milla de oro del sector. Han vuelto las entidades financieras y este nuevo hotel, se mantiene la referida firma de alta joyería y el comercio de Carolina Herrera y funcionan con éxito varios restaurantes.
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