El PP se queda sin tiempo para la reflexión

El partido de la gaviota se enfrenta a su propio abismo en Sevilla con escasos días para aplicar una suerte de medicina de urgencia ante las inminentes elecciones municipales

María Jesús Montero ejerce su derecho al voto en Sevilla / M. G.

Sevilla/NO hay tiempo para reflexionar. La derecha que representa el PP se enfrenta a su propio abismo. Casado ha sido castigado en Sevilla como en el resto de España. Que al PP le vaya mal en Sevilla es un clásico, pero que le vaya igual de mal aquí que en el resto de toda España es, quizás, la principal novedad. No hay muchos días para meditar porque el toro de las elecciones municipales está en los corrales a punto de saltar al ruedo. No hay tiempo de renovaciones, sino de medicina de urgencia, de paliativos, de técnicas de resucitación a la desesperada. Dicen que las elecciones no son comparables, pero hay un hecho notorio: el PP queda ahora mismo como una marca electoral herida que debe enfocar unos comicios locales en menos de un mes. La inercia en contra es muy peligrosa, máxime en un rosario de pueblos donde el centro-derecha solo gobierna en siete de los 106.

Quién le iba a decir hace unos meses al PP que afrontaría unas elecciones municipales a la desesperada por el rejonazo sufrido en el Congreso de los Diputados, pero con el poder de las Consejerías de la Junta. La política es una montaña rusa, no una noria.

El resultado en la provincia de Sevilla ha sido un fiel reflejo de lo que ha ocurrido en toda España. Sevilla no ha sido una excepción en un país donde la derecha dividida ha sido vencida. El PP –el gran derrotado en la Piel de Toro– pierde en la circunscripción más importante del Sur más de la mitad de los votos y la mitad de sus escaños en Sevilla. El principal partido de centro-derecha se desangra en España y también en Sevilla al dejarse más de 150.000 votos de los obtenidos en las últimas elecciones generales. El PP se queda como cuarta fuerza en la provincia en la que llegó a empatar con el PSOE en número de escaños en los comicios de 2016, cuando en la sede regional de San Fernando se celebraron los resultados (un empate a cuatro escaños) sacando a hombros a varios dirigentes.

Vox no irrumpe como se esperaba, tan sólo logra un acta. Podemos pierde cerca de 50.000 votos votos y un diputado. Ciudadanos sigue su lento crecimiento en la provincia, un registro que consolida poco a poco a la formación naranja. No acusa el enfrentamiento interno en la capital y se beneficia del crecimiento nacional.

Los socialistas, que estaban en crisis en su principal fortín, mantienen el bastión de Sevilla. Están lejos de los grandes años en que sacaban ocho diputados por esta circunscripción (1982, 1986, 1989, 1993, 2004 y 2008), pero es todo un éxito después de la caída en la que había entrado la formación del puño y la rosa en España y, sobre todo, en un contexto de enfrentamiento radical entre Madrid y Andalucía, entre Pedro Sánchez y Susana Díaz.

Reyes Romero, nueva diputada de Vox por Sevilla / M. G.

Hace tres años los socialistas sevillanos no podían ni imaginar este resultado, menos aún después de perder el Palacio de San Telmo, donde desde diciembre conviven en armonía el PP y Ciudadanos. El PSOE de Sevilla, la agrupación más importante de España, recupera mucho del vigor perdido y asistirá ahora a la segura renovación que impulsará un Pedro Sánchez reforzado para colocar a su candidata a la Junta de Andalucía: la ministra María Jesús Montero, número uno por Sevilla, que no ha hecho más que mejorar su imagen en condiciones adversas, como fue la defensa de unos presupuestos que fueron rechazados por la Cámara Baja, lo que dio lugar a la convocatoria de estas elecciones.

El centro-derecha que representa el PP no ha hecho más que perder votos en la circunscripción desde la gran victoria en las elecciones de 2011, cuando Zoido obtuvo 20 concejales. El cambio de dirección en Génova, fraguado en las primarias de julio de 2018, se ha acusado en Sevilla al igual que en el resto de toda España. El PP de Sevilla, que apoyó a la candidata Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias internas, se ha ido al traste a la primera cita electoral con Pablo Casado como presidente, quien es cierto que solo ha contado con nueve meses para empezar a diseñar el partido a su medida.

El PP vive de nuevo su particular tormento de Sísifo en la provincia. Pierde todo lo conseguido en los últimos años, incluida el acta de senador. A los de la gaviota les cuesta un mundo avanzar en esta provincia, tradicional punto rojo en el mapa político español. Ahora, además, se le van los votos por Vox, que le ha quitado más de 130.000 de los 150.000 perdidos, lo que le ha valido a la formación de Abascal conseguir el escaño de Reyes Romero. Vox ha sido la guadaña del PP. El PSOE vuelve a reinar en su feudo.

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