La magna
El PP de Sevilla presiona para que los dos independientes dimitan
El partido quiere que Ana Jáuregui y Jesús Gómez, que entraron de la mano de Beltrán Pérez, dimitan y dejen los puestos a dos ediles con cultura de partido
Sevilla/Anda el personal concentrado en saber quién será el sucesor de Espadas, el primer alcalde que dejará el cargo antes de finalizar el mandato. Algunos prefieren seguir engañados. Mi Juan tiene clarísimo que su sillón es para Antonio Muñoz. Otra cosa es quién será el candidato de los socialistas en 2023 y otros factores que, como siempre, entran en juego (las encuestas, los golpes bajos, las presiones orgánicas, etcétera). Pero los problemas, circunstancias y cuitas no son patrimonio del PSOE de Sevilla.
En el PP se encuentran ahora con el escollo de los independientes que fueron integrados en la lista municipal de 2019:la ingeniera Ana Jáuregui y el comisario de Policía Jesús Gómez. El partido quiere que dimitan para que ingresen en la Corporación a la mayor brevedad Olga Carrión, presidenta del PP del Casco Antiguo, y Amidea Navarro, que ya fue concejal y es una persona respetada en el partido y querida en muchos sectores de la ciudad. A su vez, si Carrión jura el cargo como concejal, deja libre su puesto de trabajo en el grupo municipal y se podría recuperar a un histórico del Cerro del Águila como Pepe Lugo, eficaz trabajador del partido y siempre a las duras (el palomar) y a las maduras (el gobierno de los 20 concejales). Los independientes ya no son vistos con buenos ojos en el partido porque, sencillamente, corresponden a la etapa del anterior portavoz, Beltrán Pérez, que continúa como concejal.
El actual portavoz, Juan de la Rosa, es el secretario general del partido en Sevilla, quien tiene que poner el grupo municipal en la dirección adecuada para que todo se centre en el candidato a la Alcaldía, José Luis Sanz. Y en esta maniobra fundamental para la formación política no se cuenta con los dos independientes, que se considera que han cumplido un ciclo. Cuanto ocurre con estos dos concejales no es nada nuevo en la política. Sucede en el ámbito nacional y en el autonómico igualmente. Cualquier independiente con acta de concejal o diputado puede argüir que son los ciudadanos quienes los han elegido, pero todos sabemos que entran de la mano de una persona concreta. Y si esa persona toma otro camino por imperativos de las circunstancias, ellos quedan en entredicho. Distinto es si se afilian, asumen la cultura de partido y terminan adaptados a las estructuras del mismo. Casos ha habido en la vida municipal del PP. Pero no ha sido la senda seguida por Jáuregui ni Gómez. ¿Acaso no son perfiles solventes? No tiene nada que ver, pero no son del PP ni cuentan con la confianza de la actual cúpula del partido. No hay más. Y en esa tensión interna andan ahora en las dependencias del principal partido de la oposición en el Ayuntamiento, donde se agota la vía diplomática para que haya un acuerdo satisfactorio para todas las partes. Dos actas son un tesoro para un partido que sólo cuenta con ocho y que, nunca se olvide, llegó a tener veinte, lo que fue todo un récord para el PP y un hito en la Corporación municipal.
Bien es cierto que ninguno de los concejales independientes son gravosos para las arcas municipales. Gómez no cobra sueldo del Ayuntamiento, se jubiló en su día como comisario de la Policía Nacional y tiene su pensión, y Jáuregui tiene un sueldo reducido al 75% . Mantiene, por cierto, su actividad como decana del Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Sevilla, lo que le permite ser vicepresidenta del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España. De hecho altos cargos del partido no terminan de ver bien que compagine ese cargo de alta representación profesional con la concejalía, pero de momento la combinación sigue vigente.
El candidato Sanz, que se ha autoimpuesto un plan de trabajo medido al día hasta la fecha de las elecciones, no ha aterrizado aún en el palomar del Ayuntamiento. Prefiere que todo esté ya listo para esta nueva etapa. Y eso implica que los ocho concejales sean militantes y, por lo tanto, tengan esa cultura de partido. Beltrán Pérez ya se puso a su disposición en unas declaraciones radiofónicas y, al mismo tiempo, le planteó la conveniencia de mantener a las personas que trabajan en el grupo popular. Pero en el partido no se cuenta a Jáuregui y Gómez como personas del partido, sino de vinculación personal con el que fue candidato y portavoz. Alguien quizás deba explicarle a los independientes las claves no escritas de la política, aunque pueda parecer una clase de Barrio Sésamo. O aunque no estemos de acuerdo del todo con ellas.
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