¡Horror a la vista en Triana!
Patrimonio Histórico
No existe ya el bar Oliva con su característico azulejo que hacía singular la fachada. En su lugar será levantado un edificio de viviendas que podría ser perfectamente de Mazagón
Sevilla/EN Sevilla es posible levantar un tanatorio en el centro histórico, muy cerca de la Torre de la Plata o del Hospital de la Caridad. No pasa absolutamente nada. También se pueden elevar las alturas con ascensores luminosos junto al Ayuntamiento, construir edificios de paseo marítimo en la calle Castilla, vaciar fincas del XVIII en Monsalves, dejar huecas las casas catalogadas en Francos o junto al Teatro de la Maestranza. Hay barra libre desde hace muchos años en materia de conservación del patrimonio histórico. Se tiraba en el franquismo y se tira en la democracia. No cuidamos la ciudad. O nos da complejo hacerlo, o es que odiamos aquello que nos concede un sello propio, que hace una urbe distinta a los demás.
En la calle San Jacinto han demolido el edificio del bar Oliva, el del precioso azulejo en la fachada. Aquello es un solar. Seguro que tendrá todas las bendiciones administrativas. Qué más da. Lo peor es que un promotor privado levantará un edificio de nueva planta destinado a viviendas. Tendrá sótano y planta baja para local comercial destinado a bar.
La recreación virtual del futuro inmueble es un mazazo para la estética del arrabal de Triana, que se supone protegido dentro del denominado conjunto histórico declarado de la ciudad, que comprende el casco antiguo, San Bernardo y el referido arrabal trianero. Da igual. En Sevilla todo es posible. Poco a poco estamos afeando la ciudad, construyendo edificios que igual pueden estar en Bilbao, Madrid o Lugo. Construcciones desubicadoras, funcionales, sin gracia y que suponen un castigo al paisaje. Nadie es capaz de parar esto, de hacer valer la legislación vigente y, sobre todo, de imponer un criterio adecuado a una ciudad monumental. Parece que no estamos a la altura del legado que hemos recibido. ¿Acaso nos avergüenza ser cuidadosos con el patrimonio por temor a que nos tilden de rancios?.
La nueva construcción que se proyecta en San Jacinto es un horror. Se podría levantar perfectamente en Mazagón. En Sevilla sí hay rehabiltaciones modélicas. Probablemente una de las mejores sea la de la joyería de Abrines de la calle Rioja, esquina con Tetuán. Hay otra de líneas nuevas pero que ha integrado muy bien la azulejería comercial. Se trata de la peluquería de la calle Muñoz y Pabón, esquina con Almirante Hoyos. Sí, sabemos hacerlo cuando queremos. Pero es más fácil derribar y colocar el edificio de catálogo que vale para cualquier ciudad. Y mientras, Sevilla pierde su identidad, estropeando la estética de sus calles, vulgarizando su paisaje. En nombre de un concepto equivocado de progreso nos cargamos aquello que nos hace diferentes y, por lo tanto atractivos.
Paz en el PP de Sevilla y silencio oficial en las alturas
No hay fecha para la celebración de un congreso provincial del PP. Pero al menos hay paz tras aquel período de enfrentamientos internos. La presidenta se mueve por las alturas del partido en estos días de pandemia. Las estructuras nacional y regional no se pronuncian de forma oficial, ni siquiera aluden a una posible fecha de los congresos. La prioridad es otra en estos momentos. Pero los movimientos existen, las entrevistas se celebran. Virginia Pérez lo prepara todo para continuar en el cargo, como ya avanzó en una entrevista en este periódico. El objetivo es unir a todos en un único proyecto. Ahora la prioridad es que Sevilla esté en sintonía con la nueva etapa que se abre en el PP a raíz del discurso de Pablo Casado en el debate sobre la moción de censura. Al día siguiente de aquella intervención, la presidenta provincial compareció para cerrar filas en torno al líder nacional. Lo hizo en un acto en el que no faltó Javier Arenas, siempre atento y nunca ajeno a todo lo que se cuece en la formación hispalense. Virginia Pérez tiene una relación fluida tanto con Génova como con San Telmo. Las cosas han cambiado mucho desde aquel congreso de 2017, sobre todo porque el poder autonómico ha tenido el efecto de bálsamo. Unos están en Bruselas, otros en Madrid y, por supuesto, los hay en el Parlamento y en el organigrama de las consejerías. No está prevista ninguna candidatura alternativa. Nadie entendería la reedición de una nueva fractura. La política no es una ciencia exacta. Lo oficial no coincide a veces con lo real. Pero la fotografía oficiosa del PP sevillano es la de la paz. Sin pronunciamientos oficiales.
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