¡Faltan taberneros en las listas electorales de Sevilla!
Campaña. Día 3
Sevilla/Las listas de los partidos no reflejan los problemas de la sociedad local que pretenden gobernar. En tiempos se puso de moda llevar arquitectos o policías por aquello de la conservación del patrimonio y de la seguridad. No es que hoy hayan dejado de ser preocupaciones, pero se han sumado con fuerza las derivadas del sector de la hostelería. Los bares, señores candidatos, tienen la consideración de instituciones en esta ciudad. Gusten o no. Y son noticia por los excesos que cometen en el uso de la vía pública, las restricciones a consumir de pie en plena calle o el maltrato que dan a los sevillanos en favor de los turistas. ¡Qué valiente y atinado hubiera sido incorporar a un buen tabernero en una lista electoral! A alguien que conozca el gremio, el quién es quién, el arte de negociar... Nada de nada. ¡Venga gente dócil del partido y venga gente de la casa para que no píen y busquen los votos de siempre entre los de siempre! ¿De verdad que no hay ningún empresario capaz de dar un paso al frente?
Se me ocurren varios nombres de algunos ya jubilados que pudieran haber aportado su testimonio y su experiencia. Sobran figurones y mantenidos y faltan conocedores directos de los problemas reales de una ciudad de casi 700.000 habitantes. Los bares no son el único problema, pero su influencia en la ciudad es capital. La patronal ya demostró su fuerza en el tiempo de pandemia. La prensa dedica al gremio páginas especializadas. Pero los partidos políticos no se enteran. O no son capaces de fichar a nadie. “Las listas no son lo importante”, te repiten como papagayos. Claro, lo importante es laminar a los supuestos adversarios internos, tragar con lo que imponga el jefe superior de cada momento y rodearte del aparato, el mismo que te dará el empujón final en cuanto te caigas. Entonces, te quedará alguna taberna abierta. O no.
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