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Política
Sevilla/Ciudadanos no sólo cuida sus relaciones con el PSOE en Madrid, donde su presidenta ha estado hasta última hora tendiendo la mano a Pedro Sánchez para sacar adelante los presupuestos del Estado. Finalmente, el jefe del Ejecutivo prefirió, o no tuvo más que remedio que preferir, a los socios de investidura, ese gazpacho donde hay separatistas y legatarios de ETA (incluso condenados por terrorismo). También Ciudadanos se ha entendido con los socialistas en Sevilla capital, donde se ha alcanzado un acuerdo formal con el gobierno que preside Juan Espadas para asegurar la estabilidad presupuestaria e institucional en la segunda mitad de mandato. Este pacto, rubricado el 4 de diciembre con toda solemnidad, libra a Juan Espadas de negociar con la izquierda radical. Y orilla a un PP que se ha apresurado a presentarse como “única alternativa” al gobierno de la ciudad.
El vicepresidente Juan Marín anunció esta semana en Canal Sur Televisión que no pactaría en un futuro con “el PSOE de Susana Díaz”. Marín se refirió a la corrupción y aseguró que la ex presidenta andaluza –a la que sustentó en el poder con apoyos parlamentarios– lo había “engañado”. La precisión se prestó rápidamente a los análisis. ¿Y pactaría con el PSOE de Juan Espadas, si el alcalde de Sevilla logra la condición de próximo candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía?. Marín elogia a Espadas públicamente, al que alude como un político moderado con el que se puede dialogar.
Ciudadanos en Andalucía gobierna en armonía con el PP, pero prepara el camino para seguir con la formación de centro-derecha (para eso Marín sugirió hasta la opción de una coalición electoral) o hacerlo con un PSOE andaluz renovado, ya sin la figura de Díaz, que tampoco es aceptada por la izquierda radical. Con estas declaraciones, Marín –que está encantado de ser vicepresidente de la Junta en un Ejecutivo de coalición con el PP– se incorpora también a la línea marcada por la presidenta nacional de su partido, una Inés Arrimadas que busca su sitio en el mapa político nacional desde que accedió al cargo en marzo, días antes del encierro decretado por el Gobierno. De hecho, Arrimadas quiso presentar cuanto antes la nueva vocación de Ciudadanos como partido útil apoyando a Sánchez en las sucesivas prórrogas del estado de alarma.
El coqueteo de la formación naranja con el PSOE se evidencia hasta en pueblos importantes de la provincia, caso de Bormujos. Ha estado a punto de haber un acuerdo entre Ciudadanos y el PP para destronar al alcalde socialista, que gobierna en coalición con Ciudadanos desde las elecciones de 2019. Un pacto que hubiera reproducido el que funciona en San Telmo. Los populares ofrecieron esta posibilidad a Ciudadanos en septiembre y a finales de noviembre con sendos burofax. El ofrecimiento de pacto se sustenta en que el 52% de los votantes de Bormujos apoyaban el acuerdo entre las dos formaciones. El PP ofrece la Alcaldía al portavoz de Ciudadanos y desalojar así al PSOE del gobierno, pero Ciudadanos no ha querido soliviantar los ánimos de los socialistas.
Los naranjas se conforman con la primera tenencia de Alcaldía de uno de los pueblos más pujantes del Aljarafe. La estrategia, como en el caso de la capital, encaja perfectamente en el plan de no molestar al PSOE por lo que pueda ocurrir en dos años. O menos tiempo. Y, por supuesto, seguir estirando el Gobierno andaluz, donde el problema de los naranjas sigue siendo brillar con luz propia, pues el PP tiene fagocitada a esta formación. Es muy probable que al líder andaluz de Ciudadanos le baste con obtener suficientes diputados como para seguir siendo indispensable para mantenerse en el Gobierno andaluz con cuatro o cinco consejerías.
Las encuestas auguran una reducción de votos para Ciudadanos, cosa que poco importa si se consigue el objetivo indicado. Marín habla hasta de “armonía” con Vox, que sostiene al Ejecutivo en el Parlamento. Los únicos rifirrafes de Ciudadanos con Vox han estado provocados por las reivindicaciones de los de Abascal a la consejera de Igualdad y Asuntos Sociales, Rocío Ruiz, posible rival de Marín en unas primarias. Porque Marín tendrá antes que ganarse el puesto.
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