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Sevilla/Hasta en tres ocasiones ha recibido nones el Real Betis en su intento de obtener en el Ayuntamiento de Sevilla la licencia de actividad para los Goles Norte y Sur y las Tribunas de Fondo del Estadio Benito Villamarín. La Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente ha considerado las dos primeras veces que la documentación presentada por el club era insuficiente o estaba mal planteada. En la tercera y hasta ahora última, fechada el pasado junio, respondió directamente que la documentación presentada es “desfavorable”. La entidad deportiva, consultada por este periódico, considera que el proceso sigue abierto, que ha demostrado sobradamente su intención de obtener la citada licencia y que, por supuesto, se siente amparada mientras tanto por la Declaración Responsable presentada en tiempo y forma que garantiza que todo cuanto se celebra en el estadio está sujeto a la normativa. Como prueba palmaria reitera que siempre cuenta con los dispositivos de seguridad y emergencia que asignan las distintas administraciones con competencia en los espectáculos deportivos o de otro tipo.
Sabida es la cantidad de negocios y entidades que operan sin la debida licencia de actividad, por eso llama más la atención que el club haya recibido tres rechazos en un proceso al que se ve instado por los requisitos que impone la Liga de Fútbol Profesional en virtud de la legislación vigente. Es cierto que si se hiciera un barrido por los negocios de todo tipo de una ciudad como Sevilla, muy probablemente una alta cantidad de ellos funcione sin una licencia que, en muchos casos, se suele tramitar junto con la de construcción. No hace mucho un conocido empresario de la hostelería, ya jubilado, reconoció en público que jamás tuvo licencia de actividad en más de cuarenta años de negocio. ¿Por qué no se atiende la aprobación del Betis? Por cuestiones de base, lo que llama más la atención si cabe, como el empleo de una legislación antigua u otras razones que provocan, por ejemplo, que la Gerencia exija “más seriedad” en los proyectos.
El proyecto del Real Betis que choca una y otra vez en Urbanismo y Medio Ambiente es el denominado de “legalización de actividad”. No tiene absolutamente nada que ver con el del nuevo estadio, presentado recientemente en el Ayuntamiento en perfecta armonía entre el actual alcalde y la directiva del club. Urbanismo maneja el referido proyecto de legalización desde septiembre de 2022. Su autor, ingeniero técnico industrial, describe con precisión el uso para el que se tramita el permiso: “La actividad a desarrollar en el edificio será la celebración de eventos de importancia de tipo deportivos o culturales en los cuales el público participa como espectador en gran número. Complementaria a la actividad principal se desempeñará en las galerías generales de distribución, en cada uno de los niveles del edificio y en la urbanización de la parcela Fan Zone con el objeto de ofrecer un servicio de los asistentes, la de bar de bebidas y sin música, un servicio rápido y de calidad”. Refiere así los puntos de venta de bebidas no alcohólicas y comida rápida. “Para los usuarios de los palcos VIPS se ofrece un servicio de cáterin premium”. Y detalla los aparatos de conservación y refrigeración de los alimentos. Acto seguido, el proyecto admite que la normativa municipal indica que la actividad denominada de “estadio” está “sometida al tramite de licencia de inicio de actividad, así como al instrumento medioambiental de Calificación Ambiental.
El proyecto recibió el primer rechazo el 25 de enero del presente año, cuando la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente pidió más documentación luego de advertir que en el siguiente proyecto se debía presentar una Declaración Responsable y, en general, “evitar la transcripción literal de párrafos contenidos en las normas de aplicación o del articulado de las mismas, debiendo en su lugar justificar que se cumplen las diferentes exigencias resultantes de los preceptos de las que sean aplicables”.
El segundo rechazo es del pasado 24 de abril. El técnico realiza la siguiente afirmación en las conclusiones:“El proyecto que se ha presentado es el mismo que dio origen al informe ambiental de fecha de emisión de 25 de enero de 2023 con una hoja más. Se recuerda que lo que se está solicitando es una Calificación Ambiental, no una licencia de obras. Se requiere por tanto la presentación de un proyecto de actividad que contemple la totalidad de la legislación vigente en materia urbanística y en materia ambiental”. Y tras hacer varias consideraciones sobre las leyes aplicables, se concluye con una afirmación insólita: “Se ruega mayor seriedad a la hora de presentar la documentación”.
El tercer pronunciamiento de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento califica directamente de “desfavorable” la documentación aportada por el ingeniero responsable del proyecto. Con fecha del pasado 12 de junio, la Gerencia realiza una suerte de enmienda a la totalidad al proyecto al reprochar que su autor trabaja con legislación anticuada sobre la materia. “Se ha de cumplir la totalidad de la legislación vigente en la actualidad, no en 1999, que es cuando se realizó la primera fase del proyecto”.
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