Secuestró cinco días a su pareja sin comida ni dejarle ir al baño
Sentencia por secuestro
La víctima tenía que hacer sus necesidades en un cubo
En dos días solo le dio medio bocadillo
La Audiencia de Sevilla ha condenado a 10 años de cárcel a un hombre de 28 años que durante cinco días mantuvo secuestrada a su pareja y a su hijo de dos años. No la dejaba ir al baño, por lo que la mujer tenía que hacer sus necesidades en un cubo, y durante dos días solo les dieron de comer medio bocadillo, que la joven entregó a su hijo.
La sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia se produjo por conformidad del acusado José Joaquín D.M., de 28 años, y su hermano Jairo, que le “ayudó activamente” en funciones de vigilancia y control.
Según la sentencia, José Joaquín mantuvo una relación sentimental de cuatro meses con la mujer, entonces de 20 años. A comienzos de octubre de 2018, la joven se fue con su hijo de dos años a vivir en el domicilio de José Joaquín pero cuando quiso cortar la relación ante los comportamientos agresivos que sufría, el acusado la mantuvo secuestrada entre el 31 de octubre y el domingo 4 de noviembre.
Los dos acusados se apoderaron de su teléfono móvil y el 3 de noviembre los encerraron en el dormitorio, sin proporcionar apenas comida a la mujer puesto que durante dos días solo le dieron medio bocadillo que ella cedió a su hijo. Al menor sí que le proporcionaron biberones, precisa la sentencia.
La mujer no podía salir al cuarto de baño y tenía que hacer sus necesidades fisiológicas en un cubo de la habitación.
En cierto momento del secuestro, José Joaquín llevó al niño al cuarto de baño y le dio “una brutal paliza agrediéndole a golpes y mordiscos”, mientras su madre escuchaba los gritos de dolor de su hijo desde la habitación, por lo que llegó a desmayarse.
Las agresiones a madre e hijo continuaron en la noche del sábado 3 de noviembre, cuando José Joaquín llegó a dar un mordisco en la cara al niño, a golpearle y a golpear contra el suelo a la mujer.
En la mañana del 4 de noviembre, cuando la víctima, aprovechando un descuido de los acusados, trató de pedir auxilio a una vecina, el acusado “le dio un fuerte guantazo, la arrastró de los pelos por las escaleras” y con un palo que le alcanzó su hermano “la golpeó de forma indiscriminada por todo el cuerpo, incluso en la cabeza y en la zona genital”, le asestó múltiples patadas y le causó con un cuchillo cortes en brazos y piernas.
La agresión se produjo “en presencia del niño, quien permanecía atemorizado en una esquina”, según la sentencia.
Cuando acudió al domicilio la familia de la mujer, alarmada por su ausencia, el acusado metió a las dos víctimas en la habitación, cerró la llave y obligó a la mujer a encerrarse en un armario mientras le tapaba la boca.
Jairo recorrió la vivienda con una tía de la víctima intentando demostrar que no estaban allí y no le permitió ver la habitación donde estaban encerrados “so pretexto de que era el lugar donde había fallecido su madre y estaba siempre cerrada”.
La condena por dos delitos de detención ilegal, trato degradante y lesiones incluye el pago de 10.800 euros a la mujer y 2.200 a su hijo.
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