El pirómano que veía espíritus es condenado a dos años en el Psiquiátrico

La Audiencia de Sevilla ha condenado a dos años de internamiento para recibir tratamiento psiquiátrico a un hombre que provocó un incendio forestal en agosto del año pasado que destruyó 16 hectáreas entre Guillena, Gerena y El Garrobo. Una vez provocado el incendio, se colocó en un puente elevado sobre la autovía A-66 para dirigir al Infoca hacia el lugar del siniestro e indicó a la Guardia Civil el lugar de inicio porque se lo habían dicho “unos espíritus”.

El juicio contra el paquistaní Khalid N.B. no llegó a celebrarse en la Sección Tercera de la Audiencia porque el acusado aceptó la condena, que incluye una multa de 17 meses con cuota diaria de seis euros (3.060 euros).

También deberá pagar todos los gastos derivados de su acción: indemnizará a la Junta de Andalucía en 12.742 euros por los gastos generados en la extinción del incendio, a la finca El Esparragal en 67.858 euros por los perjuicios derivados de la pérdida de su coto de caza, y pagará otros 19.618 euros a repartir entre otros dos propietarios afectados, además de los Ayuntamientos de El Garrobo, Gerena y Guillena y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

La sentencia, a la que tuvo acceso este periódico, considera probado que el acusado presenta un trastorno mental por dependencia de alcohol y trastorno psicótico con predominio de ideas delirantes, lo que afectaba “de forma moderada-grave sus capacidades volitivas e intelectivas en el momento de los hechos”.

El condenado, tras provocar el incendio, se situó en un puente elevado sobre la A-66 guiando con señas a las fuerzas de seguridad y a los servicios de extinción que iban llegando hacia la zona incendiada, y posteriormente llevó a la Guardia Civil hasta el lugar donde había escondido los dos mecheros con los que había provocado el incendio.

Sin embargo, manifestó que “unos espíritus eran los que le habían indicado dicho lugar”.

Khalid N.B. provocó el incendio sobre las 17:25 horas del 29 de agosto de 2020 usando esos dos mecheros, que eran idénticos a los hallados en su vivienda durante un registro posterior por orden judicial, que también encontró un bidón con restos de gasolina pese a que el acusado carecía de automóvil.

El condenado “conocía que el fuego se propagaría con facilidad dada la abundante vegetación y las condiciones atmosféricas favorables, con temperaturas superiores a 31 grados, humedad del 21% y viento de 14 km por hora, lo que había elevado el peligro de incendio al estado de alarma”, según la sentencia.

En la extinción por parte del Infoca, que duró más de un día, intervinieron dos helicópteros, dos avionetas, cuatro camiones moto-bomba, seis retenes de incendios, dos grupos de apoyo y tres agentes de medio ambiente.