La condena firme por la ayuda más picante de Invercaria
Macrocausa de Invercaria
Invercaria concedió un préstamo participativo de 100.000 euros para una empresa que comercializaba una novedosa "línea erótica" de aceitunas de mesa
Primera condena firme del Tribunal Supremo en el caso Invercaria
La primera condena firme del Tribunal Supremo ha castigado la ayuda más picante de Invercaria. Sueño fálico, metrosexual mulata y metrosexual nórdica, lengüetazos, dulces cuernos, polvazos, polvitos y polvazos picantes... Estos nombres forman parte de una innovadora "línea erótica" que la empresa Aceitunas Tatis comercializaba y cuyo catálogo, que aparece en la imagen adjunta, fue incorporado a la causa judicial. Invercaria concedió un préstamo participativo de 100.000 euros a esta empresa, cuyo catálogo de banderillas tampoco tiene desperdicio: desde la banderilla malagueña, vasca, pasando por los rollitos de boquerón o las delicias de pepino.
La defensa de la que fuera administradora de Aceitunas Tatis, con domicilio social en La Carolina (Jaén), presentó en el Juzgado de Instrucción número 16 de Sevilla, que investiga las presuntas irregularidades de Invercaria, un escrito en el que justificaba que el proyecto para el que se concedió ese préstamo participativo "reunía las características de innovador y se incluía dentro de un sector estratégico dentro de la comunidad autónoma de Andalucía".
El documento aportaba cifras macroeconómicas sobre el sector de la aceituna de mesa y destaca la "innovación incremental" que introdujo aceitunas Tatis al crear un "valor agregado sobre un producto ya existente, agregándole cierta mejora". Aceitunas Tatis elaboraba productos totalmente innovadores por su calidad, modo de elaboración, presentación y mercado objetivo. Todos eran productos "gourmet ecológicos" basados en la aceituna y elaborados de modo artesanal, con 60 variedades distintas y la "mayor selección de especialidades con respecto a cualquier otra empresa similar".
En el marco de esa innovación, añadía lo siguiente: "Un aspecto muy importante a tener en cuenta es la presentación de los productos con la creación, incluso, de una novedosa línea erótica que tuvo una magnífica acogida en el mercado nacional e internacional". "Adjuntamos como prueba gráfica de todo ello, para una mejor comprensión de todo lo dicho, documentos dos y tres con los catálogos publicados por Aceitunas Tatis", añadía el escrito aportado por la defensa.
Los productos de Tatis se distribuían, entre otros, en el "Hotel Ritz, Hotel Villamagna, Hotel Palace, Asador Donostiarra, cadena Cinco Jotas" y en los mercados gastronómicos San Miguel de Madrid, La Boquería de Barcelona y la Lonja del Barranco de Sevilla.
La empresa aceitunera se constituyó el 27 de septiembre de 2004 en La Carolina, con un capital social de 3.060 euros, pero ya en las cuentas anuales de 2006 y en el balance de situación del ejercicio 2008 aparecía un resultado negativo y estaba en "causa de disolución, con una deuda a corto y largo plazo de 450.000 euros".
A pesar de esta situación, por decisión del presidente de Invercaria se concedió un préstamo participativo de 100.000 euros en junio de 2009, pero "el destino del capital no fue sino el pago a acreedores, sin que respondiera a ningún fin de capital riesgo". Esta decisión, sostuvo el instructor en un auto, se tomó por Tomás Pérez-Sauquillo "sin tramitar la ayuda por el procedimiento establecido en la normativa de referencia ni el plan director de la entidad, especialmente el análisis técnico".
El juzgado de lo Mercantil de Jaén declaró el 16 de diciembre de 2010 el concurso voluntario de Aceitunas Tatis. De todas las ayudas investigadas en las distintas piezas separadas de la macrocausa de Invercaria, Tatis es, sin duda alguna, la más picante.
También te puede interesar
Lo último