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Un hombre de 37 años ha sido absuelto de delitos de maltrato habitual, secuestro y amenazas a su pareja por los que se enfrentó a 13 años de cárcel. La sentencia de la Audiencia de Sevilla dice que el testimonio de la denunciante es “difícilmente verosímil” y el acusado presentó una coartada “singularmente sólida” de lo que hizo la noche en la que, según la mujer, fue “agredida violentamente”.
El procesado, defendido por el abogado Manuel Manzaneque, se enfrentó a una petición del fiscal de tres años y medio de cárcel, condena que la acusación particular elevó a 13 años y el pago de una indemnización de 151.000 euros.
Según la sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia, Isaac G.P. y Sandra V.G. iniciaron una relación en 2010 y a comienzos de 2011 se instalaron en una parcela de campo cerca de Villamanrique de la Condensa, donde la relación empezó a tornarse complicada, posiblemente por el consumo de drogas tóxicas de uno o ambos.
En el contexto de una “relación muy deteriorada”, Isaac se ausentaba con frecuencia y durante varios días del domicilio, sin dar explicación alguna, hasta el punto de que en abril de 2013 inició una nueva relación de pareja, “sin que conste si Sandra era o no consciente de ello y si se produjo una ruptura formal”.
El hecho es que la mujer siguió acudiendo a la casa del campo, donde “no consta que Isaac la encerrara en alguna ocasión, cerrando la puerta de la propia vivienda o la cancela del cierre perimetral de la parcela, sin dejarle a ella las llaves”.
Tampoco se demostró que no la diese de comer, medicinas ni ropa, que dejara morir a dos perros de hambre y sed y que ejerciera sobre ella una “humillación sistemática y dominación, malos tratos físicos y psíquicos, agresiones, amenazas, exhibiciones de pistola, golpes, patadas y puñetazos” o que se apropiara del dinero de la mujer.
La realidad es que la denunciante salió con frecuencia de la parcela, normalmente con una bicicleta, para comprar tabaco en una gasolinera cercana, para contactar con una vecina o pasear por las inmediaciones.
La mujer denunció que en la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2013, Isaac la había agredido violentamente, pero el procesado aportó una coartada “singularmente sólida” pues estuvo jugando al pádel con un amigo y dos mujeres hasta una hora avanzada de la tarde, luego tomaron unas copas, Isaac pasó la noche en casa de una de esas mujeres y a la mañana siguiente se desplazó con ella a una reunión de trabajo.
La denunciante entregó a la Policía una pistola con la que supuestamente el acusado la amedrentaba y que ella había cogido del cajón de la mesita de noche, pero dicen los jueces que “resulta poco verosímil que quien utiliza un arma para amedrentar y someter a otro, la deje luego en el domicilio, fácilmente accesible, al alcance por tanto de su presunta víctima”.
Algunos pasajes del testimonio de la víctima “resultan difícilmente verosímiles” y su relato fue “poco ordenado, incompleto e inconexo”, dice el fallo de la Audiencia.
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