“El Moco” condenado a 21 años y medio por asesinar a su ex pareja toxicómana
Violencia machista
La víctima le rehuía “para evitar que le agrediera o robara la droga o el dinero”
La Audiencia de Sevilla ha condenado a un total de 21 años y 6 meses de cárcel a Abel M.L., un toxicómano de San Juan de Aznalfarache que asesinó a su ex pareja para robarle la dosis de droga que estaba inhalando. La sentencia recoge que la víctima Dolores O.G. rehuía al acusado por miedo a que le agrediese y recibió 23 golpes que le causaron la muerte tras una agonía en la que llegó a respirar y tragar sangre.
La sentencia se ha producido tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular. Abel (conocido como “El Moco”) cumplirá 20 años y un mes de prisión por un delito de asesinato, 10 meses por violencia habitual y otros siete meses por un delito de maltrato de obra.
Indemnizará a la hija de Dolores en 101.130 euros, a los dos progenitores en 50.570 euros cada uno y en 46.460 euros a Francisco V.T., con quien Dolores se había criado desde que tenía apenas unos meses de edad y convivía, en el momento de su muerte, como si fuera su padre.
El crimen ocurrió entre las 4:30 y las 5:30 horas del 1 de febrero de 2020, cuando Dolores, conocida como Loli por el vecindario, acudió a la plaza de Blas Infante de San Juan de Aznalfarache con la finalidad de consumir la droga que había adquirido con anterioridad y a la que era adicta desde hacía muchos años.
Se colocó al resguardo de un muro de la citada plaza en posición agachada, “echándose sobre la cabeza un chaquetón para no perder el humo que inhalaba de la botella de plástico en la que tenía preparada la droga”.
“El Moco”, que había sido su pareja sentimental durante varios años, aunque nunca convivieron, propinó a la víctima con un objeto que no se ha podido determinar diversos golpes en la cara que la dejaron aturdida y, una vez vuelta sobre el suelo boca abajo, con intención de acabar con su vida le dio hasta 23 golpes que le causaron fracturas craneales y provocaron su fallecimiento, según la sentencia a la que tuvo acceso este periódico.
Loli “no tuvo oportunidad alguna de defenderse”
Añade la magistrada que la muerte, sin embargo, no se produjo de manera instantánea sino que su agonía se prolongó durante un tiempo hasta el punto de que llego a respirar y tragar sangre antes de morir.
Loli “no tuvo oportunidad alguna defenderse ante el inesperado ataque debido a la posición en la que se encontraba frente a su agresor y por la droga ingerida, que anuló sus posibilidades de reacción o huida”, según la sentencia.
Sobre los delitos de violencia de género, la sentencia dice que Dolores y Abel frecuentaron durante su relación lugares comunes de adquisición y consumo de drogas pero ella “le rehuía para evitar que le sustrajera la droga o el dinero y para que no le agrediera, lo que había sucedido en diversas ocasiones”.
De hecho uno o dos meses antes de su fallecimiento el acusado la agredió con golpes y empujones en una avenida de San Juan hasta el punto de que tuvo que intervenir un funcionario de la policía que se encontraba en otro servicio.
La sentencia aplica a “El Moco” la agravante de parentesco y la atenuante de drogadicción porque entonces era un toxicómano de larga adicción que tenía “de forma importante afectado el dominio de su voluntad en lo que se refería a todos los relacionado con la adquisición y consumo de sustancias”.
Las condenas responden a lo solicitado por las acusaciones excepto en la medida de alejamiento, que se decreta durante 22 años y solo respecto a la hija de Loli “por haber perdido a su madre a tan temprana edad y en las circunstancias en que lo ha sido”, para evitar que tenga que soportar ver a quien fue autor de su asesinato.
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