Condenados dos paparazzi a diez meses de cárcel por las fotos de Mariló Montero en Bora Bora

Delito de revelación de secretos

La Audiencia de Barcelona les impone además el pago de una multa de 1.440 euros y la privación de realizar cualquier actividad relacionada con la agencia de prensa durante el mismo tiempo

La agencia de paparazzis ya fue condenada a indemnizar con 265.000 euros a la periodista Mariló Montero

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La Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona ha condenado a dos paparazzis a 10 meses de prisión por un delito de revelación de secreto al haber fotografiado a la periodista Mariló Montero en una zona privada de un hotel, durante unas vacaciones en Bora Bora, sin su consentimiento. Además, la Audiencia les impone una multa de 6 euros diarios durante 8 meses -en total 1.440 euros- y también les condena, durante el tiempo de la pena, para el ejercicio de cualquier actividad relacionada con la propia agencia de prensa.

En relación con estos hechos, un juzgado de Primera Instancia de Madrid ya condenó a la agencia de los paparazzi Gustavo González y Diego Arrabal a indemnizar con 265.000 euros a la periodista por las fotografías tomadas en las vacaciones en Bora Bora, al estimar que se vulneró el derecho al honor y a la intimidad personal y familiar de la informadora.

Ahora, el tribunal considera en esta nueva sentencia que la denunciante "es una conocida periodista que viene desarrollando su profesión desde hace muchos años en diversos medios de comunicación. A pesar de que ha intentado siempre mantener preservada su vida íntima, personal y familiar, ha sido objeto de constantes seguimientos por parte de los periodistas y fotógrafos de la llamada prensa rosa o prensa del corazón que ha publicado en numerosas ocasiones reportajes gráficos sin que conste que en ninguno de los casos haya comercializado con su imagen"

Los magistrados justifican que Mariló Montero organizó sus vacaciones de Semana Santa de 2015 con el deseo "casi obsesivo" de buscar un destino turístico en el que pudiera disfrutar de unos días de descanso en situación de "verdadera intimidad", tras el "seguimiento y acoso" que había sufrido en un viaje anterior a las islas Maldivas.

De hecho, para mantener su destino en secreto, no se lo comunicó a su entorno familiar ni a ninguna de sus amistades y sólo se le dijo a su acompañante cuando ya estaban en el aeropuerto.

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