Habrá sorpresas en el juicio al Cuco y su madre
el caso Marta del Castillo
El juicio contra el Cuco y su madre traerá importantes revelaciones que están relacionadas con el testimonio y las declaraciones de los acusados, aunque las defensas guardan un secreto absoluto
Las mentiras que les han llevado al banquillo de los acusados
El Cuco y su madre "urdieron un plan para engañar al tribunal"
Lo normal es que en un juicio no haya sorpresas, puesto que aparentemente el acto de la vista oral supone una puesta en escena de lo que ha sido la instrucción. Así, se van reiterando las pruebas, las declaraciones prestadas en la fase de instrucción por los investigados, los testigos y las demás pruebas que se han ido recopilando. Pero en ocasiones y, por motivos muy diversos, todo puede cambiar en la fase culminante de la vista oral. Y esto es precisamente lo que ocurrirá el próximo jueves en el juicio a Javier García Marín, el Cuco, y a su madre Rosalía García Marín, que están acusados de haber mentido en su declaración en el juicio por el asesinato de Marta del Castillo.
Puedo asegurarles que la sorpresa está garantizada y es relevante para este juicio. Fuentes de la defensa del Cuco y su madre han reconocido a este periódico que la vista oral no va a pasar desapercibida, que habrá “sorpresas” en el marco de una “estrategia jurídica” perfectamente definida por los abogados Agustín Martínez y Rafael Ramírez-García del Junco, que representan al Cuco y a su madre, respectivamente.
Aunque, evidentemente, ambos letrados se reservan hasta el momento de la vista oral en qué consisten esas sorpresas –que pueden dar un giro de 180 grados al juicio por el falso testimonio–, sí admiten que puede hacer tambalear la causa y dejar el juicio en cuestiones de índole eminentemente “técnicas y jurídicas”. Este periódico ha podido conocer que las sorpresas están relacionadas directamente con los testimonios y declaraciones de los dos acusados, si bien los letrados mantienen el mutismo absoluto sobre la cuestión. Lo que sí parece claro es que esas revelaciones no guardan relación con el trasfondo del caso, es decir, con el asesinato de Marta del Castillo y el encubrimiento del paradero del cuerpo de la joven, que sigue sin conocerse 13 años después de aquel trágico 24 de enero de 2009.
Para salir de dudas sobre cuáles son esas cartas que la defensa se guarda bajo la manga habrá que esperar hasta el inicio del juicio, el próximo jueves, pero para intentar conocer por dónde puede salir el caso se puede recurrir a algunas de las claves que las defensas han ido exponiendo en los diferentes escritos aportados a la causa, entre ellos su escrito de conclusiones provisionales o el más reciente en el que han mostrado su oposición a que el juicio sea grabado por los medios de comunicación. Recuérdese que la juez sólo ha autorizado que se graben algunas imágenes y se tomen fotos antes del inicio del juicio, lo que se conoce como un “modo”, aunque sí habrá 13 periodistas en la Sala para poder seguir el desarrollo de las sesiones.
En ese escrito, el abogado Agustín Martínez rechazó la grabación total del juicio para, según sostuvo, evitar la denominada “pena de telediario” porque, siguiendo su argumentación, “la Sala de un tribunal no puede ni debe convertirse en un escenario en el que representar una obra teatral para mayor gloria de un público ávido de morbo, o para satisfacer intereses publicitarios que en nada ayudan al recto sentir de la Administración de Justicia”.
La estrategia que, hasta este momento y a la espera de las sorpresas que esperan en la vista, han diseñado las defensas aparece reflejada en el escrito de defensa presentado antes del juicio y en el que tanto el Cuco como su padre solicitan su absolución. La Fiscalía pide ocho meses de prisión y una multa de 1.500 euros para cada uno, mientras que la familia de Marta pide dos años de cárcel, multa de 1.800 euros y 20.000 euros de indemnización por los “daños morales”.
En el escrito de defensa, los letrados alegan que se han vulnerado derechos fundamentales del Cuco, en concreto, los artículos 17.3 y 24.2 de la Constitución, además de vulnerarse el derecho reconocido en el artículo 18, porque sostienen que cuando Javier García Martín declaró como testigo en el juicio por el asesinato de Marta –el 25 de octubre de 2011–, no se había declarado la firmeza de la sentencia del juzgado de Menores número 3 de Sevilla que lo había condenado a tres años de internamiento como encubridor del crimen.
Según el letrado, “el presidente de la Sala debió y no lo hizo, leerle sus derechos constitucionales que ahora se denuncian vulnerados: el de no declarar contra sí mismo y no confesarse culpable, al tener su testifical declaración directa relación con los hechos ya imputados a él con anterioridad”. Y en cualquier caso, aunque no fuese así, “sigue estando amparado a su derecho constitucional del artículo 18 de la Constitución”, asevera.
Seis sesiones de juicio previstas y con Carcaño declarando en la Sala
La juez ha previsto inicialmente que el juicio se desarrolle en seis sesiones y que rindan testimonio hasta 13 testigos. La declaración de Miguel Carcaño, que será trasladado al juzgado desde la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), se ha fijado para el 31 de mayo.
El primer día del juicio, el 26 de mayo, se analizarán las cuestiones previas que puedan presentar las partes y se procederá a la declaración de los dos acusados, mientras que al día siguiente declararán los primeros testigos, entre ellos los padres de Marta, Antonio del Castillo y Eva Casanueva, el camarero del bar La Portada, el supuesto infiltrado en el entorno de la familia del Cuco, y el matrimonio que estuvo con los padres del Cuco en este bar, pero que sostiene en su declaración que ese encuentro fue la noche anterior al crimen.
Todo este calendario está diseñado antes de las sorpresas que deparará la vista oral en su arranque.
La denuncia de los padres motivó la investigación
Los padres de Marta denunciaron que la sentencia de la Audiencia de Sevilla -en la que el único condenado fue Miguel Carcaño- ordenó que se dedujera testimonio contra el Cuco, para que se investigara si el joven había incurrido en un delito contra la Administración de Justicia, por falso testimonio en su declaración en la vista oral.
La sentencia recogía que durante el juicio el Cuco "no sólo negó haber estado en el domicilio de León XIII" -donde se cometió el asesinato- en la tarde noche del 24 de enero de 2009, sino que "también fue mendaz en decir que estuvo esa tarde noche con amigos en franjas horarias que éstos han negado", de ahí que los magistrados dedujeran testimonio para que se investigase ese posible delito de falso testimonio.
La denuncia también se dirigía contra los padres del Cuco, después de que éstos reconocieran en un programa de televisión que habían "mentido" en el juicio" para "darle una coartada" a su hijo, hechos que podrían acreditarse presuntamente ahora con las grabaciones que a su vez realizó el supuesto infiltrado, Pablo B. R.
Los padres del Cuco dijeron que a la una y media de la madrugada del 25 de enero al llegar a su casa comprobaron que el entonces menor estaba allí, aunque en realidad a esa hora se hallaban en el bar La Portada. Por eso se citó al camarero de este negocio y al supuesto infiltrado, quien también fue condenado junto a los padres del Cuco a pagar 2.520 euros por quebrantar la orden de alejamiento que pesaba sobre el joven.
En junio de 2016, Antonio del Castillo y Eva Casanueva, padres de Marta, ratificaron ante el juez la denuncia contra la familia del Cuco. Del Castillo aseguró entonces que los padres del Cuco "no llegaron a su casa a la hora que dijeron, no vieron a ese niño en la cama como dijeron, no le dio el besito de buenas noches, y hay una serie de irregularidades", al tiempo que recordó que mentir en un juicio por asesinato "es algo muy grave".
El padre de Marta añadió que el Cuco era ya mayor de edad cuando declaró en el juicio por el asesinato de su hija y, por tanto, "sabía a lo que se exponía".
El Cuco fue condenado en su día por el juzgado de Menores por un delito de encubrimiento a tres años de internamiento en régimen cerrado, en una sentencia que lo absolvió de dos delitos de agresión sexual, contra la integridad moral y de profanación de cadáveres que también se le imputaban. El fallo fue confirmado por la Audiencia de Sevilla.
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