La nueva pista de Carcaño que no lleva a ninguna parte
caso Marta del Castillo
Agricultores de la zona, en la carretera de La Rinconada, recuerdan que la Guardia Civil ya "se pateó" el lugar en 2009 y no encontró nada, y avisan de que el hermano de Miguel Carcaño conoce el terreno "como la palma de la mano"
La Policía descarta excavar la nueva zanja porque el lugar no se corresponde con la declaración de Carcaño
La zanja de la nueva búsqueda de Marta se hizo siete años después del asesinato
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Un cartel señala la distancia de 5 kilómetros a Sevilla, en la carretera A-8002. A escasos metros hay una glorieta con salidas para La Rinconada y la Algaba. En ese punto, cerca matorrales, entre varios árboles y junto a una improvisada chabola, se ubica una zanja y el pozo de riego de hormigón donde la familia de Marta del Castillo pretende que se inicie una nueva búsqueda del cuerpo. Para acceder al lugar, hay que adentrarse unos 30 metros, en un campo agrícola donde actualmente se cultivan patatas. La zanja tiene una extensión de unos 12 metros de largo y una profundidad de más de tres metros, y acaba en el pozo de hormigón.
Algunos trabajadores de la zona consultados por este periódico y que han preferido que se guarde su anonimato, comentan que hace 14 años, cuando se produjo el asesinato, la Guardia Civil ya "se pateó" este lugar buscando el cuerpo y no lo encontraron. También se peinó, sin resultado, la escombrera ubicada junto a una hilera de palmeras cerca de una gasolinera, y en las labores se buscó incluso con una máquina excavadora por la zona donde hay un canal de riego y una tubería de hormigón. "Lo reventaron todo y no encontraron nada", asegura este agricultor.
En su séptima versión del crimen, Miguel Carcaño hablaba precisamente de "cinco focos" de luz, como los que hay en la glorieta mencionada y que sólo son perfectamente visibles de noche, pero en 2009, según las fotografías aéreas de la zona, no existía la zanja en la que supuestamente habría sido ocultado el cuerpo, dado que no aparecía en las imágenes hasta 2016, siete años después del crimen.
Donde hoy se cultivan patatas se habían sembrado hortalizas el año del crimen y en el lugar había trabajando a diario en esa época, unas veinte personas al menos, lo que hace más difícil que nadie se percatara de los movimientos en la zanja ni viese nada relacionado con la ocultación del cadáver. La zona de la zanja "se ha limpiado muchas veces" y no se encontró nada.
Los trabajadores sí apuntan un detalle que podría aportar una aparente credibilidad a la séptima versión de Miguel Carcaño y es que su hermano, Javier Delgado, conoce muy bien este terreno que hay entre Sevilla y La Rinconada. Lo conoce "como la palma de la mano" porque, según aseguran los agricultores, "ha trabajado muchos años en un polígono industrial que hay cerca de la ITV", en alusión al polígono industrial de Majaravique.
Así, señalan que su grado de conocimiento del terreno es tan importante que hasta "se sabe el nombre de todas las fincas de la zona". "Conoce esto mejor que yo", señala otro veterano trabajador de la zona, que descarta que en esta zanja puedan hallarse los restos de Marta. Esta persona llega a decir que hay además poco terreno que remover en la zanja para llegar a la parte más dura, que sería la base, y recuerda igualmente las labores de limpieza que se han llevado a cabo en otras tantas ocasiones.
¿Cómo se llegó hasta esta nueva pista?
El hecho de que las fotografías descarten esta nueva pista ha supuesto, sin duda, un nuevo varapalo para la familia de Marta. Detrás de este rastro hay varios meses de contactos, gestiones y averiguaciones policiales para tratar de resolver, catorce años después, el puzle del caso y dar con el paradero de Marta del Castillo. Pero las gestiones no han llevado a ninguna parte. O, dicho de otra manera, conducen al mismo punto de partida.
La nueva pista de Carcaño sobre la zanja en la carretera de La Rinconada donde supuestamente habrían enterrado el cadáver entre escombros se ha desbaratado a través de las fotografías aéreas del año 2009, que han puesto de manifiesto que esa zanja marcada ahora por la familia de la joven como posible destino de los restos no existía en esa fecha y no fue, en principio, hasta el año 2016 cuando aparece en las fotografías que figuran en la web del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).
A esta nueva ubicación se llegó, según confirmó el padre de Marta, Antonio del Castillo -que hizo pública la nueva zona de búsqueda en las redes sociales-, a través de manifestaciones de Miguel Carcaño vinculadas con la séptima y última versión que ha ofrecido de los hechos, en la que culpa a su hermano Javier Delgado del crimen y asegura que entre los dos se deshicieron del cuerpo, enterrándolo en una zanja.
En esa séptima versión de los hechos, que Miguel Carcaño mantiene desde el año 2013, el joven asegura que él y su hermano salieron por la calle León XIII hacia San Lázaro, pasaron por un polideportivo en el que había gente jugando, después por una calle ancha en la que había casas y naves, y bajaron un puente donde recuerda que vio "unas palmeras con luces".
Seguía diciendo Carcaño en esa declaración que pasaron una venta y poco después el coche donde llevaban el cuerpo giró hacia la izquierda. Entonces se terminó la carretera, el arcén y había un "camino con escombros", por lo que siguieron su trayecto hasta que el coche no podía seguir por encontrarse de frente "con una especie de zanja".
Según Miguel, metieron a Marta en la zanja, y su hermano, dentro de dicha zanja, le dijo que le fuera pasando escombros, "los más grandes que había en el lugar, cubriendo el cuerpo de Marta y una vez cubierto se marcharon del lugar", recogía aquella declaración que Miguel ratificó en su momento ante el juez de Instrucción número 4 de Sevilla.
El que fuera asesino confeso, que cumple su condena de 21 años y tres meses en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), aseguró igualmente que el día siguiente del crimen, el domingo 25 de enero de 2009, lo pasó en el domicilio de su novia en Camas y ya por la tarde noche recibió una llamada de su hermano para que "volviera a escaquearse" del bingo donde trabajaba y se acercara al piso de León XIII.
De ahí, según el testimonio de Miguel, se marcharon de nuevo al sitio donde habían dejado a Marta el día anterior. "Una vez allí, su hermano sacó dos sacos del coche y unos guantes y después de quitar los escombros que cubrían el cuerpo de Marta, su hermano echó el interior de los sacos por encima del cuerpo". Miguel recuerda que "olía muy fuerte y volvieron a cubrir el cuerpo con los escombros".
Entre La Algaba, La Rinconada y Brenes
Durante la fase de instrucción del caso, la Policía barajó la hipótesis de que los autores de la desaparición del cuerpo de Marta debieron de elegir la salida hacia el norte de la ciudad, dado que existe menos distancia hacia el extrarradio desde el domicilio de León XIII.
De esta forma habrían conseguido, de un lado, más tiempo para hacer desaparecer el cuerpo -sólo habían dispuesto de alrededor de unos 55 minutos para esta labor-, y de otro, disminuir el riesgo de ser interceptados por cualquier vehículo policial si hubieran elegido un trayecto más largo por el casco urbano de Sevilla hacia otras salidas de la ciudad.
Además, se habría elegido una zona rural comprendida entre las poblaciones cercanas de La Algaba, La Rinconada, San José de la Rinconada y Brenes como las ubicaciones adecuadas para hacer desaparecer el cuerpo. Y Miguel marcó en esta declaración la carretera de La Rinconada, coincidiendo exactamente con las investigaciones policiales.
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