La fallida insistencia de María León en su lío con la Policía Local
Altercado con la Policía Local de Sevilla
Segundo varapalo a la denuncia de María León contra los policías locales
La actriz anuncia un nuevo recurso sin valorar que muchas veces una disculpa a tiempo puede evitar males mayores
La juez confirma que la actriz no fue detenida ilegalmente
La actriz sevillana María León ha recibido esta semana un nuevo varapalo del juzgado que la está investigando por el altercado que protagonizó en la madrugada del pasado 1 de octubre con varios agentes de la Policía Local de Sevilla, que acabaron deteniéndola por delitos de atentado a la autoridad y de lesiones leves, por haber agredido presuntamente a una agente. Se trata del segundo revés que sufre la artista desde que comenzó la investigación una vez que la juez ha confirmado su decisión de archivar la denuncia que presentó contra los agentes que intervinieron en su arresto y a los que la intérprete acusaba de un delito de detención ilegal porque, según la versión que sostiene la actriz, fue arrestada aparentemente sin motivo alguno y por haberse negado a identificarse ante el requerimiento de los agentes.
El nuevo auto deja claro que no hubo ninguna actuación irregular de los policías locales y vuelve a desmontar lo que la propia magistrada ya calificó en una anterior resolución como una “estrategia defensiva” por parte de León. La detención, según la instructora, no se debió a la posible infracción administrativa por la falta de respeto a los agentes –a los que calificó de “tontos”, “sheriff” y “zorra” en el caso de una policía, según refleja el atestado–.
El verdadero motivo de que acabara detenida, continúa la magistrada, fue la agresión a una agente, un hecho sobre el que, recuerda, la actriz no ha ofrecido hasta el momento una explicación a las lesiones que sufrió esta mujer: una contusión en el pómulo derecho y otra en la rodilla izquierda.
El auto incluye varios reproches a la estrategia de la actriz, criticando que haya aportado tres vídeos “claramente parciales” porque no contienen los hechos acontecidos “ni de principio a fin ni en la parte esencial”.
En esos vídeos, que este periódico publicó en su página web, se aprecia que durante el incidente la intérprete sevillana recibió varios avisos para que se marchara, uno de ellos incluso de uno de los policías locales a los que previamente había supuestamente faltado al respeto. El agente en cuestión le dice a la actriz que “al final va a acabar detenida esta noche”. Algunas de las personas que acompañaban a la sevillana –todos venían de celebrar el final de un rodaje en una terraza de la avenida de María Luisa– también le pidieron que se fuera. “¡María vete!”, comenta en varias ocasiones uno de los acompañantes, mientras intenta apartarla del lugar, pero la joven insistió en que no se iba a marchar, porque ella “no había hecho nada” y la “habían dejado encerrada”.
Esos vídeos a los que la juez resta trascendencia en relación con la denuncia que plantea María León, terminan –al menos en las grabaciones incorporadas a la causa– con la llegada de una agente de la Policía Local, que espetó: “¡Señorita, se va a venir detenida!”, a lo que María León responde preguntando “¿por qué?” y la agente le replica “porque sí”.
Tratar de extraer de esas grabaciones que hubo una extralimitación por parte de los agentes es realmente una tarea complicada, como ha puesto de manifiesto la propia instructora.
¿Y ahora qué pasará con esta denuncia de la actriz?
Para empezar, la defensa ya ha anunciado que va a recurrir ante la Audiencia de Sevilla la decisión de la instructora de archivar esta denuncia contra los agentes. En ese recurso de apelación, que el abogado José Antonio Sires ya está elaborando, la actriz seguirá insistiendo en que se reabra su denuncia contra los policías locales por una supuesta detención ilegal.
El letrado volverá a insistir en los argumentos ya rechazados de la falta de motivación de la decisión de la instructor, al entender que el archivo es “prematuro”, porque no se ha practicado ninguna diligencia de investigación para tratar de esclarecer los hechos denunciados y eso vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva.
Con independencia de lo que pueda resolver la Audiencia de Sevilla, lo cierto es que la investigación en la que está involucrada la actriz no pinta bien para ella. Ni ahora en la fase de instrucción ni en relación con lo que pueda pasar cuando llegue el momento del juicio.
La juez que instruye el proceso tiene sobre su mesa un atestado policial que recoge una serie de hechos que en principio han llevado a la magistrada a tratar los hechos como posibles delitos de atentado a la autoridad y lesiones leves, por cuanto en el atestado policial se refleja que la actriz propinó un puñetazo y una patada a una agente de la Policía Local, a la que León insultó con la siguiente frase: “hija de puta, eres una zorra”.
Es cierto que la instrucción judicial se encuentra en una fase incipiente y que todavía no se han practicado las declaraciones de los otros tres investigados que hay en esta causa –que comparecerán en el juzgado el próximo 22 de febrero– y de los testigos, y tampoco María León ha prestado declaración, tras haberse acogido a su derecho a no declarar tras ser detenida y conducida al juzgado de guardia.
Cabe preguntarse si al final le merecerá la pena a María León todo el desgaste que este caso puede causar a su imagen pública. Si no le hubiese resultado más rentable reconocer que se equivocó, pedir disculpas a los agentes y tratar de llegar a un acuerdo con ellos que evite un proceso judicial que todavía se puede prolongar durante meses y al que seguirá con toda probabilidad un juicio mediático que también puede tardar en celebrarse debido a la lentitud de la Justicia.
Al final, en muchas ocasiones, más vale un mal acuerdo que un buen pleito, como dice el refranero popular. Y es que cuando llegue el juicio, lo normal es que María León se enfrente al testimonio sin fisuras de varios agentes de la Policía Local, que van a corroborar todo lo que se dice en el atestado policial sobre la noche de autos, incluida la agresión que se atribuye a la agente. El testimonio de los agentes goza, en principio, de presunción de veracidad, frente a otros testigos. Y con estas pruebas contra la actriz no es difícil imaginar cuál puede ser la sentencia.
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