La grosería que se le escapó al juez en una sentencia

Las anécdotas judiciales

Un magistrado que utiliza un programa de dictado para escribir sus sentencias introduce una palabrota en los hechos probados

Este mismo juez a un policía: "Yo soy el que manda, usted se calla, el que sabe de leyes soy yo"

Los hechos probados de la sentencia notificada al acusado, en los que se incluye la palabrota.
Los hechos probados de la sentencia notificada al acusado, en los que se incluye la palabrota. / D. S.

Las nuevas tecnologías aportan muchas ventajas pero a veces también tienen sus inconvenientes si no se usan bien. Esto es lo que le ha ocurrido a un juez de lo Penal de Sevilla que utiliza un prograba de dictado al ordenador para redactar sus sentencias, en lugar de mecanografiarlas. Es cierto que estos programas de reconocimiento de voz están muy avanzados, como sucede en los teléfonos móviles, pero también que a veces se hacen un lío y no reconocen bien lo que se les está diciendo.

En el caso del magistrado, se trata de una sentencia por un robo al parecer de un cargador solar o una placa fotovoltaica en un establecimiento de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). El ordenador y el sofisticado programa de dictado parece que no entendieron bien al juez y así cambia en primer lugar el nombre de la localidad sevillana, que queda rebautizada como "Alcalá de cuadrilla".

Con este primer error la cosa apuntaba ya desde ese momento a tragedia. La resolución continúa diciendo que "se produjo un momento" (suponemos que debía decir "un robo") de un smartsolar valorado en 529 euros. Ahora viene una parte que el programa traduce bien y así puede leerse los siguiente: "sin que en el juicio oral se hayan practicado pruebas suficientes para acreditar, con las exigencias propias de un pronunciamiento penal, que el autor de dicha infracción haya sido el acusado".

Hasta aquí todo correcto, lo que no lo es tanto es cómo se pone en la sentencia el punto y final a los hechos probados. "Tu puta madre". Así, sin más. No sabemos a qué obedece la inclusión de este insulto en medio de la sentencia, aunque quizás pudo deberse a que mientras el juez estaba dictándole a la máquina sufriera alguna interrupción o un contratiempo y fuese él mismo quien pronunciara tal expresión. Quien sabe.

Lo que está claro es que esa sentencia se notificó a las partes, incluso el acusado, con esta grosería. Pero como el acusado fue absuelto, seguro que no planteó ninguna aclaración a este peculiar fallo. Mejor insultado que condenado, debió pensar...

El juez que dictó esa sentencia, con palabrota incluida, ha protagonizado algún que otro incidente. De hecho, un policía nacional denunció a este magistrado cuando estaba destinado en un juzgado de Dos Hermanas por faltarle al respeto y expulsarlo de la sala durante un juicio. El magistrado utilizó expresiones como "aquí el que manda soy yo, yo dirijo su declaración, usted se calla, aquí el que sabe de leyes soy yo, limítese a confirmar lo que yo manifiesto en su declaración", lo que motivó que el agente presentara una queja ante el Consejo General del Poder Judicial y ante el Defensor del Pueblo.

Los hechos ocurrieron durante un juicio celebrado en Dos Hermanas a un hombre acusado de un delito de atentado ocurrido el día 5 de enero de 2023, durante la Cabalgata de Reyes Magos de la ciudad nazarena, cuando el acusado, que iba borracho, había intentado cruzar con su coche por medio del cortejo de la ilusión. Sobre las once menos veinte de la noche, el individuo estaba quitando la valla perimetral para sacar su vehículo de la calle en la que estaba estacionado, por la que pasaban en ese momento las carrozas.

Un bombero tuvo que ponerse delante del vehículo que estaba conduciendo el hombre, antes de que llegara el agente para parar el coche. El conductor tenía la intención de cruzar con el vehículo por medio de la Cabalgata, lo que hubiera supuesto una tragedia. El policía detectó indicios de que el hombre se encontraba bajo los efectos del alcohol y mantenía una actitud violenta hacia él y a otros ciudadanos.

En la queja presentada por el agente ante el Consejo General del Poder Judicial, el agente explica que el juez le "coaccionó y amenazó" desde el principio, con expresiones como las citadas arriba. Como el juez no atendía a la reclamación económica del policía por el importe de las gafas rotas, el agente decidió no firmar las actuaciones.

"En ese momento, el juez entró en cólera y volvió a amenazarme con dilatar el procedimiento, hacerlo ordinario, dejar de abonar las cantidades solicitadas en indemnización y llegando a expulsarme de la sala", relata la queja. De todo ello fueron testigos todos los funcionarios allí presentes, incluido el letrado de la administración de justicia y la parte contraria, indicaron fuentes judiciales. Las mismas fuentes añadieron que el policía pidió al Consejo que abra un expediente disciplinario al magistrado, al considerar que éste incurrió en los delitos de coacciones a agente de la autoridad, prevaricación y amenazas.

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