El cara a cara inútil entre Miguel Carcaño y Samuel Benítez
Diez años del juicio por el asesinato de Marta del Castillo
La web de Diario de Sevilla muestra los vídeos con el careo que Miguel Carcaño y el que fuera su amigo íntimo Samuel Benítez protagonizaron en el juicio celebrado en 2011 y que acabó finalmente con la absolución de Samuel
Durante muchos años fueron amigos íntimos hasta que el asesinato de Marta del Castillo, la detención de ambos y su ingreso en prisión acabó por dinamitar esa relación. Miguel Carcaño y Samuel Benítez compartieron hace diez años el banquillo de los acusados en el juicio por el crimen de Marta, el primero acusado del asesinato y el segundo como presunto encubridor.
La sentencia acabó con la condena de Carcaño y la absolución de los otros tres adultos acusados, entre ellos Samuel Benítez, pero la vista oral celebrada en el año 2011 dejó como uno de los momentos más destacados el careo que Miguel y Samuel protagonizaron en una de las primeras sesiones del juicio, después de que ambos mantuvieran versiones contradictorias sobre los hechos que ocurrieron la tarde-noche del 24 de enero de 2009 en el piso de León XIII.
La prueba del cara a cara fue solicitada por la acusación que ejerce la familia de Marta del Castillo para intentar esclarecer lo mismo que se lleva buscando sin descanso desde hace más de 12 años: dónde está el cuerpo de Marta del Castillo. El enfrentamiento verbal entre Miguel y Samuel generó unas grandes expectativas que, sin embargo, resultaron completamente estériles.
La transcripción del careo entre Miguel y Samuel
El presidente del tribunal les recordó brevemente a Miguel Carcaño y Samuel lo que han declarado y les pidió antes de iniciar la prueba que accedieran al careo "sin insultos, sin amenazas y sin ofensas" y le da la palabra primero a Miguel para que se dirija en primer lugar a Samuel. El careo dura dos minutos y 41 segundos.
Miguel. Lo único que te quiero decir, ya que estás implicado conmigo, es que digas dónde está Marta, ya que tú estás en la calle y yo estoy en prisión, y se ve que tu actitud es lo más pasota que se puede ser...
Samuel. Te voy a contestar. Cree el ladrón que todos son de su misma condición, eso lo primero. Y explícame tú, con el mayor respeto a todas las personas de la Sala, ¿quién te crees tú? Que tú, una persona que mata a una persona, ¿quién se va a creer en esta Sala, con el máximo respeto a todas la personas que hay en la sala, quién se prestaría a ayudar a la desaparición de un cuerpo cuando otra persona es el que la ha matado? Porque yo no.
Samuel. Y explícame, cómo es posible que supuestamente tú me estés metiendo en una hora de nueve y cuarto a nueve y media aproximadamente, cuando a esa hora estoy yo con mis testigos en Montequinto y me dices con un coche inventado, que ninguna amistad mía tiene ese coche. Explícame por qué tú las cosas que dices son sin aportar pruebas.
Miguel. Explícame tú por ejemplo los tickets de autobús, esos tickets nunca han aparecido.
Samuel. Pero yo a ti no te tengo que demostrar nada, se lo tengo que demostrar al jurado.
Miguel. Intento demostrar que tú ese día no cogiste el autobús, tenías coche. Intento decir que tú viniste a mi casa con coche, no en autobús como tú dices. Y que tampoco apareciste por la casa también es mentira porque igual que tú apagas tu móvil, y está confirmado que tu apagas el móvil, en esa época tú eras más listo que yo, por eso tu estás en libertad y yo estoy en prisión.
Samuel. Yo soy Forrest Gump que desde Montequinto a tu casa tardo cinco minutos, ¿no? O tengo un hermano gemelo o soy el primo de Forrest Gump.
[El juez les advierte del tono que están adoptando en la conversación y les pide que empleen actitudes “más pacíficas”]
Samuel. Es que, señoría, discúlpeme, pero como usted comprenderá... en acusaciones falsas. Con acusaciones falsas no puedo, es normal que me hierva la sangre. Con mis disculpas, señoría.
Samuel. Como te he dicho, a ti no te tengo que demostrar absolutamente nada, a quien se lo tengo que demostrar es al señor juez y a sus compañeros; no tengo que demostrarte nada. Porque si yo estuve en Montequinto con el paso del proceso judicial.
[El juez interrumpe al imputado para preguntale a Miguel Carcaño si insiste en su última versión y en la implicación de Samuel Benítez]
Miguel. Sí, señoría.
Samuel. Es fácil aquí acusar en este país sin aportar pruebas. Y por el contrario haz como yo, que hablo y aportando pruebas, las aportaré.
Ambos se retiran al banquillo de los acusados, Samuel resopla y se santigua.
El careo, que puede verse en el vídeo colgado en la web de Diario de Sevilla, dura exactamente dos minutos y 41 segundos, y comienza con la petición de Miguel a Samuel para que dijera dónde está el cuerpo de Marta, ya que en la versión que Carcaño sostuvo en el juicio –que es totalmente opuesta a la que mantiene desde el año 2013 y en la que incrimina a su hermano Javier Delgado–, acusa a Samuel de estar detrás de las maniobras para ocultar el cuerpo.
En esa prueba, Miguel se mostró muy tranquilo en todo momento, mientras que a Samuel se le ve más nervioso, gesticulando, titubeándose y presentándose como una víctima. El careo no arrojó entonces ninguna novedad y Samuel abandonó el estrado resoplando y santiguándose.
El testimonio de Samuel
Previamente al careo, Miguel Carcaño y Samuel Benítez habían prestado declaración ante los magistrados de la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla. En esas declaraciones, Miguel volvió a acusar de encubridores a sus amigos Samuel y el Cuco. Por su parte, Samuel fue contundente al rechazar su implicación en las labores para ocultar el cuerpo de Marta. “Nunca pisé el piso de León XIII el 24 de enero de 2009”, afirmó a preguntas de la Fiscalía.
“Pero, ¿no es cierto que dijo usted que llegó al piso?¿y no es cierto que declaró haber visto a Marta tendida en el suelo y con la cara ensangrentada?, ¿y que Miguel le contó cómo se había producido la agresión?, ¿y luego dijo que la llevaron al río en un ciclomotor y la arrojaron desde el puente de Camas?”, insistió el fiscal Luis Martín. A todas estas preguntas, Samuel respondió con una lacónica fórmula: “En la Policía, sí”, refiriéndose a que esa declaración la hizo en la Policía bajo supuestas “coacciones y amenazas”. Según Samuel, la Policía le dijo que “o se inculpaba o irían a por sus padres y la que entonces era su pareja”.
Samuel reiteró que aquel día estuvo en la barriada de Montequinto hasta las dos y media de la madrugada, cuando tomó un autobús de regreso a Sevilla.
Unos días después de la desaparición de Marta, el padre del Cuco les dio a él y a su hijo tres euros para que aspiraran su coche, un Volkswagen Polo de color blanco, “que estaba lleno de pipas y de colillas”. Según Samuel, sólo aspiraron las alfombrillas y poco más en la gasolinera de Santa Clara.
El hermano volvió a las cuatro de la mañana
En otro de los vídeos se recogen algunos fragmentos de la declaración de Javier Delgado, el hermano de Miguel Carcaño, a quién éste lleva acusando desde el año 2013 de ser el presunto autor del asesinato de Marta. En esa declaración, Javier Delgado insiste en que pasó la noche del 24 de enero de 2009 entre la casa de su ex mujer y el bar de copas que regentaba, reiterando que no llegó al escenario del crimen, el piso de León XIII, hasta las cuatro de la madrugada, ya del domingo 25 de enero.
A preguntas del fiscal, Delgado sostuvo que sólo coincidió con su hermano “diez minutos” en el piso de León XIII. “Yo estaba en el cuarto de baño y escuché que se abría y cerraba la puerta. Como sólo teníamos llave él y yo, y yo estaba dentro, di por hecho que era él. Le di una voz y vino al aseo, le pregunté si iba acompañado y él me esbozó una sonrisa, por lo que entendí que estaría con su novia”, declaró.
El acusado detalló que tras cenar con su hija y trabajar en el bar, regresó a su casa a las 4:00 de la madrugada, llamó a su novia, María García, para que le abriera la puerta y, media hora después, aparecieron en su casa los padres de unos amigos de Marta. “No recuerdo nada raro ni que el piso oliera a limpio”, dijo el hermano de Carcaño.
Un olor como de “fregona sucia de bar”
María García Mendaro, que también fue absuelta del encubrimiento como Javier Delgado y Samuel, afirmó por su parte que estuvo estudiando en el piso de León XIII entre las doce y cuarto y las dos de la madrugada, y no observó nada extraño ni participó en las labores para encubrir el asesinato.
Durante su estancia en el piso, María no vio a Miguel Carcaño ni a Marta, pero sí percibió al pasar por la puerta del cuarto de Miguel, que permanecía cerrada, “un olor extraño, no a limpio, sino como el de las fregonas sucias de los bares”, aseguró en su declaración.
Sobre las cuatro llegó Javier, con el que intercambió unas palabras y se acostó. A las cuatro y media Javier recibió varias llamadas de teléfonos de los padres de unos amigos de Marta.
“Hubo al menos cuatro conversaciones. Algo capté. Decían que había desaparecido una chica, todavía no sabía que se llamaba Marta, y que Miguel era el último que la había visto. Querían que Javier les diera el móvil de Miguel pero éste se negó. Estaba un poco mosqueado por el tono en el que le estaban hablando”.
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