La juez Alaya se queda por cuarta vez a las puertas de la Audiencia Nacional
La instructora de las macrocausas
Un magistrado con más antigüedad en el escalafón de la carrera, Francisco de Jorge, solicita la plaza del juzgado central número 1
Alaya aspira desde el año 2018 a uno de estos órganos
Mercedes Alaya continuará como magistrada en la Audiencia de Sevilla. La juez que diseñó e instruyó inicialmente las macrocausas de los ERE y de los cursos de formación, entre otros macroprocesos, se ha vuelto a quedar otra vez a las puertas de lograr una plaza en un juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional. Se trata de la cuarta vez que la magistrada sevillana intenta dar el salto a la Audiencia Nacional, donde se investigan asuntos de gran relevancia y trascendencia mediática, como la Gürtel o los papeles de Bárcenas.
En esta ocasión, Mercedes Alaya había solicitado la plaza del juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, que entre otros asuntos destacados instruye causas de yihadismo. Según han publicado varios medios nacionales, Alaya era la candidata más antigua de la veintena de peticionarios de esta plaza hasta que, en los últimos días, dicha plaza ha sido solicitada por el juez Luis Francisco de Jorge Mesas, quien desde abril de 2018 está destinado en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en la sección de Apoyo a la Implementación, Rama de Crimen Organizado, división de tratados. Este juez ha sido además jefe del servicio de Relaciones Internacionales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre 2004 y 2011, y magistrado de enlace de España en Marruecos entre 2011 y 2017.
Luis Francisco de Jorge Mesas ingresó en la carrera judicial el 1 de diciembre de 1984 y, por tanto, tiene cuatro años más de antigüedad que Alaya, que ingresó en 1988, cuando era muy joven; tenía tan sólo 25 años. En 1998 se incorporó al juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, donde Alaya saltó a la fama por el caso Betis –que acabó en la absolución de Manuel Ruiz de Lopera– y la instrucción del caso Mercasevilla, del que surgió el escándalo de los ERE.
Fuentes del CGPJ explicaron ayer a este periódico que, por el momento, no se puede confirmar que la magistrada sevillana haya perdido esta nueva oportunidad de hacerse con un juzgado Central de Instrucción, al que aspira desde el año 2018, dado que “el plazo de presentación de solicitudes no ha acabado”.
En cualquier caso y, con la excepción del juez Luis Francisco de Jorge Mesas, Alaya superaba en antigüedad en la carrera a otros magistrados que también han solicitado esta plaza en el juzgado central de Instrucción número 1, como el juez Eloy Velasco, actualmente en la Sala de Apelación Penal de la Audiencia Nacional y que ya estuvo al frente de otro juzgado central, en concreto, el número 6.
Mercedes Alaya ha estado, nuevamente, a punto de lograr la plaza en esta ocasión, aunque en los cuatro intentos al final siempre ha surgido un candidato más antiguo que ella que se queda con el juzgado. En los mentideros judiciales se comenta que no hay mucho interés en que Alaya se haga con un juzgado de esta trascendencia, lo que habría llevado en algún caso a otros aspirantes con más antigüedad en la carrera a solicitar las plazas a las que ha concurrido la magistrada sevillana.
La última vez que ocurrió esto fue en diciembre pasado, cuando el veterano juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz solicitó el cambio desde el juzgado Central de Instrucción número 1 al número 5, tras la marcha del juez José de la Mata a su nuevo destino como jefe de la delegación española de Eurojust.
Las plazas de la Audiencia Nacional se cubren por la antigüedad en el escalafón de la carrera judicial y, en este caso, Pedraz había accedió cuatro años y medio antes que Mercedes Alaya, que está destinada en la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla desde el año 2015, tras su marcha del juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla. Mercedes Alaya, contaba a fecha del último escalafón (cerrado a 31 de marzo de 2018) con 29 años, cinco meses y 17 días de servicio en la carrera judicial, mientras que Pedraz tenía 34 años de servicio. El juzgado número 5 investiga asuntos relacionados con los papeles de Bárcenas o el conocido caso del 3%, entre otros.
De esta forma, Alaya lleva intentando dar el salto a la Audiencia Nacional desde hace más de tres años, después de que en 2018 aspirase a la vacante que había dejado Carmen Lamela en el juzgado Central número 3, adjudicada finalmente a María Tardón, que tenía más antigüedad que Alaya. Y posteriormente concursó al juzgado Central número 4 que dejó el magistrado Fernando Andreu y que dirige actualmente José Luis Calama, un magistrado que ocupaba tan sólo dos puestos por delante de Alaya en el escalafón.
Desde que comenzó la instrucción de los ERE hace ya diez años, Mercedes Alaya ha demostrado que realmente lo que le gusta es la instrucción de los procedimientos, más allá de celebrar juicios como hace ahora en Audiencia de Sevilla, entre otros cometidos. No cabe duda de que Alaya, más tarde o más temprano, acabará obteniendo una plaza en un juzgado central de la Audiencia Nacional, puesto que la magistrada acumula ya más de 31 años en la carrera, pero lo cierto es que hasta ahora el salto se le resiste y sus compañeros no se lo están poniendo fácil.
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