Un homenaje a las sagas de juristas en Sevilla
Abogacía y judicatura
Varias familias han vivido los grandes hitos judiciales sevillanos, desde el crimen de las estanqueras hasta los ERE
La tertulia Justicia y Caballo hará un homenaje a Pedro Márquez Buenestado
Uno de los muchos proyectos aparcados por el coronavirus ha sido el homenaje que la tertulia Justicia y Caballo pensaba hacer al magistrado ya fallecido Pedro Márquez Buenestado, padre de cuatro hijos jueces en Sevilla y abuelo de varios licenciados en Derecho. El acto se enmarca en una serie de reconocimientos a familias sevillanas con varias generaciones de juristas como los Moya, Cossio, Cuéllar, Rojo o Cisneros.
La tertulia homenajeó en julio de 2019 a la familia Moya en la persona de la abogada Carmen Moya Sanabria, que reúne además el mérito de haber sido la primera mujer miembro de la Academia de Jurisprudencia y Legislación y la primera vicedecana del Colegio de Abogados.
Se rindió tributo entonces a Juan Moya García (1919-2003), uno de los mejores civilistas y mercantilistas que ha dado la Abogacía sevillana. Tres de sus hijos siguieron su estela jurídica: el también abogado (fallecido en 2007) Juan Moya Sanabria, su hija Carmen y su hijo Sebastián, ahora juez de primera instancia.
Un juez padre de cuatro magistrados
El siguiente homenaje, cuando el coronavirus lo permita, será para el juez Pedro Márquez Buenestado, que tuvo cuatro hijos varones y los cuatro han sido magistrados: el mayor, Pedro, ya fallecido, y los tres que siguen en activo en la Audiencia de Sevilla: Juan, presidente de la Sección Quinta; Rafael, magistrado de la Sección Segunda; y Ángel, presidente de la Sección Tercera, que estos días preside el segundo juicio de las macrocausas de los ERE. Su nieto Pedro Márquez Rubio es juez de lo Mercantil en Sevilla, su nieta Carmen Márquez Bozal es fiscal y tiene otros sobrinos y nietos ejerciendo como jueces y abogados.
El abogado Francisco Acedo Trujillo, secretario de la tertulia Justicia y Caballo, recuerda a este periódico que Pedro Márquez se sacrificó y no ascendió a la Audiencia para no perjudicar la carrera de sus hijos. Inició su trayectoria profesional en Córdoba y desde 1965 estuvo destinado en Sevilla hasta su jubilación en 1991.
El crimen de las estanqueras y sus dudosas condenas a muerte
Entre las familias indisolublemente unidas a la abogacía sevillana figura la de los Rojo, cuyo padre Manuel Rojo Cabrera fue decano del Colegio de Abogados (1985-90) y maestro de grandes penalistas. Rojo defendió en 1954 a uno de los tres acusados en el llamado crimen de las estanqueras, que concluyó con tres condenas a muerte. En el juicio hizo un vehemente alegato de defensa que fue editado en forma de libro (una joya para quienes tienen el privilegio de conservarlo) y consiguió que importantes personalidades de la vida pública pidiesen el indulto ante las dudas que suscitaba el veredicto.
De tal manera transmitió su amor a la profesión que sus ocho hijos estudiaron Derecho, aunque el menor falleció cuando estudiaba la carrera. En la actualidad siguen en activo Jesús y Enrique Rojo Alonso de Caso, a quienes es habitual ver en los casos más difíciles como ha ocurrido con el reciente triple crimen de Dos Hermanas, en el que Jesús defendió al principal acusado, un hombre apodado el Pollino. Su cliente, a la espera de los recursos, se ha visto libre de las tres condenas de prisión permanente revisable que pedían para él.
También decano del Colegio de Abogados fue Alfonso de Cossio y Corral, catedrático de Derecho Civil. En un homenaje que le tributó el Colegio de Abogados en 2017 se recordó que Cossío luchó por la libertad no solo en la vida sino en el ejercicio de la profesión. Defendió a personas perseguidas por el Tribunal de Orden Público del franquismo, intervino en el Proceso 1.001 contra la cúpula de las clandestinas Comisiones Obreras y, siendo decano, creó una sección contra la pena de muerte en el Congreso Nacional de Abogados en León de 1970. Sus dos hijos Manuel y Francisco siguieron su tradición en el despacho abierto en Sevilla.
Adolfo Cuéllar Rodríguez, decano del Colegio de Abogados de Sevilla entre 1961 y 1963, también dejó tras sí una familia de reconocidos abogados: su hijo Adolfo Cuéllar Contreras intervino en el Proceso 1.001 y en numerosos juicios ante el Tribunal de Orden Público y fue concejal de IU en Sevilla. Tuvo tres hijos abogados, de los que Adolfo y Miguel siguen llevando asuntos mediáticos como el de los ERE o los juicios contra Manuel Ruiz de Lopera en el Betis.
El propio secretario de la tertulia Justicia y Caballo, Francisco Acedo Trujillo, pertenece a una familia de juristas: su padre, José Francisco Acedo Castilla, fue presidente del Tribunal Tutelar de Menores y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Sevilla. Su propio despacho está a cargo ahora de su hijo Fernando y tiene un sobrino fiscal.
José Ramón Cisneros Palacios, presidente del Sevilla FC entre 1968 y 1972, creó su propio bufete y ejerció la abogacía durante 52 años. Tuvo un hermano letrado y dos hijos que siguieron su estela: José Ramón y Óscar Cisneros Marco, este último actual decano del Colegio de Abogados. El abogado Enrique de la Cerda Cisneros, de 44 años y consejero del Sevilla FC, sigue trabajando en el despacho que creó su abuelo como responsable de la asesoría de empresas.
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