El “padre Manolo” falsificó una audiencia privada con el papa Francisco

Estafa piramidal

Intentó aprovecharse de su propia hermana vendiendo el piso que le había cedido

La Policía le atribuye blanqueo de capitales con empresas de Mónaco y Tailandia

El falso cura Manuel Tobaja
El falso cura Manuel Tobaja
Amanda Glez. De Aledo

25 de diciembre 2018 - 02:00

El último atestado de la Policía sobre el falso cura Manuel Tobaja, preso desde noviembre de 2017 por una presunta estafa piramidal, relata que llegó a falsificar una carta de la Secretaría de Estado del Vaticano donde le convocaba para una audiencia privada con el papa Francisco.

Este fue uno de los señuelos utilizados por Tobaja para inspirar confianza a sus víctimas, a las que enseñaba documentos con supuestas donaciones recibidas de todos los rincones del mundo para su Fundación Luz del Mundo, creada para rehabilitar a ex presos.

Las víctimas aseguraban haber sido engañadas por Tobaja para prestar dinero a la fundación “con la promesa de una alta e inmediata remuneración que nunca llegaba a realizarse”.

El grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía, en el último atestado aportado a la causa, describe las diferentes estafas atribuidas a Tobaja. Entre ellas, haber intentado vender un piso propiedad de su hermana, donde llegó a estar un año y medio sin pagar. Afirmando ser “propietario de pleno dominio” del piso, firmó un contrato de opción de compra por el que cobró el cheque de 30.000 euros que le entregaron como señal.

Otra de las falsedades señaladas por la Policía es la percepción por su Fundación Luz del Mundo de 3,5 millones de dólares procedentes una conocida empresa cosmética norteamericana. Hechas las oportunas comprobaciones, la empresa negó haber hecho ninguna donación en España. Resulta llamativo para la Policía que los supuestos documentos que enseñaba Tobaja contenían evidentes errores ortográficos en inglés.

El papa Francisco invita al “reverendo Manuel Tobaja”

Uno de los engaños más curiosos que recoge el atestado es una carta de la Secretaría de Estado del Vaticano donde el cardenal Angelo Becciu comunica al “reverendo padre Manuel Tobaja” que el papa Francisco le recibiría en audiencia privada en octubre de 2013.

“A la luz de la experiencia de este instructor, se considera que se trata de una simulación tan descabellada que se renuncia a la práctica de cualquier diligencia de comprobación con las autoridades eclesiásticas”, dice la Policía, aunque también deja constancia de que una de las víctimas de Tobaja relató a la Policía que éste le contó la invitación al Vaticano y le pidió que adelantase los gastos del viaje, a lo que se negó.

Otra “extraña” operación señalada por la Policía “parece responder a un esquema de blanqueo de capitales” y en ella Tobaja prestó su fundación para recibir fondos de una entidad radicada en Mónaco y luego transmitirlos a un tercero.

La misma “operativa de blanqueo de capitales” señalan los investigadores respecto a una donación de 40.420 euros en abril de 2014 de una empresa con sede en Bangkok (Tailandia). En julio de 2014 recibió otros 100.000 euros procedentes del banco The Royal Bank of Scotland en el que usó como sede de la fundación un domicilio con nombres bailados “que no se corresponde con el viario de Sevilla”.

Las víctimas aseguraban haber sido engañadas por Tobaja para prestar dinero a la fundación “con la promesa de una alta e inmediata remuneración que nunca llegaba a realizarse”. Les decía que “estaba pendiente el cobro de una gran cantidad de dinero, inmovilizado en una cuenta, y que le correspondía como derechos sobre un libro y una película sobre su vida”.

Este fue uno de los reclamos más utilizados por Tobaja, los derechos sobre el libro que se iba a titular “Con calma ¿Realidad o pesadilla?”. A uno de los denunciantes le “cedió el 25% del copyright de la obra” a cambio de 4.800 euros.

En un acta notarial de 2014, la Fundación luz del Mundo reconocía tener deudas por importe de 4.081.710 euros con 37 personas físicas y 7 jurídicas. No obstante, la propia Policía afirma que “es notable el nivel de falsedad alcanzado por Manuel Tobaja respecto al estado de sus finanzas”.

“Al ser cura no podía tener propiedades a su nombre”

Uno de los estafados le entregó 45.000 euros y Tobaja le dio como garantía de devolución el piso en el que vivía en alquiler en la calle Concejal Jiménez Becerril. Le decía que el piso era de su propiedad pero “al ser cura no podía tener inmuebles a su nombre”.

La Policía da cuenta de que, durante el registro en ese domicilio de Tobaja, se encontró en su ordenador material pedófilo y, por instrucciones del juez, se remitió al juzgado de guardia para llevar a cabo una investigación separada.

Según el modus operandi descrito por la Policía, uno de los denunciantes le entregó en abril de 2014 un total de 6.500 euros “a cambio de la promesa de recibir 13.000 euros en un plazo de 30 días”.

El falso cura tenía un “certificado de donación” a la Fundación Luz del Mundo de 105.000 euros de una empresa de Córdoba y otros 80.000 de una compañía granadina. Los dueños de ambas declararon como testigos que “no hicieron donación ni transferencia” a Tobaja ni a su fundación. En estos casos “puede presumirse que se trata de una estafa a la entidad bancaria” donde depositó los pagarés, según el atestado al que ha tenido acceso este periódico.

La Policía incluye en su informe un listado de acreedores en 2013, 2014 y 2017. Algunos de ellos presentan en 2017 “cantidades adeudadas notablemente inferiores respecto a 2014, por lo que debe entenderse que han podido recuperar parte de sus fondos”. Uno de ellos pasó de 252.000 euros a ninguna deuda y otro pasó de 200.000 euros a 45.000.

Una de las víctimas declaró que Tobaja se citó con él en el despacho de un conocido abogado sevillano, donde le exhibieron un extracto del Banco Popular con sello del mismo donde se reflejaba un saldo de su empresa MT-21 Literarios de 11,8 millones de euros. El testigo “pidió que le dejaran hacer una copia no se lo permitieron, pero se sintió muy aliviado”.

Condenado en España, en Puerto Rico y de nuevo denunciado en Sevilla

Tobaja había sido condenado por estafas bancarias en Sevilla en los años 90. Para ello aprovechaba su proximidad a las hermandades y sus conocimientos de arte sacro pues estaba considerado un especialista mundial en el imaginero Castillo Lastrucci.

En 2000, tras ser confirmada en el Tribunal Supremo su condena de tres años de cárcel, huyó de España a Puerto Rico, donde se hizo pasar por sacerdote, llegó a celebrar bodas y comuniones y fue de nuevo condenado por apropiación indebida. Allí le conocían como el Padre Manolo.

Cumplió seis años de cárcel en Puerto Rico y en 2007 fue extraditado a España, donde poco después quedó libre.

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