Estafas "casi perfectas" a través de internet
Ciberdelitos
Los estafadores utilizan el DNI de otras víctimas para timar a terceros, por lo que su identidad siempre queda oculta
Los timadores ya no están solo en la calle. Acechan a su víctimas tras la pantalla del ordenador, móvil o tablet. Un parapeto que le proporciona no sólo anonimato, sino la posibilidad de suplantar a otra persona, alguien sin antecedentes y sobre quien recae en un primer momento la acusación del delito en caso de ser descubierto. "Es una estafa casi perfecta porque la persona a la que se le imputa el delito, en un primer momento, suele ser también víctima y estar al margen de que su documentación ha sido utilizada para engañar a un tercero", explica Francisco José Peláez, abogado de PenalTech, un despacho especializado en defender a los acusados de este tipo de delitos. Además, las cantidades estafadas suelen ser pequeñas, por lo que lo normal es que sean pocos los que denuncian. "Estafan poco dinero a muchos y, así, consiguen grandes cantidades", afirma.
Durante la pandemia no sólo han aumentado las ventas on line, sino también los trámites bancarios, administrativos, alquiler de viviendas o compraventa de objetos a través de plataformas de segunda mano. El problema de esta situación es la facilidad con la que compartimos datos sensibles como el DNI y la ingenuidad de la mayoría de los usuarios cuando están realizando un trámite digital. En internet hay una máxima: "cuando el producto es gratis, el producto eres tú". Y el principal valor con el que se comercializa en internet son los datos que, más o menos inconscientemente, ofrecemos todos los usuarios.
Y es que toda precaución es poca cuando un gesto tan simple como intentar alquilar un piso en un barrio de Sevilla deriva en un procedimiento judicial en el que terminas acusado por estafa en un juzgado de Viena. Es lo que le ocurrió a José, que intentó alquilar en marzo de 2020 un piso a través de internet y cuyo DNI terminó en manos de piratas informáticos. No sólo se quedó sin la vivienda, que no existía, sino que el pasado mes septiembre recibió la citación de un juzgado de Viena donde tiene abierto un procedimiento por estafar a un ciudadano austriaco con el mismo método.
Como ocurrió con José, la mayoría de víctimas de este tipo de estafas no llegan a sospechar durante la transación. En este caso, vio el piso en una web donde particulares alquilan viviendas y se puso en contacto con el supuesto dueño a través de la plataforma. "Hay veces que los timadores llegan al colmo del cinismo y les sugieren a la víctima que se intercambien fotos de los DNI para comprobar que no es una estafa. Ellos envían un DNI obtenido ilícitamente y el estafado el suyo, con lo que ya tienen los datos necesarios para timar a otra persona con el mismo método", explica Francisco José Peláez, abogado de Penal Tech, un despacho especializado este tipo de delitos.
Una vez que se intercambiaron los documentos de identificación, pagó lo acordado, 1.020 euros a través de una supuesta página de Airbnb. Al cabo de unos días, el estafador le volvió a reclamar lo pagado y ahí empezaron las sospechas de José, que pudo averiguar que la plataforma estaba completamente al margen de los hechos, por lo que puso la correspondiente denuncia al supuesto dueño del piso. A partir de este momento, no hubo ninguna novedad hasta que en septiembre de 2021 José recibió una citación de un juzgado de Viena que le imputaba un delito de estafa a un ciudadano austriaco por unos hechos similares a los que él había sufrido más de un año antes.
Según su abogado, Francisco José Peláez, "estamos a la espera de que salgan más denuncias porque en la cuenta que el estafador creó con el DNI de mi cliente en España hay ingresos por un total de 7.000 euros realizados por distintas personas, no sólo del extranjero sino de otras partes del país".
"La mayoría de las veces, cuando damos el documento de identidad o el número de la seguridad social no somos conscientes de las consecuencias que puede tener. Existe un mercado negro en internet donde se venden por 10 o 15 euros los números o directamente, las fotos de los carnés. Cuando los tienen, los estafadores conocen perfectamente qué bancos o comercios electrónicos tienen brechas de seguridad por las que pueden crear cuentas o comprar solo con esos datos", explica Peláez.
Nuevos delitos para nuevos tiempos
"Desde que hay registro de ciberdelitos, en el año 2012, hasta ahora, este tipo de delincuencia se ha incrementado en un 572,62%", argumenta el abogado de Penaltech. La pandemia, y sobre todo el periodo de confinamiento que ha obligado a permanecer en casa a gran parte de la población mundial, ha hecho que cada vez más haya intercambio de datos personales a través de la red. "El experto en ciberdelitos Daniel Wall mostraba como ejemplo de lo que significó el antes y después del consumo digital durante el confinamiento que en España, la noche en la que se anunció el encierro obligatorio en casa, Pornhub pasó de un 10% de usuarios al 70%", comenta Francisco José Peláez. A mayor tráfico de datos, más posibilidades de que haya alguien que use mal esa información. En la provincia de Sevilla se registraron 9.630 ciberdelitos en 2020, unos 2.500 más que el año anterior, según el informe que elabora cada año sobre cibercrimen el Ministerio del Interior
¡Cuidado con los mensajes de cambio de claves!
Pero no solo se trafica con DNI, también los números de teléfono son válidos a la hora de estafar. El modo de actuar es sencillo. El estafador se hace con tres o cuatro mil números de móviles españoles y les envía un mensaje indicándole que es una entidad bancaria que necesita que el usuario cambie de clave a través de un enlace donde le solicitan los datos. "Si no eres cliente de esa entidad, no hay problemas, pero si es tu banco, lo probable es que rellenes el formulario del enlace sin ninguna sospecha. Normalmente con esos nuevos datos realizan compras por valor de 3.000 o 4.000 euros que cargan a la cuenta del estafado", explica Peláez.
Los préstamos rápidos de Facebook
Otra de las estafas más habituales tiene como protagonista a Facebook. A veces, entre las publicaciones sugeridas aparecen algunas de préstamos rápidos y fáciles. "El prestamista pide al interesado toda la documentación y, con ella, se hace un nuevo perfil con el que seguir estafando a otros y solicitar microcréditos a nombre del estafado pero que se embolsa el delincuente", comenta el abogado.
Delitos sexuales e internet
Pero la web no es solo caldo de cultivo para los delitos económicos, los de índole sexual también se aprovechan del anonimato de las redes. La suplantación de personalidad mezclada con los delitos sexuales suele ser una combinación espinosa en internet y, más aún, si hay menores. "Tik tok es una de las redes donde más personas se hacen pasar por menores para tener imágenes de niños y niñas", explica.
¿Cómo es el delincuente digital?
En el imaginario colectivo está la idea de que el delincuente es alguien al margen de la sociedad. "Ahora hacker puede ser cualquiera que tenga acceso a internet y unas mínimas dotes para convencer a alguien de que le facilite sus datos. No tiene por qué ser alguien raro, que pasa el tiempo encerrado en su habitación con videojuegos", afirma Peláez.
"Nuestro despacho se ha especializado en defender a personas que están acusadas de cometer este tipo de delitos y a veces nos han llegado personas mayores a las que se les imputan estos delitos porque, simplemente, han dado su DNI a alguien que lo ha usado para estafar a otros", afirma.
Un aumento de delitos que preocupa a Europol
La Oficina Europea de Policía (Europol) ha pedido una respuesta colectiva "clara" ante el aumento de los ciberdelitos y el desarrollo de nuevas amenazas virtuales.
En su último informe, la Europol afirma que los secuestradores de datos han aprovechado la expansión del teletrabajo para intensificar su actividad, del mismo modo que los estafadores también se han beneficiado del aumento de compras por Internet para acceder a las cuentas bancarias de más usuarios.
Además de este ámbito, desde el ente policial europeo también constatan un aumento del ciberacoso a menores, con el objetivo de obtener fotografías sexuales suyas, aprovechando que niños y adolescentes han tenido que pasar más horas frente al ordenador durante la pandemia.
Desde la agencia policial, insisten en la necesidad de prevenir los ciberdelitos, implementando mecanismos como la autenticación de múltiples factores, que obliga a los usuarios a demostrar su identidad para acceder a ciertos contenidos digitales.
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