Anomia ambiental sevillana
Lo que silencia la pandemia
Opinión
El autor, abogado especializado en contaminación acústica, reflexiona sobre la reducción del ruido en Sevilla tras las restricciones del coronavirus
Todos los días, miles de personas ocupan los bares y restaurantes del centro de Sevilla. Un desorden que comienza a base de tintos y cervezas en los múltiples veladores de nuestra ciudad. Hábito que los fines de semana se multiplica. Ruido que pretende ser música. Estruendo, contaminación y gritos.
El ruido es sin duda una causa importante de mortalidad. Problemas vasculares, dolor de cabeza, estrés, incomunicación, cansancio son los males que se desarrollan al exponerse a niveles muy altos de ruido. Síndromes ansioso-depresivos por la situación en la que viven.
Desde que entraron en vigor en 2014 las -mal interpretadas- declaraciones responsables, es una locura. Antes, para abrir un local, los funcionarios realizaban comprobaciones. Ahora, simplemente con la declaración irresponsable se puede abrir. Después teóricamente se inspeccionará el local… (o no). Y los vecinos afectados estarán sufriendo.
Discotecas y bares con música se pueden convertir en una mala pesadilla para los vecinos. Los veladores, las terrazas que pululan por calles y plazas de Sevilla se están transformando en enemigo público de los seres humanos que quieren dormir. Aunque cumplan los horarios y todas las prevenciones, el hecho de que estén tan cerca de los edificios provoca problemas de descanso en la población.
Actualmente existe una sinuosa campaña para que se permita que los veladores puedan ser mas del 50% de aforo del local (que es lo que marca la norma). Un local que permanecerá con puertas y ventanas abiertas y produciendo para el doble o triple de su sensata capacidad.
"Home Away from Home" es un libro de fotografías para sensibilizar sobre la situación que viven muchas personas refugiadas. En el libro aparecen diez historias que han compartido sus protagonistas como representación de la realidad que viven tantas personas alrededor del mundo, y que no ocurren tan lejos de nuestro entorno.
El día de su presentación en Sevilla, el 11 de marzo, la noche estaba más tranquila de lo normal.
Hay vida por encima de todo. La viruela, el sarampión, el ébola, la peste bubónica, el tifus, el cólera, la gripe mal llamada “española”...
Entre 1957 y 1958, la gripe asiática (H2N2), que apareció en China y llegó varios meses después a América y Europa, causó un total de 1,1 millones de muertos e hizo cerrar colegios en España.
La gripe de Hong Kong (H3N2), que dio la vuelta al mundo entre 1968 y 1970, afectó a muchos niños.
El VIH, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), la gripe aviar, la gripe A, el ébola y el dengue…
Sevilla bajará el ruido con la pandemia. Pero no bajemos la guardia.
Así nos hablaba fray Luis de León del mundanal ruido:
“No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera”.
También te puede interesar