HHC, ¿Quién le pone el cascabel al gato?

El autor reflexiona sobre la nueva moda del cannabis sintético tras la aparición de unas gominolas y galletas con este compuesto

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27 de abril 2024 - 11:43

En las últimas semanas se ha producido una alarma social a través de los medios en relación a un producto denominado HHC (Hexahidrocannabinol), sintetizado por primera vez en la década de 1940 por el químico orgánico Roger Adams, quien también fue uno de los primeros en aislar el CBD y describir su estructura química.

Como el lector puede deducir, son cannabinoides derivados de la planta Cannabis Sativa, de la que además se extrae cáñamo industrial y biomasa para producir energía.

La alarma que recogen los medios se originan por unas gominolas y galletas que llevan este compuesto y al haber sido ingeridas, algunas personas han terminado en el hospital con los efectos secundarios que se derivan de si ingesta como son taquicardia, percepción alterada del tiempo y espacio, psicosis, vómitos.... y es que este elemento no es apto para el consumo humano.

Con independencia de la explicación que haré a continuación sobre este elemento quiero adelantar mi opinión que no es otra que, a quien se le ocurre ingerir una bolsa entera de gominolas, galletas o dulces que llevan este componente. Primero porque en las etiquetas indican NO APTO PARA EL CONSUMO HUMANO y en segundo lugar porque lo más probable es que sufras un “amarillo”.

El letrado Álvaro Höhr.
El letrado Álvaro Höhr. / M. G.

Para el neófito en estos asuntos un amarillo es una es una intoxicación moderada por efecto del cannabis en tu cuerpo y tu cerebro. Los síntomas difieren en función de la persona y su tolerancia a la droga, de la cantidad consumida y de la pureza de la sustancia. Estos van desde sudores fríos y taquicardias hasta pérdida parcial de visión y audición, desorientación y paranoia y, cuando estos comienzan a disminuir, hambre. Para quien tenga la desgracia de sufrirlo, lo mejor es beber mucha agua y tomar 'medidas de confort' que te hagan encontrarte mejor, como comer algo dulce o salir a que te dé el aire... sin necesidad de acudir a un hospital, no obstante, ante la duda, acudan.

Quisiera exponer que, la forma de elaboración de estas gominolas y galletas se realizan de la siguiente manera; En un primer momento, se adquieren las mismas en cualquier proveedor autorizado y, es posteriormente, cuando se espolvorea el HHC y se envasan. Por otro lado, también es necesario indicar que se encuentran en vapeadores, sales de baño, aromatizadores...

De la misma forma que se envasan semillas de cannabis para su colección, por su envoltorio, etiquetado.... Estas gominolas y galletas o dulces también están preordenados al coleccionismo, no en vano, en los envases dejan claro que “no es apto para el consumo humano, manténgase fuera del alcance de los niños...”

En definitiva, la materia prima esta totalmente garantizada, y es cuando se espolvorea cuando cambia esa situación.

Nuevamente nos encontramos en una “zona gris” donde el legislador, que no es capaz de regular definitivamente la marihuana y sus derivados de una vez por todas, deja en el limbo legal esta nueva sustancia que encontramos en el mercado creando confusión entre la población que trata con estas sustancias.

Si bien el cannabis se encuentra prohibida, como sustancia que no causa grave daño para la salud, siempre que supere el 0,2% de THC (Tetrahidrocannabinol), así como la plantación, cultivo y aun para consumo propio si se hace en la calle, aunque no sería un delito sino una infracción administrativa (siempre según la cantidad aprehendida). El HHC no está regulado en España.

Ciertos países europeos tales como Francia, Republica Checa, Suecia, Finlandia entre otros lo han prohibido, pero curiosamente no España.

Ley Orgánica 4/2015: Esta ley regula la protección de la seguridad ciudadana y contiene disposiciones relacionadas con el consumo, posesión y tráfico de drogas. Aunque el HHC no está específicamente mencionado en esta ley, quedando a criterio de considerarse ilegal si se considera como una sustancia psicotrópica.

La pregunta, a todas luces, y acudiendo al art 1.1 de Código Penal “No será castigada ninguna acción ni omisión que no esté prevista como delito por Ley anterior a su perpetración” seria, y perdonen la expresión, ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Tenemos regulada sustancias que sabemos que son dañinas para la salud como es el alcohol, que, por cierto, si hiciera un balance de delitos cuyo detonante es el alcohol, riñas tumultuarias, violencia de género, lesiones, accidentes, supera ampliamente al del cannabis que se centra en el cultivo o venta a terceros y el tabaco.... Pero ¿qué pasa con la marihuana y sus derivados?

Más de 500 compuestos químicos

No es asunto baladí, el cannabis contiene más de 500 compuestos químicos diferentes, entre ellos al menos 113 cannabinoides aparte del THC, tales como el can nabidiol (CBD), el cannabinol (CBN) o la tetrahidrocannabivarina (THCV), el hexahidrocannabinol (HHC) que tienen efectos distintos a los del THC, y también actúan en el sistema nervioso, algunos con efectos beneficiosos y paliativos otros con efectos menos deseables pues pueden llegar a crear dependencia.

El consumo de estas sustancias va en aumento de forma exponencial. No es el autor defensor del consumo de ninguna de las sustancias aquí descritas sino mero observador y doliente, como abogado, de las mismas.

La regulación de estas sustancias sería positiva, a mi parecer, por múltiples motivos. De regularse positivamente habría un incremento en la recaudación por impuestos de las mismas, ganaríamos en seguridad jurídica y, sobre todo, tendría la sociedad pleno conocimiento de los pros y contras que a la salud puedan producir.

En el caso contrario todo ciudadano tendría la certeza jurídica de las consecuencias de emplear o consumir las mismas.

Acudo al aforismo “permissum videtur id omne quod non prohibitur”, es decir, se considera permitido todo lo no prohibido y al principio Kelsiano en el Derecho Público “lo prohibido debe estar expresamente establecido”.

Lo cierto es que hasta ahora solo encontramos Jurisprudencia sobre como debe tratarse esta realidad y como siempre, hay tantas sentencias del Tribunal Supremo a favor como en contra. Sin embargo, en todas encontramos el mismo denominador común, la ambigüedad. Es como andar al filo de una navaja donde los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, ejerciendo eficientemente sus funciones proceden al decomiso de todas las sustancias intervenidas que procedan del cannabis y por otro los Jueces que, según su percepción finalmente van, junto con el Ministerio Fiscal, a imponer penas desproporcionadas a absoluciones. Algo que sin duda sorprende al que suscribe pues nos deja a los profesionales de la abogacía en una incertidumbre a la hora de asesorar a nuestros clientes.

Campaña del Seprona

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil está en estos momentos, según nos comentan preocupados nuestros clientes, haciendo una fuerte campaña de seguimiento y fiscalización de esta sustancia, sin embargo, el ciudadano que es investigado no sabe si es legal, si no lo es, hasta cuando... y no lo sabrá hasta que este delante de un juez, sufriendo la pena de banquillo. No parece plausible que, en un estado de derecho, estemos a estas alturas con estas incertidumbres.

De igual forma, llegan a nuestro despacho en las ultimas semanas numerosas actas de la Delegación del Servicio de Consumo para que se aporten facturas, órdenes de compra de HHC y productos que han sido espolvoreados con ellos para enfrentarse a no se sabe que sanción administrativa o, a lo peor, ilícito penal.

Este letrado, tiene una opinión clara de la situación y no es otra que la de regular de una vez por todas lo relacionado con el cannabis y sus derivados, una regulación que efectivamente puede llevar o detraer votos a quien lo haga, pero debe observarse el bien mayor para la ciudadanía y no solo el rédito político que pueda llevarse quien lo haga.

Entiendo que por encima de todo esta la seguridad jurídica, el bien común y el imperio de la Ley así como un sentimiento de Estado que debe prevalecer sobre todo lo demás, dicho esto, ¿Quién será capaz de ponerle el cascabel al gato?

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