La hijastra de la Duquesa Roja acusa a sus hermanos de torpedearle la herencia
Filiación
La ecijana Rosario Bermudo lleva siete años de litigio para ser reconocida hija del marido de la aristócrata
Su ADN tiene un 99% de parentesco con el de Leoncio González de Gregorio
La demandante, de 70 años, está enferma y con un marido dependiente
La herencia de la hija del marido de la Duquesa Roja podría oscilar entre uno y tres millones de euros
La Justicia ejecuta la sentencia que dio la razón a los hijos de la Duquesa Roja sobre la herencia
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Un proceso que podría durar casi 20 años, pese a existir pruebas que le dan la razón a la demandante desde el primer momento. Se trata del caso de Rosario Bermudo, la ecijana que es hija (así lo reconoció la Audiencia Provincial de Madrid) de Leoncio González de Gregorio, quien fuera marido de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, duquesa de Medina Sidonia, conocida por su carácter rebelde con el sobrenombre de la Duquesa Roja. Bermudo lleva siete años esperando el final de un largo trámite ralentizado por los recursos planteados por sus cuatro hermanos, lo que le impide pleitear por la herencia que le corresponde. La última instancia a la que acudieron hace un año fue al Tribunal Supremo, que aún no se ha pronunciado.
La lucha de esta ecijana por ser reconocida como hija del marido de la Duquesa Roja comenzó hace nueve años. Lo hizo de la mano del abogado sevillano Fernando Osuna, experto en estos asuntos. El Juzgado de Primaria Instancia y la Audiencia Provincial de Madrid le dieron la razón. Contaban para ello con una prueba contundente: el ADN de la demandante coincide en un 99,9% con el de Leoncio González de Gregorio, su padre.
Los cuatro hijos reconocidos de González de Gregorio, sin embargo, han seguido recurriendo a instancias judiciales. La última ha sido el Tribunal Supremo, donde llevaron este asunto hace un año. Aún no ha habido contestación, mientras la salud de Bermudo se deteriora, igual que la de su marido (totalmente dependiente) y sus recursos económicos son mínimos a estas alturas de la vida, como refiere el letrado Fernando Osuna.
La exhumación de 2017
Según el abogado, los hermanos de esta ecijana han intentado obstaculizar desde un primer momento dicho reconocimiento, motivo por el cual han acudido a todas las instancias judiciales posibles. En algunas de ellas, como la Audiencia Provincial, les han condenado a pagar las costas. El primer impedimento que pusieron fue la prueba de ADN. Se negaron a realizarla, lo que llevó a que un juez ordenara la exhumación de González de Gregorio hace seis años en Soria. Las muestras tomadas de sus restos mortales se enviaron al Instituto Anatómico-Forense, que concluyó que el parentesco entre la demandante y el que fuera marido de la Duquesa Roja es del 99%.
"Con este porcentaje, los jueces le han dado la razón a mi clienta, pero sus hermanos le están poniendo multitud de trabas en este litigio, conscientes de que cualquier trámite judicial, por muy simple que sea, se demora seis meses", explica Osuna. A los siete años que dura el proceso para que Rosario sea reconocida como hija del aristócrata se podrían sumar otros diez hasta que se le otorgue la parte de la herencia que le corresponde, que oscila entre unos y tres millones, según los cálculos realizados por este bufete de abogados.
Un tiempo que se antoja demasiado largo para la demandante, aquejada de problemas de salud y con un marido totalmente dependiente. Los escasos recursos económicos que posee el matrimonio resultan a día de hoy insuficientes para hacer frente a los gastos que genera esta atención sanitaria, motivo por el cual a Rosario le urge acceder a la parte de la herencia que le corresponde. Dicha fracción podría variar en función de un factor determinante. Si Leoncio no tenía constancia de que Rosario era su hija, la ecijana obtendría la quinta parte de esta fortuna. Si por el contrario, se demuestra que conocía de su existencia y no la quiso incluir en el testamento, la cuantía será menor.
Un fondo público
Sea uno o tres millones de euros, se trataría de una importante inyección económica que aliviaría su situación. Por tal motivo, su abogado reclama para tales casos un fondo público económico, como ocurre en la Justicia penal y laboral, al que puedan recurrir quienes se vean en esta situación. "Una vez que el demandante obtuviera la herencia, el Estado recuperaría el anticipo", explica Fernando Osuna.
El caso de Rosario Bermudo presenta unas características similares a otros que ha defendido este despacho sevillano de abogados. La madre de la demandante, Rosario Muñoz, salió de Écija para labrarse un futuro en esa España en blanco y negro de los años 50. Sin apenas formación, entró a trabajar de sirvienta en una casa de familia adinerada, la que poseían los condes de la Puebla en Valencia de las Torres (Badajoz). El hijo de los aristócratas, Leoncio, la sedujo. Muñoz se quedó embarazada, motivo por el que se quedó en la calle. Una madre soltera en un país y una época en la que las mujeres en tal situación no lo tenían nada fácil. Leticia Martí, matriarca de la casa, la echó para evitar escándalos e impedir un acercamiento entre Leoncio, la sirvienta ecijana y la hija de esa relación.
El otro litigio de la familia
Rosario Bermudo vino al mundo un año antes de que Leoncio se casara con la Duquesa Roja, que lo hizo, por cierto, embarazada de tres meses, lo que supuso el primero de los escándalos en la vida de esta aristócrata, que siempre se saltó las reglas establecidas en su clase social. De este matrimonio nacieron tres hijos. El padre de Bermudo tuvo un cuarto hijo reconocido, fruto de una relación extramatrimonial.
Los hijos en común de Leoncio y la Duquesa Roja han protagonizado otro pleito por la herencia con la viuda de su madre, la alemana Lilian Dhalmann, a la que puso al frente de la fundación creada por la polémica aristócrata. Entre sus bienes destaca el archivo que se custodia en el palacio de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), uno de los más importantes de Europa. El pasado mes de febrero la Justicia ordenó la ejecución de la sentencia que daba la razón a los hijos de la duquesa de Medina Sidonia (fallecida en 2008), a los que primero un juzgado de Sanlúcar de Barrameda y posteriormente la Audiencia de Cádiz reconoció el derecho a la parte legítima de la herencia de la casa ducal más antigua de España.
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