“No hay cortapisas a las mujeres en las Fuerzas Armadas”
Inmaculada Benavente, presidenta del Tribunal Militar de Sevilla
“El Ejército no es un oasis, se cometen los mismos delitos que en la sociedad”
La coronel auditor Inmaculada Benavente Cózar es desde el 5 de mayo la primera mujer presidenta de uno de los cinco Tribunales Militares Territoriales de España, el número 2 con sede en Sevilla y jurisdicción sobre toda Andalucía, Ceuta y Melilla. Hija, nieta y bisnieta de militares, en esta entrevista hace un balance de la presencia femenina en las Fuerzas Armadas españolas y afirma que los tribunales militares no juzgan ningún delito que no exista también en la sociedad.
— ¿Por qué decidió especializarse en la jurisdicción castrense?
Desde que ingresé en el Cuerpo Jurídico Militar en 1991 he hecho prácticamente de todo, he trabajado en asesoramiento jurídico al Ministerio de Defensa y sus organismos autónomos pero me gusta mucho la función que ejercemos los jurídicos en los tribunales. Aquí eres más autónomo y la materia es muy diferente, aplicamos el Código Penal Militar y tenemos una parte de Contencioso disciplinario. Este destino siempre me ha gustado y además yo estuve en este tribunal de Sevilla tres años completos entre 2015 y 2017. Mi último destino fue como fiscal en el Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid.
—¿El reproche penal es más duro de la jurisdicción militar?
Hay un reproche penal más duro ante determinadas conductas porque además de ir en contra de un bien jurídico protegido por el Código Penal, se está intentando proteger otro bien jurídico que afecta a las fuerzas armadas, su disciplina, cohesión y buen funcionamiento.
— ¿Existe acoso sexual en los cuarteles españoles?
Lo que está claro es que antes, cuando no había mujeres en las Fuerzas Armadas, esas conductas no se podían dar. Pero somos reflejo de la sociedad a la que pertenecemos y no somos un oasis donde no ocurra nada que no pase también fuera de los muros de las unidades militares.
Esas conductas existen y, cuando se conocen, se persiguen y se castigan. Pero sinceramente creo que hay una menor incidencia que entre la población general, puede que sea porque además tenemos encima la disciplina y sabemos que cuando las conductas se apartan de la norma va a tener una consecuencia y suele ser rápida.
En la jurisdicción militar no solamente se está protegiendo la indemnidad sexual de una persona, su libertad sexual o su intimidad, sino además unos bienes jurídicos que afectan a la disciplina y buen orden de las Fuerzas Armadas.
— En su proyecto presentado al Consejo General del Poder Judicial proponía dar prioridad a las causas que afecten a la disciplina y trascendencia social
Los señalamientos los fija el secretario, coordinado con el presidente, por orden de antigüedad. Pero pueden intervenir circunstancias para sacarlo cuanto antes por la trascendencia que pueda tener el caso o por una especial consideración hacia la víctima. Son circunstancias que se coordinan con el secretario para que puedan tenerse en cuenta.
“Hay juicios en los que sólo intervenimos mujeres”
— En 1988, hace ya 33 años, se incorporaron las mujeres al Ejército en España pero a día de hoy son sólo el 12% ¿Queda algún reto que superar?
Yo creo que ahora mismo no hay cortapisas ni obstáculos a la mujer, al menos en el cuerpo jurídico. Seguramente en ese porcentaje hay una gran diferencia entre las ramas, porque en medicina, farmacia, psicología, intervención y jurídicos hay muchas mujeres e incluso hay promociones en las que hay más mujeres que hombres. En esos casos la función de base es el Derecho o la Medicina, pero para meterse a Infantería de Marina o ser piloto de un avión de combate hay que tener unas determinadas condiciones físicas.
No es una cuestión de dificultad o de obstáculos, sino de intereses porque a las mujeres nos atraen más unas profesiones que otras. Creo que aportamos mucho al Ejército con otro punto de vista para ver las cosas.
— ¿Qué presencia femenina tiene este tribunal sevillano?
De 27 militares en toda la demarcación, hay tres mujeres en este tribunal, dos son jueces togadas, una es secretaria y dos de los cuatro fiscales militares son mujeres. Hay juicios en los que todos los que intervenimos somos mujeres.
— Usted fue de las primeras españolas en incorporarse a las Fuerzas Armadas
Lo viví como algo que tenía que ocurrir, en aquella época casi todos los países de nuestro entorno ya tenían mujeres en el Ejército. Yo nací en San Fernando (Cádiz) pero entonces estaba terminando la carrera de Derecho en Murcia, mi padre era comandante de Marina en Cartagena y un día a la hora de comer me trajo el BOE por el que las mujeres podían ser médicos, jurídicos o farmacéuticos militares pero no fue hasta un año después cuando se pudieron incorporar a los cuerpos generales. Allí mismo le dije que yo iba a ser jurídico militar.
Yo venía de una familia con tradición militar, el ambiente castrense me gustaba, mis dos abuelos y mi bisabuelo materno eran médicos militares, tengo un primo infante de Marina y mi marido también es militar.
— ¿Alguna vez le dolió aplicar una norma dura?
Recuerdo que una vez juzgamos a un soldado que estaba de centinela y una noche se quitó el uniforme, se puso una camiseta y abandonó su puesto para ir a un bar y comerse una hamburguesa. Me sorprendió la inocencia con la que explicaba que lo hizo porque tenía hambre. Pero no tuvimos más remedio que condenarlo por abandono del servicio.
— ¿Qué recuerdos guarda de su participación en la misión europea para Chad y la República Centroafricana en 2008?.
Fui asesora legal en un cuerpo donde trabajaban 80 personas de todo el mundo que funcionaban como un reloj. Fue una experiencia muy buena en apoyo de los refugiados aunque impresiona la forma de vida tan miserable que tienen tantas personas en el mundo.
— A diferencia del cine norteamericano, parece que al español no le gusta tratar el tema de sus Fuerzas Armadas
Creo que es un tema sociológico y yo solo puedo dar mi opinión personal: creo que en Estados Unidos se quiere mucho a sus Fuerzas Armadas, se las considera como algo suyo y están orgullosos de ellas. En España no es que nos traten mal, pero las Fuerzas Armadas son una gran desconocida y no se las reconoce tanto como una cosa nuestra.
— Y en su caso, ¿qué país, aparte de España, elegiría para servir en sus Fuerzas Armadas?
El que las tuviera más parecidas a las nuestras.
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